Nadie tiene la obligación de decir tanta cosa que asuste a posibles auspiciadores importantes o nuevos contratos en TV. Algunos tienen esa característica y pasan a la historia. Varios son (somos) más cuidadosos y medidos. Algunos dicen muchas cosas, son súper rebeldes, pero ante 100 ó 200 personas y sin cámaras de TV saliendo para […]
Nadie tiene la obligación de decir tanta cosa que asuste a posibles auspiciadores importantes o nuevos contratos en TV.
Algunos tienen esa característica y pasan a la historia. Varios son (somos) más cuidadosos y medidos.
Algunos dicen muchas cosas, son súper rebeldes, pero ante 100 ó 200 personas y sin cámaras de TV saliendo para todo Chile. O en su facebook, para 50 conocidos.
Otros se la juegan con alto rating, hacen reír y de pasada nos dejan preguntas que también nos pueden hacer llorar.
Y uno todavía cree, a veces, que es el rock el que va a decir las cosas. Pero, como decía, nadie está obligado.