Foster the People: bailar en la cresta de la ola

1.30 en el Claro-LG Stage, Foster the People acaba de salir al escenario y ya las más de 15.000 personas que creo que los miran, chillan, comienzan a corear “Foster, Foster…” y ya hay una chica desmayada de la que sus amigos se ríen o, al menos, no la toman en cuenta.

En el público predominan los adolescentes sin poleras, con lentes de colores fluorescentes, que hablan de acercarse al escenario, pero que vuelven después de máximo tres minutos de pasearse entre la gente, sudados, con una sonrisa media nerviosa y tonta, resignados pero felices por lo poco que lograron.

Y en el escenario los de Mark Foster parten con una batería de canciones pop bailables que hacen explotar a un público que parece tenerlas todas en su cabeza.

Porque mientras a algunos les hace ruido lo melosos y felices que pueden sonar los Foster the People, al público del Claro-LG le parecía perfecto para armar la primera fiesta del día de cierre de Lollapalooza Chile.

Así pasaron “Houdini“, “Miss You” y “Life on the Nickel“, mientras Foster gritaba “¿Qué pasa, Santiago?” y dos chicas que estaban cerca mío se abrazaban felices.

Es que en el setlist de Foster the People no hay puntos bajos, y es imposible no pensar en el pasado de Foster como ex compositor de jingles publicitarios o en un Audi corriendo por una carretera norteamericana con el inicio synth pop de “Helena Beat“, el pegajoso coro de “Call it what you want” o cualquier otra canción del “Torches” (2011) de fondo. Parece todo tan probable.

Por eso cuando suena “Pumped up Kicks” en una versión extendida hacia el final del show, el baile incesante de la gente demuestra que vinieron en el momento perfecto, antes de que los adolescentes crezcan y de que Mark Foster se aburra de los jingles.

// Fotos: Daniel Olivares.