De cabeza en las neurociencias

por · Septiembre de 2015

El día que Phineas Gage sobrevivió a un accidente que terminó con un fierro atravesado en su cráneo, la historia de las neurociencias cambió para siempre. El caso protagoniza la primera novela histórica de Francisco Aravena.

Publicidad
p02ccyx9

El día que Phineas Gage sobrevivió a un accidente que terminó con un fierro atravesado en su cráneo, la historia de las neurociencias cambió para siempre. En algún momento de 1848, cuando el ferroviario estadounidense de 25 años perdió parte de su cerebro, no solo modificó violentamente la forma de su cabeza, sino que, al mismo tiempo, los hilos que tejían su personalidad. Del trabajador perfeccionista que recordaban sus compañeros, resultó un impulsivo casi animal y con muy poco filtro social; o sea, alguien que perdió la capacidad de sentir. Lo que vino después, la vida de alguien que ya no fue el mismo, completa la primera novela histórica del periodista Francisco Aravena.

Hasta entonces el mundo era una enorme extensión de tierra, llena de gente retratada en daguerrotipos color sepia, y Valparaíso, a donde llegó el mito del sobreviviente estadounidense, un gran prostíbulo internacional. Ahí es donde aparece, de entrada, en los primeros capítulos, la figura de uno de los pioneros de la ciencia chilena, el doctor Manuel Antonio Carmina. Y la historia de Gage, que para algunos parecía una fantasía, comienza a unir y a dividir al universo de divulgadores científicos y exploradores de fines del siglo XIX. «Quizás las razones por las cuales nos obsesionamos con ciertas historias no responden exclusivamente a un puñado de buenos argumentos racionales», justifica el narrador.

La novela, que se mueve entre la saturación de diálogos y los epígrafes bien calibrados de cada capítulo, muestra de reojo una republiqueta jugando al ensayo y error, con el incipiente ruido de la guerra como telón de fondo. Un momento en donde, como ahora, ninguna verdad parecía estar cerrada. Ni siquiera en un ambiente tan hermético como la ciencia.

La vida eterna de Phineas Gage es y no es un caso curioso donde los científicos —y por qué no los lectores— «parecían asomarse a algo parecido a una explicación sobre el funcionamiento del órgano más fascinante y todavía más misterioso del universo conocido». Ese es el motor de esta novela a veces entretenida que se lee como un thriller con señas para los seguidores de las páginas de ciencia y tecnología.

La vida eterna de Phineas Gage
Francisco Aravena
Ediciones B, 2015
390 p. — Ref. $16.000

De cabeza en las neurociencias

Sobre el autor:

Felipe Ojeda (@paniko).

Comentarios