A los fanáticos de Kasabian les gusta la fiesta y se nota, y eso es lo que entregan a su público: fiesta, fiesta, más fiesta. Y, claro, una de las mejores presentaciones del fin de semana.
Llegaron a debutar a Chile luego de haberlo hecho todo, o al menos casi todo, y si es que no, mucho: dieciocho años de trayectoria, cinco exitosos álbumes y el premio a mejor banda británica y mejor álbum del año pasado, según NME. ¿Cabía alguna duda de que podía ser uno de los mejores shows de Lollapalooza? Verlos entre los nombres del cartel auguraba un evento imperdible. Los creadores de himnos como “Days are forgotten” estaban finalmente en Chile, luego de una fallida visita hace tres años. La presentación de Kasabian en el escenario de la explanada despejó todas las dudas: fueron una de las bandas mejor recibidas por el público, con un espectáculo a la altura de las credenciales del tándem Tom Meighan/Sergio Pizzorno.
El sol daba en la cara de una importante masa de gente que esperaba frente a un escenario adornado por un enorme telón de color negro y números rosados. 48:13. Al parecer el disco orgullo de la banda, galardoneado en sus tierras, pese a las críticas de los viejos fans por incluir sonidos más electrónicos y ligados al pop, sin dejar de lado la actitud Madchester que los ha caracterizado.
Pasadas las seis, se escuchaba el coro de “Club foot” cantado por un grupo de fans que se ubicó adelante sin dejar de saltar, como una fanaticada de fútbol, de esas que años atrás calentaban los partidos de la copas inglesas: «I… I tell you, I want you I… I tell you, I need you», gritaron eufóricos y subiendo el volumen de sus voces. Era la mejor forma de acelerar la espera por este debut.
Ya estábamos pasados unos minutos y en cualquier momento todo iba a estallar. Se escuchó un sonido eléctrico cuando subieron al escenario el guitarrista Sergio Pizzorno, seguido del cantante Tom Meighan y la euforia del público al unísono como un gran rugido. Ian Matthews marcó tres tiempos con el platillo de su batería y siguieron los acordes de “Bumblebeee”, uno de los sencillos de su premiado último disco. Lo que siguió hacia adelante no se olvidará fácilmente, Kasabian protagonizó una de las mejores presentaciones que se vio —al menos este año— en el Parque O’Higgins. Hubo varios momentos para dejar grabados en nuestras cabezas: cuando dejan de tocar “Club foot”, Meighan estira entre sus brazos una bandera chilena con la frase «We are fucking empire» en letras negras. También vale recordar que Kasabian acostumbra a tocar un cóver por show. En Chile, interpretaron una entretenida versión de “Praise you”, de Fatboy Slim, y para finalizar, luego de una explosiva interpretación de “Fire”, el cantante hizo a capela “AlI you need is love”, de The Beatles, haciendo cantar a todos los presentes, mientras Pizzorno repartía abrazos con la primera fila para luego retirarse definitivamente del escenario, dejándonos la sensación de que habíamos vivido algo importante.
A lo lejos, los que seguían el show desde sus casas, unos 205 mil usuarios únicos según la empresa a cargo del streaming, no dejaron de alabar a la banda a través de las redes sociales.
A los fanáticos de Kasabian les gusta la fiesta y se nota, y eso es lo que entregan a su público: fiesta, fiesta y más fiesta. Un carismático Pizzorno a veces deja de lado la distorsión de su guitarra para tomar percusiones y animar al público. Otras veces, toca sintetizadores y grita en los coros, también baja del escenario para bailar y animar al mundo a seguir bailando. Es en ese momento cuando las guitarras son reemplazadas por sonidos electrónicos, y los cabeceos del rock se transforman en bailes, lo que puede suceder con temas como “eez-eh” o “treat”, ambos del 48:13. Quienes estaban en la explanada el domingo, definitivamente nunca lo podrán olvidar. Tampoco la chica a la que un seductor Meighan lanzó un beso desde el escenario.
Fotos: Felipe Avendaño © paniko.cl