Disparos y literatura

por · Junio de 2015

Una travesía por escombros, lecturas improbables y lealtades sinuosas. Así es Disparos en la oscuridad, del argentino Edgardo Cozarinsky, un diario personal con la idea del escritor viajero que apunta las apariencias del mundo y los destellos que iluminan los pensamientos más íntimos.

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Avanzamos por las páginas de Disparos en la oscuridad como una travesía por escombros, lecturas improbables y lealtades sinuosas, escalando intimidades, peldaños del ego y empinadas ciudades a la deriva. Las crónicas de Edgardo Cozarinsky, acaso viñetas de un diario personal, estimulan la idea del escritor viajero que apunta las apariencias del mundo y los destellos que iluminan los pensamientos más íntimos. Bajo esas vidas ajenas, personas lejanas y ruinas de la historia universal, Cozarinsky nos pierde; nos encuentra y nos pierde en la angustia de Malvinas, en los tanques caminando sobre cadáveres aplastados y las pruebas fotográficas de niños camboyanos ejecutados en centros de exterminio; también en las conversaciones solitarias frente al espejo y el humor retorcido del pregunta y respuesta en “Autorretrato”: «¿La felicidad ¿ayuda o estorba para escribir? No sé de qué se trata. No tengo televisión».

En otro capítulo de este libro lleno de ideas para subrayar, a propósito de Juegos de Verano, la película de Ingmar Bergman, el argentino apunta «el necesario olvido de la juventud para poder seguir viviendo (…) esa felicidad absoluta fabricada por la memoria». Como el diario de un cineasta que empezó a publicar literatura a los 60 años, Disparos en la oscuridad es lo más cercano a un grandes éxitos del director de Carta a un padre (2013). En treinta y seis textos, escarbando en la amistad de Borges y Bioy, la semblanza del tremendo periodista argentino Tomás Eloy Martínez y el cambio de identidad deseado por el rumano Cioran en París, Ediciones UDP compila lo más significativo de sus libros El pase del testigo (2001), Milongas (2006), Blues (2010) y Cinematógrafos (2010), complementos de novelas importantes como Lejos de dónde (2009) y los relatos La novia de Odessa (2001), más alguna producción inédita o aparecida en distintos medios de la región. Los disparos en la oscuridad son imágenes que nos hablan, en la aparente superficie, de la profundidad y la amplitud de criterio de un personaje de sombra literaria. Porque lo que encontramos en este libro autobiográfico, más allá de la Plaza Roja y el atardecer de París en primavera, es vida y literatura abrazadas como el toro al torero y componiendo una sola figura, un solo cuerpo, como escribió Vila-Matas. Algo así como aquello que le decía Kafka a Felice Bauer: «mi manera de vivir está organizada únicamente en función de escribir”. O esto otro, también dirigido a la pobre Bauer: «No es que tenga una cierta tendencia a la literatura, es que soy literatura». No es extraño, entonces, que el propio Cozarinsky responda en sus entrevistas que ahora, a los setenta y seis años, se siente más «un escritor que hace cine».

disparos

Disparos en la oscuridad
Edgardo Cozarinsky
Ediciones UDP, 2015
220 p. — Ref. $15.000

Disparos y literatura

Sobre el autor:

Felipe Ojeda (@paniko).

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