Por primera vez en Chile, el dúo barcelonés Hidrogenesse será el encargado de cerrar este sábado el Santiago Pop Fest y de encantar este domingo al puerto de Valparaíso con un concierto especial.
Por primera vez en Chile, el dúo barcelonés Hidrogenesse será el encargado de cerrar este sábado el Santiago Pop Fest y de encantar este domingo al puerto de Valparaíso con un concierto especial. Dos fechas imperdibles de un fin de semana histórico para los seguidores del pop en español. ¿Las razones de tan exagerada presentación? Aquí repasamos algunas.
Cuando en 2014 Los Planetas anunciaron una visita a Chile, sus fanáticos no ocultaron la excitación: por fin, después de más de dos décadas, los españoles cruzaban el Atlántico para llegar a Santiago, una capital en el medio de un país que aún se visualiza lejano para los creadores ibéricos.
Gracias a aquella fecha, una parte de los seguidores de la tradición de pop español quedó satisfecha, soñando que las distancias que todavía nos separan con España comenzaban a estrecharse. Otro sector del público, en tanto, debió seguir esperando la llegada de proyectos más o menos independientes como La Casa Azul, Single o Francisco Nixon, por mencionar a algunos, a quienes conocieron (conocimos) a través de Rockdelux y que luego pudieron (pudimos) consumir hasta el cansancio mediante descargas y videos. Pero la espera continuará hasta que las condiciones que asumimos como superadas —fronteras, geografía, costos, difusión, etc.—, sean menos ingratas de sobrellevar.
Sin embargo, en 2015, los encargados de ilusionarnos con un cambio en este panorama serán Carlos Ballesteros y Genís Segarra, las dos caras detrás de Hidrogenesse. Con sus conciertos en Chile, la dupla marcará un hito particular en este país, mezclando pop, electrónica, lucidez y taco gastado sobre el escenario.
Lo del taco es literal, pues Genís Segarra viene calzando tacones aguja (como Prince) hace varios años en sus espectáculos. Pero las suelas también se gastan caminando y ese es el gran legado de Hidrogenesse; años de trabajo y recorridos para dar cuerpo al sello Austrohúngaro, casa que desde el año 2000 ha visto pasar a Chico y Chica, Astrud (el otro dúo pilar del sello, que también cuenta con Genís como mitad creativa), Feria, Hello Cuca, Alfacrepus, entre otros. Una plataforma, que según han explicado nació para publicar bandas amigas, pero que tras quince años de acción es un referente de historia y pop en español, como lo son Elefant o Siesta. Claro está, todos los discos de Hidrogenesse se han publicado en Austrohúngaro, y aunque la variedad de oferta/demanda hoy permitiría (quizá) que alguna editorial los publicara, a fines de los 90s no existía otra posibilidad para ellos; la autogestión era el camino, y con el tiempo, las condiciones y el contexto de una época se transformaron en el imperio particular de Segarra y Ballesteros.
Gimnastica Passiva (2002) fue el debut para la pareja, pero también fue el primer indicio para que hoy podamos ocupar etiquetas como «pop desprejuiciado» en estas latitudes. Representantes de un sincretismo basado en el electropop, la performance, la poesía y un discurso lúdico, Hidrogenesse despuntaron con aquella producción como una pareja capaz de igualar o superar los antecedentes que dejaron (y aún dispersan) Kraftwerk, The Magnetic Fields o Pet Shop Boys. Pero en español, en los himnos “No hay nada más triste que lo tuyo”, “1987” o “Vamos a salir del Siglo”.
Javiera Mena, compositora mil veces descrita por su actitud «desprejuiciada», los ha citado como referentes y hasta les entregó “Luz de piedra de luna” para ser remezclada. Sin espacio para la exageración, es posible que la historia de la chilena fuese muy distinta sin la influencia de los catalanes, pues con Hidrogenesse como ejemplo de un tipo de creación, más el soporte de Austrohúngaro como oficina discográfica, la cronología del pop en nuestro idioma comenzó a poblarse de otras letras, otras bases y ritmos, y sobre todo, otras historias y protagonistas. Desde un comienzo, las narraciones del Ballesteros y Segarra fueron entramando humor y perspicacia, crítica a las convenciones sociales, las modas y tendencias, mientras aportaban crónicas románticas como toda buena agrupación pop. Ahí están “Eres PC / Eres Mac”, “Hidrogenesse Asociados” o “Vuelve conmigo a Italia” para probarlo.
Con el paso de los años, Animalitos (2007), y su continuación Bestiola (2008), consolidaron un sonido a ratos denso y heredero del krautrock, y otra veces luminoso y adictivo, que decantó en una obra clave: la celebración de los cien años del nacimiento del matemático inglés Alan Turing, Un dígito binario dudoso (2012). El álbum, que en un principio no estaba dentro de los planes del dúo, pasó a transformarse en el referente que la banda nunca buscó, pero que prensa y público siguen calificando como su mejor disco. Las razones están en canciones como “El beso”, “Enigma”, “CAPTCHA Cha-Cha” o “Historia del mundo contada por las computadoras”, cortes que abordan la dramática biografía de Turing y también las propias manías del grupo: la fascinación por las máquinas, su manipulación y el efecto que éstas generan en nuestra vida cotidiana. Una entrega fundamental, que en media hora nos cuenta la historia y muerte del padre de la informática —condenado a la castración química por ser homosexual, pero héroe tras vestidores por sus aportes técnicos durante la Segunda Guerra Mundial—, y de paso conecta pasado, futurismo y el presente que conocemos, la realidad que incluso permite que estas líneas se visualicen en un dispositivo electrónico. Rockdelux, rendida ante el trabajo de Hidrogenesse, calificó el disco como la mejor obra española de 2012, lo que multiplicó las miradas sobre la dupla.
Pero, como ellos mismos se han encargado de aclarar, el éxito de Un dígito… no los perturbó. Ballesteros y Segarra continuaron trabajando al mismo ritmo que los caracterizaba, recuperando el repertorio inconcluso. Así comenzaron a afinar canciones antiguas. Del pasado. Y no es casualidad que esa arqueología íntima se titulara Roma (2015), obra dedicada a una capital que siempre los sedujo y que reúne nuevos personajes fetiche: Elizabeth Taylor, Gustave Flaubert, Terenci Moix, entre otros.
Como vuelta de tuerca de su propio discurso, Hidrogenesse abordan con humor el paso del tiempo, la vejez y los problemas de aferrarse al presente en “Aquí y ahora”, “Siglo XIX”, “Dos tontos muy tontos” o “A los viejos”. Aparecido en enero de este año, los caminos de Roma llevaron a Hidrogenesse a planear su primera gira por Sudamérica —tan lejos, tan cerca—, con fechas en Argentina, Uruguay, Chile y Perú, aceptando invitaciones de productores que crecieron escuchando sus canciones y que apostaron por la dupla en los escenarios locales.
Banda de honor del Santiago PopFest (sábado 25 de abril) e invitados de Letal en Valparaíso (domingo 26 de abril), Hidrogenesse conocerán la cara del público chileno en esos dos conciertos. Nosotros, en tanto, podremos disfrutar de su repertorio por primera vez en vivo y también conoceremos a una dupla central dentro de la creación española. Dos conciertos que serán una clase de historia popular: un repaso de pasado, presente y futuro del pop en nuestro idioma.