Las Farmafias de Chile

por · Noviembre de 2010

Finalizó la huelga de los empleados de FASA

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Recién el viernes pasado y tras 32 días de movilizaciones, el Sindicato N° 1 de Trabajadores de Farmacias Ahumada ha depuesto su huelga. Tratamos de hacerles un Pániko TV mientras ésta aún estaba en pie, pero por esas cosas de la vida no nos resultó. Ahora te presentamos una crónica análitica y afiebrada sobre el poder de las farmacias y la nota roja que se sacan los medios de comunicación tradicionales.


Jarabe para la voz

No tienen por qué saberlo pero hace algunos días nos embarcamos junto al director de Paniko.cl, Alejandro Jofré, en la realización de un capítulo especial de lo que se suele llamar Paniko TV, que son esos videos que acostumbramos a poner en el sitio, microcápsulas subidas a Youtube que en su mayoría son saludos de celebridades esporádicas del mundo del espectáculo lolo. Pero para esta oportunidad nos dispusimos, cámara en mano, a cubrir algo que respondía mucho más a la urgencia y a la moral ciudadana: la huelga de los empleados de las Farmacias Ahumadas (FASA SA) que para la fecha cumplían su día 18 del programa de actividades, dentro de esa huelga indefinida, que tenían presupuestado para manifestarse contra las sucias prácticas laborales de sus empleadores.

Todo lo relacionado con el tema era rarísimo. Básicamente porque no había información alguna. Creo que todos nos enteramos de la huelga de la misma forma: al pasar en micro, o a pie, vimos a los empleados metiendo ruido, colgando lienzos, haciendo sonar pitos y cornetas. Costaba pero, segundos después, entendías que los trabajadores estaban haciendo una protesta. Claro, luego llegabas a tu casa, encendías la televisión y no veías la noticia en ninguna parte. Tampoco en los diarios, menos en la radio. Y de cierta forma te olvidabas hasta que volvías a encontrarte con el show unos días después. ¿Era sólo una sucursal? ¿Varias? ¡Todos los empleados! ¿Qué pedían? Ni idea. Todo parecía ser un segundo terremoto en cuanto al nulo rol de información de los medios de comunicación tradicionales.

Es por esta razón que al notar que -tal como todos los temas que resultan incómodos para el Poder- la noticia de la huelga no aparecería ni en la carta de ajuste, nos acercamos a las dependencias de una de las sucursales de Farmacias Ahumada ubicadas en Vitacura, para nosotros mismos cubrir el tema. Pensábamos que hacerlo así, sin aviso y casi al azar, nos entregaría una mirada mucho más fresca que la que obtendríamos al pedir una entrevista al representante del sindicato. Y así fue más o menos. Primero miramos tímidamente y nos demoramos unos minutos en empezar a captar, desde la distancia, las primeras imágenes. Al terminar mi cigarrillo, crucé la calle y hablé con un grupo de señoras en su mayoría, jóvenes las otras, que se encontraban aplaudiendo y gritando unas consignas recién inventadas. Les dije que era de la prensa y que necesitaba conversar con alguien, ninguna tardó más de un segundo en apuntar a un señor de gorro a lo Gilligan que tenía un megáfono a la entrada de la farmacia. Su nombre era Jorge y fue él quién frente a cámara nos explicó sus demandas. Éstas no distaban en lo absoluto de las exigencias de cualquier trabajador de nuestro país: un contrato que permitiera al menos garantizarles el pago de una gratificación pendiente hace 9 años, sueldos base decentes, nivelación de aguinaldos y bonos, y condiciones de trabajo dignas.

Le pregunté si la farmacia seguía atendiendo público y me respondió que sí. Incluso quise hacerme el gracioso al preguntarle que si quería comprar condones alguna vez, de manera urgente, ¿podía hacerlo? y enfatizó en que ellos atendían normalmente a los clientes, cumpliendo turnos, y que su manifestación sólo se reducía a hacer un llamado a comprar en las otras cadenas de farmacias hasta que obtuvieran respuestas por sus peticiones. Respuestas que hasta la fecha no existían.

Tras terminar la entrevista, cuyo registro de audio se hizo difícil dado al ruido que los manifestantes provocaban a nuestro alrededor, le dije a mi colega que fuéramos a hacernos los lindos con las chiquillas, el grupo de mujeres con las que hablé al principio, que les sacáramos sus testimonios. Mala idea, pues había una que no resultó ser de las más simpáticas y se molestó con la presencia de la cámara, hecho que comprendimos de inmediato: a nadie le gusta tener que estar exigiendo de esa manera que se cumplan sus derechos de trabajador. Sin embargo, una de ellas, Marcela, nos dio una larga entrevista. Marcela era madre de dos hijos, familia a la que ella sola sacaba adelante. Su sueldo fijo era de 30.000 pesos mensuales y al igual que el resto de los empleados la incertidumbre del fin de mes le tenía en franca depresión.

