La Banda 69 vuelve a los escenarios con formación original: «Nunca hemos subido un tema a youtube, pero están casi todos ahí, y con muy buenos comentarios».
Los 80 chilenos fueron años de variados proyectos musicales en torno al pop-rock. Y muchas de esas bandas, al menos las más importantes, nacieron en la Facultad de Arte de la Universidad de Chile, especialmente en la Escuela de Música y Sonido, donde llegaron tipos como Andrés Bobe (La Ley, Saiko), Juan Ricardo Weiler (Aparato Raro), Carlos Fonseca (Los Prisioneros, sello Fusión), Igor Rodríguez (Aparato Raro), Luciano Rojas (La Ley, Saiko), Jorge González (Los Prisioneros) y tantos otros que comandaron las bandas más reconocidas de esos días.
Entre estos músicos de universidad, tres jóvenes estudiantes de Licenciatura en Música lograron crear un conjunto que fue del gusto del líder de la banda más representativa del movimiento. Jorge González, compañero de curso de Robert Rodríguez (guitarra y voz), produjo el primer cassette homónimo de Banda 69 (1988) a fines de los ’80.
El trío liderado por Rodríguez se completaba con Waldo Castillo (bajo) y Jorge Silva (batería), y más tarde sumarían a Hugo Núñez (bajo).
Luego, la banda que popularizó temas como “El Presidente”, “La espía que no me amó” y “Fantasías sexuales” se perdió de las radios como muchas otras agrupaciones del boom del rock latino, pero a Robert Rodríguez lo veríamos más tarde como guitarrista nada menos que de Los Prisioneros, en días del lanzamiento de Corazones (1990), Festival de Viña del Mar y primera despedida de la banda, para posteriormente aparecer en Jardín Secreto, proyecto electropop de Miguel Tapia.
Pero, como esos amores que duran toda una vida, pese a las pausas, Banda 69 siempre se ha vuelto a juntar, para tocatas casuales, entre ellas algunas en Europa, donde hoy viven dos de sus integrantes.
Estos días se han reunido nuevamente en Chile y ya tienen programada una fecha en vivo. Será el próximo 3 de abril en Onaciú. Y Emiliano Aguayo, autor del libro Las Voces de los ’80, aprovechó de entrevistarlos.
La idea es revivir viejos tiempos y hacer nueva música juntos.
—¿Cómo nace este viaje a Chile de Robert y Hugo de Europa?
Robert: Siempre la idea es revivir viejos tiempos y hacer nueva música juntos. Incluso, ya en 2010 hicimos lo mismo, pero al revés. Ellos (Waldo y Jorge) viajaron y tocamos en Francia, Alemania y Suecia. Y este era el momento de venir a Chile.
Waldo: Por mi lado, he hecho muchas cosas, pero nada me llena más que tocar en Banda 69. Y ahora, la idea es seguir haciendo algo entretenido, porque estamos concientes que tenemos talento.
Jorge: Yo he tocado en varias bandas, pero este es el lugar donde me siento más cómodo, en la Banda 69. Nuestros estilos se afiatan bien.
—Para Las Voces de los ‘80 ya conversamos sobre la Facultad de Música de la Universidad de Chile, que es donde se hacen amigos y crean la banda. ¿Cómo recuerdan ese ambiente, siendo la única banda que se inicia 100% ahí?
Jorge: La Facultad nos sirvió de vehículo para conocernos, donde todos llegamos con distintas inquietudes musicales. Y nos juntamos y dio frutos, en una mezcla bastante original.
Robert: No sé si los demás tenían grupos antes, pero sé que todos llegamos con el deseo de hacer música, de formar un grupo. Es decir, era típico el «necesito un bajista, un baterista». Es más, todos estudiábamos en cursos diferentes, pero fue el hecho de querer emular a nuestros héroes de la música el que hizo formar una banda. Y resultó.
