Las recomendaciones del editor para esta semana.
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Las recomendaciones del editor para esta semana.
Interrupciones, diario de lecturas (Hueders), de Matías Rivas. La escritura de Matías Rivas conforma una zona fronteriza, de alto tránsito, donde la poesía se cruza con el ensayo, la crítica literaria, la columna de opinión y la biografía. Los textos que componen este libro se construyen con esa libertad que permite que los juicios literarios se mezclen con las confesiones de un autor que concibe la literatura como el espacio para ensanchar la imaginación y el pensamiento, además de un refugio contra el ruido y el frenesí de una época saturada de artificios. De esta forma, junto con descifrar la obra de Nicanor Parra, Roberto Bolaño, Henry Michaux, Alice Munro o Manuel Puig, entre muchos otros, el autor entrega un antídoto para liberarse del tráfago cotidiano y poner atención a las pulsiones que habitan nuestro cuerpo. (ref. $14.000)
México 8. Mi Mundial, mi verdad (Sudamericana), de Diego Armando Maradona. A treinta años de la consagración en México 86, Diego Armando Maradona revisa y relata, con voz inconfundible, el momento más brillante de su carrera, cuando lideró al seleccionado argentino hacia un título del mundo que no se ha repetido hasta hoy. Mirada desde el presente, aquella hazaña histórica alcanza ribetes de leyenda: cómo lo logró, junto a sus compañeros, contra todo y contra todos, narrado en primera persona. «Llegó la hora de contar las cosas como fueron. Aquel fue el verdadero campeonato del mundo de los argentinos: el más luchado, el más sentido y el más merecido. Pienso y hablo en presente de México 86 y se me ilumina la cara. Ese Mundial fue el momento más sublime de mi carrera. Éramos veintidós locos dispuestos a ir a la guerra, y logré instalar la idea de que jugar con la camiseta de la selección era lo más importante, aunque la guita la hicieras en un club europeo. Hace treinta años ganamos la Copa del Mundo, la última que levantó un seleccionado argentino, con 25 dólares de viáticos por día. Llegó también la hora de hablar más del plantel de jugadores y menos del planteo de Bilardo. Después del partido contra los ingleses, Valdano me dijo: ‘Diego, a partir de hoy, sos el mejor jugador del mundo’. Jugamos contra los ingleses después de una guerra en la que los chicos argentinos fueron a pelear en zapatillas: eso, los padres se lo contaron a sus hijos, y los hijos se lo contarán a sus hijos. Pasaron treinta años y lo siguen contando». (ref. $12.000)
Poéticas del paisaje (Alquimia), de Pablo de Rokha. Más temprano que tarde, el adjetivo «rokhiano» será aceptado por la RAE. O Quizás no, pero existe y designa el desborde vital de un poeta que bien podría ser parte de la generación bear, salvo porque comenzó a escribir cuarenta años antes que Ginsberg. Su obra, compuesta por una treintena de libros, es descomunal e irregular, reiterativa e inclasificable: un capítulo aparte de la poesía chilena. (ref. $9.000)
El tango (Sudamericana), de Jorge Luis Borges. Gracias a los tres mil pesos moneda nacional que le otorga el segundo Premio Municipal de Literatura, Borges dedica el año 1929 a una investigación sobre el poeta Evaristo Carriego que se transforma en un profundo y revelador estudio sobre el mundo del tango. Más de treinta años después revive ese mundo, que lo había adentrado en los bajos fondos de la Ciudad de Buenos Aires, en cuatro conferencias que dicta los lunes de octubre de 1965 a las siete de la tarde en un departamento del barrio porteño de Constitución. Lúcido y ocurrente, Borges exhuma el Palermo y el Sur de antaño, poblados de compadritos, guapos, niños bien patoteros, «casas malas» y milongas, para interpelar el origen, los símbolos, los mitos y la lírica de la música emblemática del Río de la Plata. Transcriptas por primera vez en este libro, estas conferencias ofrecen un encuentro prodigioso: el de Borges y el tango, para él «un símbolo de felicidad». (ref. $12.000)
La embriaguez de Noé (Luna de Sangre Ediciones), de Juan Carlos Cortázar. La embriaguez de Noé, tercer libro de Juan Cortázar (Lima, 1964), contiene dos narraciones que se articulan a partir de la transgresión de un límite. La primera de ellas, que da nombre al volumen, se inicia así: «El día en que cumplió cincuenta años, Cristián decidió hacerse prostituto». Tras esa sentencia rotunda y caprichosa, emerge una narración llena de matices y claroscuros, donde el lenguaje y la propia literatura son los protagonistas. El segundo relato, “Animales peligrosos”, de estructura compleja y escritura pulcra, se ocupa de una historia brutal: el trayecto hacia la degradación y la muerte de dos sacerdotes homosexuales incapaces de asumir la enfermedad de uno de ellos. (ref. $8.000)