A las protestas y paros reclamando por despilfarro y corrupción, se sumaron una serie de graffitis en las calles de Río y São Paulo.
Publicidad
Reclaman despilfarro y corrupción. El dato duro es que, hasta el año pasado, Brasil invirtió US$ 3.400 millones en las doce instalaciones del Mundial: más que Sudáfrica y Alemania —las sedes anteriores— juntas.
La respuesta no se hizo esperar.
A las protestas y paros reclamando por la desigualdad y pobreza en un país de 202 millones de habitantes (según un censo que funcionó), se sumaron graffitis de artistas callejeros como Cranio y Paulo Ito.
Así lucen algunas murallas de São Paulo y Río de Janeiro: