Nos devolvieron la distorsión a los amplis, tienen la mejor canción de amor de hoy: “Maps”. Y vienen a Lollapalooza Chile
Llevan 10 años exactos junto a nosotros. Yeah Yeah Yeahs. Tres palabras que hoy por hoy dicen harto. Pero antes de que significaran “banda” o garage punk, simplemente eran una afirmación repetida. Una reiteración por tres, que muchos empezaron/mos a escuchar por eso mismo. Por el nombre interesante.
Uno se cree melómano, o como se diga la maldita palabra, y se te suben mañas de un sabiondo adicto a la música. Un culto en cuanto a los sonidos. Un letrado de mentira. Y consumes y consumes libros, películas y, claro está, música, y te dices a ti mismo: “nunca voy a poder ver a Patti Smith porque nací en la época equivocada. No alcancé a ver a Siouxsie & the Banshees…” y un infinito etcétera. Y te encuentras con una tipa revolcándose en el piso, chillando y rompiéndose los calzones, aullando hasta reventarse la garganta, mientra se come el micrófono, literalmente.
Esa es tipa es Karen O y está viva, y no es ninguna banda de antaño ni sale en los libros de clásicos, ni forma parte de algún catálogo de vinilos imposibles de encontrar porque algún boludo se los compró todos en miles de dólares. No sale en ningún documental de esos que te muestran lo divertido que eran otros tiempos que nunca fueron los tuyos.
Los Yeah Yeah Yeahs son de ahora mismo.
Eso mismo me pasó a mi. La sensación de sentirte con la suerte de vivir este momento, ahora mismo, gracias a una banda. En un viaje a Nueva York, joven, chascón, ignorante, en pleno Central Park, bajo el sol del verano gringo, con todos friéndose alrededor. Era un lugar abierto y público, a la vista del rudo y obeso cuerpo del NYPD, con chicas igual de fáciles que en otros ambientes, con la respectiva nube de buitres alrededor. Como en un boliche yankee cualquiera.
YYY's
Además de haberlos visto un par de veces más en la misma ciudad, desde ese momento que para mi forman parte de mi vida y siempre estarán presentes. Después de todo, desde la chica rubia pretenciosa de barrio alto hasta la fanática de clase media, hablan de ellos como si fueran los mejores, porque tal vez lo son. Y desde el perro-zorro hasta el punketa ortodoxo, concluyen lo mismo.
Los rankings especializados tampoco dicen algo distinto: Desde el Fever to Tell (03)- 5to mejor disco de la década según la NME- con Maps y ese video Y Control que hizo Spike Jonze, hasta el Show Your Bones (06) con Cheated Hearts y de nuevo, 2do mejor disco de ese año según el mismo semanario británico. O su último disco, el It’s Blitz (09), que resultó como lo mejor de ese 2009 para la revista Spin y el tercero del año para la NME.
La última tocata registrada de los Yeah Yeah Yeahs fue para una pequeña gira que celebró su aniversario número 10 el año pasado. Y claro, tenía que ser en Nueva York. Ocasión en la que aprovecharon de intrigar a todos con un puñado de shows secretos y muy íntimos, donde iban unos pocos, y realmente así deben ser los shows de los Yeah Yeah Yeahs. Porque a pesar de que son del gusto de miles, ellos prefieren quedarse cerca de casa, cerca de los suyos, a pesar de ser invitados a miles de festivales alrededor del mundo.
Quedarse cerca de la Gran manzana no significa estar cerca de su parientes, más bien quedarse cerca de sus símiles musicales. De su gente. De su café preferido. De sus barrios. De todo eso. Y este fue el setlist de ese último show, un 24 de septiembre de 2010, en el Mercury Lounge.
Eso es todo. Digamos que Karen, Nick y Brian están de vacaciones. Esto de Chile es como un retorno de estar hueviando y descansando. No se podría decir qué esperar. Aunque las 10 canciones que más se repiten en sus últimos conciertos, en promedio, son: Maps, Gold lion, Date with the night, Cheated hearts, Zero, Heads will roll, Y control, Skeletons, Dull life y Honeybar.
Como tip: A esta banda hay que verla en un lugar pequeño, el escenario más grande que aguantan debe ser un teatro. En Lollapalooza Chile sabemos que los veremos en un ambiente festivalero, de masas, con diferentes gustos y fanatismos. Aunque no está definido su escenario, es difícil predecir como se comportará el público, y al mismo tiempo es difícil saber cómo actuaran ellos. Pero hay que confiar en este trío. ¡Nos devolvieron la distorsión a los amplificadores y son los autores de LA MEJOR CANCIÓN DE AMOR de hoy: Maps!
