Las influencias de Keith Richards

por · Septiembre de 2015

Dirigido por el cineasta Morgan Neville, Under the influence —disponible en Netflix— visita la infancia de Keith Richards y las grabaciones de su último disco solista Crosseyed heart, con imágenes importantes en la historia de The Rolling Stones.

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«La vida es algo raro, pensé que se terminaba a los 30», dice de entrada el guitarrista de 71 años, los ojos perfectamente delineados y el cintillo abrazado a la cabellera color ceniza. Así arrancan los 81 minutos de Keith Richards: Under the influence, el documental estrenado por Netflix que escarba en las melodías que inspiraron la prehistoria de The Rolling Stones.

Inmediatamente gira y suena “Blue and lonesome”, del estadounidense Little Walter, y Richards abraza una guitarra y cierra los ojos. «No hay nada más blues que eso. Viejo, esto es música». Dirigido por el ganador de un Oscar al mejor documental con la película sobre coristas 20 Feet From Stardom, el cineasta Morgan Neville, Under the influence visita la infancia del inglés perdida en los escombros de la II Guerra Mundial y los últimos aires del technicolor.

Influenciado por un abuelo, poco a poco el adolescente Richards toma su primera guitarra y se hace adicto a las notas bluseras de Jim Hall, Howlin’ Wolf y Muddy Waters, a quienes conocerá mucho después, en un ambiente de segregación racial en Estados Unidos, cuando los Stones llenan sus primeros estadios.

«Me fui a los 17 de casa sin el permiso de mi padre y las giras se transformaron en mi segundo hogar», dice Richards, que junto al cantante Mick Jagger y el baterista Charlie Watts son los únicos que siguen desde la formación original de los Stones.

Al piano o la guitarra, con el bajo colgado o como cantante, la música todavía le saca algunas muecas al autor de “Paint it black” y “Gimme shelter”. Y eso emociona y traspasa la pantalla.

Richards habla y suelta una risotada apenas gastada por el paso del tiempo: «La música es el centro de todo: ha unido a la gente a través de los siglos. Es imposible de definir, y nunca nadie tendrá la clave pero es divertido explorarla». Al tiempo que muestra las canciones de Crosseyed heart, su último disco solista lanzado hace unos días. Allí trabaja con dos viejos conocidos: el baterista y co-productor Steve Jordan, y el guitarrista Waddy Wachtel; y parece ser la mejor excusa del documental.

Menos completo que sus memorias publicadas en 2010 —Life (Little, Brown and Company)—, Under the influence funciona como un espejo entre las influencias del pasado y su impecable trabajo en solitario, mientras la banda que paga su holgado estilo de vida prepara una gira mundial para abril del próximo año.

Con imágenes de sus días en Jamaica, donde vivió de primera mano la explosión del reggae; algún incidente sobre los escenarios, o las grabaciones en los Chess Studios de Chicago, Under the influence se mete en la piel de Keith Richards y lo salpica todo de un blues añejo y contagioso. Muy sintonizado con los días duros en los viejos campos de algodón. «Si estás de ánimo y con el instrumento adecuado eres como una antena», advierte el guitarrista que mejor explotó el sonido de Chuck Berry.

Las influencias de Keith Richards

Sobre el autor:

Felipe Ojeda (@paniko).

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