Claves para profundizar la reactivación educativa

por · Junio de 2023

Sobre el Informe de Recomendaciones del Consejo para la Reactivación Educativa y los resultados del SIMCE.

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Dos hitos recientes ofrecen importantes referencias para impulsar una reactivación educativa más profunda en Chile: la presentación del Informe de Recomendaciones del Consejo para la Reactivación Educativa y la divulgación de los resultados generales de las pruebas SIMCE 2022.

El informe del Consejo concluye el trabajo de meses de un grupo amplio de actores vinculados a lo educativo desde distintos roles, instituciones y miradas. Se articula alrededor de las tres prioridades marcadas por el Ministerio de Educación: bienestar socioemocional, fortalecimiento de aprendizajes académicos y fomento de la asistencia y revinculación. Y frente a ellos propone acciones específicas en las cuales enfocar esfuerzos. Éstas se centran principalmente en la formación de nuevas habilidades y entrega de herramientas a docentes y directivos.

Para que estas recomendaciones tengan el efecto positivo esperado, será fundamental determinar cuáles serán los roles, sistemas y recursos que se requerirán para que la teoría pase a la acción en el lugar más importante: las salas de clase. Y cómo lograr hacerlo en un momento en el que la educación no goza de la misma valoración social que años atrás, cediendo su lugar a temas tales como la delincuencia, pensiones y salud.

Las comunidades escolares no necesitaban el SIMCE para saber que se vive un escenario complejo. Pero los resultados dados a conocer permiten configurar una mirada a nivel sistémico que resulta clave para orientar acciones a gran escala. Aunque los datos muestran un escenario menos catastrófico que el proyectado por muchos, son claros los focos de urgencia que deberán ser abordados en una agenda profunda de reactivación.

Tanto el deterioro en indicadores de desarrollo personal y social en los estudiantes; como la caída sostenida en los niveles de aprendizaje en matemática de niños y jóvenes durante los últimos 10 años, así como el bajo nivel de logro en lectura en jóvenes de segundo medio resaltan como temas que seguramente recibirán la mayor parte de la atención en la discusión pública.

Además, la persistencia de brechas por nivel socioeconómico y género confirman que la sombra de los efectos inerciales de la marginación socioeconómica y cultural sobre el aprendizaje siguen siendo una dimensión que tampoco se podrá ignorar. La discusión respecto a la calidad de los aprendizajes debe considerar tocar base sobre la necesidad de una mayor inclusión.

Afortunadamente, los resultados positivos obtenidos por más de 100 establecimientos que hasta el 2018 estaban categorizados como insuficientes abren una puerta respecto a cómo encontrar en experiencias reales de mejora claves extrapolables a la totalidad del sistema. Más que una agenda de investigación y acción exclusivamente centrada en las deficiencias, existe la oportunidad de construir sobre lo que sí ha dado resultado.

En lo sucesivo, será importante que el proceso de revisión de las prioridades del Plan de Reactivación Educativa mantenga un enfoque integral y humanista. Entendiendo el valor de habilidades como la lectura y las matemáticas para la integración social, económica y cultural de los estudiantes, será clave articular la respuesta en lo académico con la generación de condiciones óptimas para las personas que diariamente protagonizan la construcción de lo educativo en jardines, escuelas y liceos.

Los últimos datos SIMCE aportan referencias importantes en esta dirección. Creer que aprender es posible, que ir a la escuela importa, sentir que se pertenece a la escuela, que la identidad personal y las emociones que se experimentan son aceptadas, que se puede participar en procesos importantes en la vida escolar. Todos estos son factores asociados positivamente con el aprendizaje. Se trata de aprender para estar bien y estar bien para aprender.

La idea de que para resultados diferentes habrá que innovar se cae de madura. Pero será importante no caer en una concepción de innovación cándida o voluntarista. El esfuerzo incremental que impulse una agenda de reactivación profunda debe estar anclado en la realidad actual que vive el sistema educativo nacional en su dimensión material (presupuesto, infraestructura) y humana.

Y también habrá que considerar el agotamiento que las diversas reformas implementadas por décadas han dejado en el sistema educativo. Todo compromiso de impulsar nuevas alternativas debe ir de la mano de una revisión respecto a qué componentes descontinuar. De lo contrario, el peso de la mochila de escuelas y liceos sólo aumentará. Innovar así será más difícil.

Ante este escenario, el Gobierno cuenta con la oportunidad de seguir cultivando la convergencia de visiones diversas y articulando procesos de acción colectiva en favor del aprendizaje. Avanzando de la mano de los agentes de las comunidades escolares, se puede hacer de la co-responsabilidad la clave fundamental en la definición y construcción de una estrategia de reactivación más profunda en la que se cristalice un nuevo sentido de calidad y justicia educativas para Chile.

Claves para profundizar la reactivación educativa

Sobre el autor:

Gustavo Rojas Ayala (@gurarojas) es periodista de la PUCV y Máster en Educación de la Universidad de Harvard.

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