Getaway series
20 horas de un gélido viernes de julio. Al llegar al estudio fotográfico de Renato del Valle, donde se lleva a cabo la exposición gratuita Getaway Series, con las obras del artista visual Sebastián Vargas, nos encontramos precisamente con el protagonista. Completamente de negro, aunque cubierto con un poncho gris y acompañado por su infaltable herramienta, una cámara Cannon colgada al cuello durante toda la muestra, Sebastián recorría el lugar y preguntaba a quienes estaban ahí: ‘¿quieren algo?’, un amigo le dice ‘¿estai nervioso?’ No -responde Vargas-, estoy ansioso, expectante. De fondo los DJs preparan la música que después dará paso a la fiesta de despedida: Mayer Hawthorne y sus canciones reciben a los asistentes.
Pasadas las 21 horas el estudio comienza a llenarse. En el segundo piso se encuentran las 16 obras que Vargas expone en esta muestra de despedida. Una pausa dentro de su agenda, ya que parte a Nueva York para hacer un mural. De eso comenta Nicolás Mardini, director de Mutt Art Dealers: buscamos crear instancias más abiertas y más sociales, algo diferente a lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver en las muestras de arte. Y de esta manera queremos que la gente se motive y vaya conociendo las obras de los diferentes artistas –jóvenes y emergentes- que exponen.
Mientras enciende un cigarrillo, añade que lo que buscan con estos eventos es que ‘la gente se atreva a comprar arte e incursione en este mundo’. Toma un vaso de cerveza y señala que actualmente está trabajando con 13 artistas jóvenes y a futuro pretende –cada dos meses- hacer un evento como la presentación de Getaway Series.
El reloj avanza y con el correr de los minutos una treintena de amigos e invitados por Sebastián Vargas lo felicitan, comentan de sus obras, expuestas en diferentes formatos, las que presentan variados campos temáticos y visuales, y van por una cerveza o simplemente disfrutan del ambiente de música, arte y conversación que ofrece esta muestra, que funciona como un catastro de imágenes. Por lo mismo, “esta muestra se asemeja a un archivo, a un álbum que reúne mis propios fetiches, caprichos, fijaciones gráficas o como sea que se les pueda llamar”, comenta Vargas.
Se pasea de un lado para otro, saludando y compartiendo con sus invitados. Toma fotos, bebe cerveza y presenta una sonrisa constante. Mientras la música sigue sonando, los DJ’s mezclan artistas tras artistas, la gente sigue y sigue llegando. Es hora de dar paso a la fiesta que los patrocinadores habían anunciado.