¿Dónde se puede despertar después de dormirse en el transporte público?
Cuentos
-¿Dónde te bajas?- una suave voz me hizo abrir los ojos abruptamente. Ya era de noche, y la mayoría de los asientos estaban desocupados. Solo en ese momento me di cuenta de dos cosas. La primera, un tanto obvia, era que me había quedado dormido. La segunda solo la intuí al mirar por la ventana y ver un paisaje totalmente desconocido: me había equivocado de micro. -¿Dónde te bajas?- volvió a preguntarme ella. Me quedé un rato en silencio. -Emm… parece que me equivoqué de micro- le respondí finalmente, avergonzado. La risa de aquella desconocida me hizo sentir un poco estúpido, y con mi voz aún somnolienta le pregunté dónde estábamos. Me dijo el nombre de un lugar que ya ni recuerdo, acompañado de un provocador “cómo te llamas”. -Pablo- le mentí, mirándola a sus grandes ojos verdes. -Yo me bajo por aquí, si quieres me acompañas y te explico dónde ir a tomar la micro de vuelta- respondió. Tocó el timbre de atrás y me bajé con ella. Su casa estaba a media cuadra.
A la mañana siguiente me encontraba en ese mismo lugar esperando una micro para regresar a mi casa.