Cuando nos llueven balas como granizo
«Miren como nos hablan del paraíso/ cuando nos llueven balas como granizo» canta una sentida Isabel Parra en un plano que resalta su mirada destrozada, con la mueca de una paloma enjaulada.
Es 1974 y la hija de Violeta canta “Qué dirá el santo padre” sobre las cuerdas de Patricio Castillo (Quilapayún). La composición, de estricto blanco y negro, limpia, se ciñe con su gesto y le añade un aura de profunda desesperanza a su canto.
Así arranca Recordarás con amor y odio (1974, Jürgen Böttcher y Rolf Liebmann), parte de la muestra del sitio Música popular en el festival de cine documental IN-EDIT Nescafé, en este caso puntual, con ayuda del Goethe-Institut.
Se trata de un filme alemán que revisa la experiencia en el exilio de miles de chilenos, en el plano musical, documentando brevemente —sin ningún espesor importante— lo que se conoció como la Nueva Canción Chilena, acaso el género más sustancial de la música popular chilena, sonidos folclóricos tradicionales fusionados con ritmos latinoamericanos y líricas de contenido social, que instalaron la tesis de un profundo desapego de la influencia ideológica y cultural de Estados Unidos. Idea fuertemente promovida por la obra y figura de Violeta Parra, como explican en cámara los integrantes de Inti-Illimani.
En paralelo, desde 1946 que funcionó el Deutsche Film-Aktiengesellschaft (DEFA), el estudio fílmico de la República Democrática Alemana que acumuló miles de películas de ficción y documentales hasta hace dos décadas. Verdaderos registros de «una cultura ya desaparecida», como anunciaba en 2005 el MoMA de Nueva York, que organizó una muestra con dos semanas de exhibición de cintas DEFA.
Recordarás con amor y odio responde a la cruza de esos cineastas alemanes con los artistas chilenos en exilio, en una pequeña y confusa pincelada de la época en que Chile vivió la mayor explosión de su actividad musical, con «tantos músicos como nunca en la historia del país» según explica a los alemanes la propia Isabel Parra.
En los cuarenta minutos, separados con la frase “Erinnere dich” (recuerda), se suceden distintos hechos históricos que explican el proyecto macroeconómico de Salvador Allende y la Unidad Popular, graficando la idea de la independencia económica a través de un discurso del ex-presidente socialista frente a la imagen de O’Higgins en Rancagua, en el latifundista que reúne a sus trabajadores para informarles que su fundo será repartido como parte de la Reforma Agraria («¡A desalambrar, a desalambrar! que la tierra es nuestra, tuya y de aquel»).
Desordenadamente, el documental muestra el Golpe militar a través de extractos de La batalla de Chile de Patricio Guzmán, parte de las actuaciones de Aparcoa e Inti-Illimani en el Viejo continente y un viaje en micro con Víctor Jara. Ahí dos frases que bien podrían definir la mirada de autor de este registro: «importa ser un verdadero revolucionario y no un comerciante de los gustos del público» dice en algún momento Jara, que es exhibido como un artista consciente que trabaja más que todos y, un poco antes, a Violeta Parra explicando la honestidad visceral del movimiento: «me pasa como los campesinos que solo cantan cuando tienen algo decir».
Pasan dos cosas después de ver Recordarás con amor y odio. Primero, la incertidumbre por algo que pudo ser, un movimiento cultural silenciado a balazos, un sueño que terminó convertido en pesadilla. Luego, lo trivial de la cinta a pesar del registro inédito de sus filmaciones y las variadas alternativas para profundizar como sí lo hizo alguna vez alguien como Carmen Luz Parot.