Thievery Corporation: una burbuja de incienso

por · Abril de 2012

Una burbuja de incienso

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Según lo que tengo entendido, cuando uno va a un concierto y hay algún tipo de olor fuera de lo común, este simplemente es un caño. Bueno, eso me han dicho. El aroma de hoy fue algo diferente. Corriendo como si estuviera jugando a la posta, llegué al show más puntual de todos: Thievery Corporation. Por los parlantes, por los micrófonos, por sus vocas salía “Lebanese Blonde” y yo no podía creer lo rápido que había llegado a mis oídos. Durante toda la previa psicológica a este show me mantuve focalizada con que la utilizarían dentro de los remates, pero al parecer cada uno tiene los propios. ¿Qué les podrá importar a ellos que uno los haya conocido por “Garden State”? Y con “uno”, me refiero a mí. Y, hey, tenía 14 años.

Con esa canción resonando huelo algo familiar, y me doy cuenta que es incienso. No es solo una persona, son muchas. Y no es que sea un grupo de amigos, sino que algún tipo de dealer de incienso tuvo que haber habido por la zona, porque todos se relajaban al ritmo de este dúo de DJs, Rob Garza y Eric Hilton, (además de su tremendo clan de apoyo), bailando a ojos cerrados.

Fue de esos shows ricos, de los que te dejan el alma calentita. Ver a tanta gente relajada, pasándolo bien, disfrutando de la música, una puesta en escena que se basaba en las ropas de los músicos, con chaquetas que parecían de marineros, o patas fucsias junto a ojos que combinaban de igual forma. Pero ellos no eran los únicos. Durante este Lollapalooza se rompió la restricción de qué se puede usar y qué no en un festival.

A los alrededores de Thievery se podía ver a hombres sin polera, pero a propósito. No es el lolo entero sopeado que se la quitó. No, él tiene un estupendo físico y lo muestra. Al igual que las chiquillas, quienes tenían minis o shorts, usando sólo la parte de arriba del bikini. Guapas. Las envidio.

También aparecieron las pelucas, los disfraces, no alguien que trabajara, simplemente una persona que quiso ir rodeada de flores, otra que quiso pintarse la mitad del cuerpo, la Tanza Varela con un jeans bien-bien apretado, polera cortada para que se le viera la guata y harto taco para la comodidad de recorrer el Parque O’Higgins.

Y fue muy extraño, porque entre más saltaban en el escenario, una capa de algo, no sé qué, se iba creando. Una burbuja que nos envolvió a todos, la mayoría que parecíamos andar solos. Y disfrutamos, bailando dando círculos, sin mirar (y con toda la posibilidad de chocarte con algo/alguien), caminando al ritmo de la música como si a nadie le importara.

Thievery Corporation: una burbuja de incienso

Sobre el autor:

Isidora Cousiño (@icousino) es voz de Rock&Pop y alimenta el blog Little Fury Things

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