Tras terminar las entrevistas, sacar algunas cuñas y grabar más de cerca la protesta, nos fuimos a casa. Un par de días después, Jofré me llamaría -con un tono de tristeza y culpa- al celu para decirme que algo había pasado, que por accidente se había presionado el REC de la cámara en algún momento y se había borrado todo el material que teníamos. Nos juntamos de nuevo a la semana siguiente y fuimos a hacer lo mismo pero a una Farmacia Ahumada de Providencia. Nos tomó por sorpresa el darnos cuenta que esa sucursal se había bajado de la huelga.

La enfermedad de los ojos

Seamos un poco más claros. Los empleados de Farmacias Ahumada efectivamente reciben un sueldo fijo que bordea los 30.000 pesos mensuales, el resto va dependiendo de las comisiones –al igual que cualquier comerciante, si vende más productos, mayor será su ganancia-, extraño, si observamos que la venta de medicamentos son en gran parte por prescripción médica o por necesidades puntuales en la mayoría de los chilenos, nadie va de shopping a una farmacia. ¿O sí? Con eso, Marcela nos contó que algunas veces ella llegaba con 150.000 pesos a su casa a fin de mes, otras sólo con 90.000. Dependía de las ventas y de los turnos que hubiese cumplido. Pero además, y aquí viene lo más nefasto, existe un ítem denominado gratificaciones, esto es -según estipula la ley- que si hay ganancias por sobre la inversión y los sueldos estipulados, ésas deben ser repartidas entre todas las personas que trabajen en la empresa. Punto que hace 9 años no se le concede a los empleados dado a que sus jefes NO RECONOCEN HABER OBTENIDO GANANCIAS EN TODO ESTE TIEMPO. Disculpen las mayúsculas, se me presionó el Bloq Mayús sin querer.

Cuando los 750 empleados a lo largo de todo Chile notaron este particular hecho, es que acudieron a la conformación de un sindicato y a esa cuestionable figura de la huelga legal que se inició el día 5 de octubre pasado. Para ello, tenían contemplado lo clásico: llamar la atención ciudadana, despertar empatía y solicitarles no consumir en FASA, y luego, a la televisión. Y claro, la respuesta no tardo en llegar: ni TVN, el canal de todos los chilenos, ni la verdad de Chilevisión, ni el angelito de C13 cubrirían su situación, haciendo expreso que perjudicaría la relación comercial que sostenían con las farmacias y que impedía informar al país la injusticia a la que estaban sometidos. Lo mismo con los medios escritos. Lo mismo los informativos de las radios. Así actuó el común de nuestra prensa tradicional: con el más brutal de los silencios. Así actuaron nuestros periodistas de los grandes medios, esas celebridades de twitter, rostros de noticiarios que sostienen su figura a punta de un progresismo barato, para esconder su verdadera faceta de soldaditos de plomo.

Es en este punto en el que sobresale el trabajo valioso de la prensa alternativa, de medios como El Ciudadano, El Mostrador o el Clinic. Es aquí cuando se hace patente la idea de un periodismo ciudadano, consagrado como nunca en redes sociales, en blogs, en donde cada uno es un fiscalizador de las malas prácticas del Poder.

El llamado al gobierno a intervenir fue otra pérdida de tiempo, más allá de uno que otro diputado y senador de la oposición y la “mediación” infructuosa del Subsecretario del Trabajo y del monseñor Alejandro Goic. Los empleados de Farmacias Ahumada estaban solos.

El Imperio de la Salud

Farmacias Ahumada es la red farmacéutica más grande de América Latina, un monstruo con tentáculos en Chile, Perú y México. Justamente, a este último país pertenece el grupo Casa Saba, los nuevos dueños del boliche desde mayo de este año. Ni intenciones de llevarse bien con sus nuevos empleados, eso está claro.

Sólo en este año, las ganancias –y que niegan– de FASA Chile superan los 7.000 millones de pesos, todo parece indicar que se reparte entre unos pocos.

Las últimas semanas de la huelga de los trabajadores de las farmacias debió intensificarse dado a la nula respuesta de sus empleadores, tomas de recintos, protestas en canales de TV e incluso en la acogida a los mineros en La Moneda, hechos que terminaron con 117 trabajadores detenidos por Carabineros.

El viernes pasado la huelga culminó y, según el comunicado del Sindicato N° 1: “no fueron más de 130 personas las que se descolgaron lo cual habla del éxito del movimiento y cohesión del sindicato”, sin embargo sus demandas no se cumplieron ni remotamente, logrando sólo firmar un Contrato Colectivo por 2 años.

La reciente, no es más que la última página en los antecedentes criminales de las farmacias en Chile, porque no sólo hacen prácticas cochinas como la colusión, o toman nuestras decisiones éticas como cuando sacaron de venta la píldora del día después, sino que además, y que quede claro, las Farmacias Ahumada explota y maltrata a sus trabajadores. Y esto, sí tienen que saberlo.

Foto portada: elciudadano.cl

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Sobre el autor:

Daniel Hidalgo (@dan_hidalgo). Publicó los libros Barrio Miseria 221 (2009) y Canciones punk para señoritas autodestructivas (2011).

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