—En esos mismos pasillos estuvieron Andrés Bobe, Juan Ricardo Weiler, Carlos Fonseca, Igor Rodríguez, y claro, Jorge González, quien luego les produce el primer disco y Robert, además, toca en un momento en Los Prisioneros.
Robert: Con Jorge éramos compañeros de curso y se estableció, fácilmente, una amistad. Me mostró sus canciones y yo las mías. Incluso, un día me ayudó a grabar por primera una canción mía y ver cómo sonaba. Luego, se dio que él mismo produjera nuestro primer disco y nos prestara instrumentos, para poder trabajar, ya que nosotros no teníamos condiciones para tenerlos. Y después, cuando él necesitó que alguien le ayudara en Los Prisioneros (en la etapa del disco Corazones), recurrió a mí, lo que fue muy enriquecedor y entretenido.
—Viajan, se juntan para volver a tocar en Chile. En este contexto, ¿cómo ven o comparan la relación de una banda chilena como ustedes, que tuvo prensa en los ’80, con lo que pasa hoy? ¿Se logran conectar bien con esos medios?
Hugo: No vivo en Chile sólo hace unos 4 años, pero es un país totalmente nuevo. Ha cambiado todo. Está muy difícil entrar en los medios. Te reciben, te dicen que te van a llamar, pero eso luego no pasa. Es una pequeña lucha que desanima.
Nunca hemos subido un tema a youtube, pero están casi todas nuestras canciones ahí, y con muy buenos comentarios.
—El primer disco es de 1988, mientras el segundo de 2011. ¿Hay algo que refleje el estar fuera del país?
Robert: Justamente es una grabación entre Santiago y París, y que fue masterizado acá en Chile. Ahora, si hay algún cambio entre estar en Chile e irse fuera y componer, para mí que soy el compositor del grupo, no influye mucho. Claro, uno ve otras cosas, otras texturas, pero el proceso creativo es muy personal, por lo que no lo asocio tanto al lugar.
Eso sí, Europa me ha dado la posibilidad de comprar más material para hacer música, eso es indudable, pero en lo emocional no. Es mi mundo propio el que hace las canciones. Y este disco de 2011, si bien es parte de nuestra evolución, también trae “James Bond”, por ejemplo, que es antigua y muy conocida, pero no estaba en disco. Aparte, hay muchas otras canciones que se hicieron entre los ’90 y 2000.
—¿Un nuevo disco?
Robert: Tenemos muchas canciones para un tercer disco, pero por ahora no. Sólo queremos tocar en vivo.
—¿Cómo se comunican hoy con sus seguidores?
Hugo: Teníamos un web site, pero ahora sólo facebook y twitter. Fíjate que nunca hemos subido un tema a youtube, pero están casi todas nuestras canciones ahí, y con muy buenos comentarios. Eso nos sorprende.
Jorge: No sé cómo los más jóvenes conocen nuestra música y se conectan con nuestras canciones. Quizás por la musicalidad. Robert ha sabido encaminar esa musicalidad nuestra.
Robert: Nuestros contemporáneos ya tienen hijos y esos hijos escuchan, por esos padres, nuestra música. Y allí encontraron algo interesante. Pero por supuesto es estimulante ver todo esto en redes sociales. Para los antiguos fans, pero especialmente para estos más jóvenes es que queremos tocar, para quienes no tuvieron la oportunidad de vernos antes.
—Hace poco hubo elección presidencial en Chile. Ustedes hicieron “El Presidente”. ¿Cómo nace esa ironía, de algo que no habían vivido, y que aún sigue vigente?
Robert: En realidad, eso es un cliché muy conocido de las personas que se presentan a estas elecciones. Es muy habitual eso de prometer y prometer, de besar a los niños, etc. La canción salió espontánea, de las ganas de un cambio, de querer democracia. Extrañamente, aún tiene vigencia. Uno hace algo en un momento y quizás le llega en el tiempo a la gente. Pero, no es calculado. Es más, nosotros no fuimos los famosos que pensábamos y que fueron otros, y a pesar de eso, esto sigue vivo, seguimos en la Banda 69.