El próximo 6 de noviembre es el lanzamiento de la novela póstuma de Bolaño, recuperada desde los archivos del escritor fallecido en 2003. La primera en aparecer por Alfaguara, luego de la reedición de Los detectives salvajes y 2666.
El próximo 6 de noviembre es el lanzamiento de la novela póstuma de Roberto Bolaño, recuperada desde los archivos del escritor fallecido en 2003. El espíritu de la ciencia-ficción es la primera que aparece por el sello Alfaguara, luego de la reedición, hace unas semanas, de Los detectives salvajes y 2666.
Fue escrita a comienzos de la década de los 80 y transcurre durante la década anterior, en México DF. El espíritu de la ciencia-ficción, la novela póstuma de Roberto Bolaño, narra la vida de dos escritores jóvenes que intentan vivir de la literatura en una ciudad en la que todo lo importante parece suceder en ese momento mágico y efímero que separa la noche del día.
El próximo domingo 6 de noviembre se realizará una lectura pública de El espíritu de la ciencia-ficción en la Feria Internacional del Libro de Santiago, donde participarán, entre otros, la cantante Ana Tijoux, la comediante Natalia Valdebenito y la escritora Nona Fernández.
El espíritu de la ciencia-ficción se desarrolla en México DF durante los años setenta. Está compuesta por dos partes en las que se desarrollan tres ejes argumentales: el primero de ellos es una pesquisa, el segundo una historia-ficción y el tercero una divertida entrevista literaria en la que se narra la segunda trama. Juntas, estas tres líneas argumentales confeccionan el retrato de un tiempo turbulento en lo político, con la cultura joven tratando de darles un sentido a los sucesos arrolladores y trágicos que marcaron el tránsito a la madurez de la generación del autor.
La novela mezcla rasgos de literatura realista con otros de carácter onírico y una historia de amor. Y como es habitual en las novelas de Bolaño, no falta la figura del genio renegado, el artista que busca la verdad y se bate contra la corrupción. El viejo orden está obsoleto, y palabras como honor, patria y grandeza han perdido su poder.
El espíritu de la ciencia ficción se inscribe en la misma línea narrativa de su otra novela más célebre, Los detectives salvajes, por la que recibiría el prestigioso Premio Rómulo Gallegos en 1999. Antecedente inmediato de esta novela que escribiría una década después, El espíritu de la ciencia-ficción puede leerse como una suerte de previa historia de adolescencia de aquellos salvajes sabuesos literarios. Los años de formación poética, de iniciación al sexo y de incipientes pesquisas detectivescas; en este caso no tras el paradero de la esquiva y misteriosa escritora Cesárea Tinajero, sino en busca del origen o el porqué de la ebullición literaria del DF a mediados de los setenta, que se manifestaba en la existencia de innumerables talleres de poesía y, sobre todo, en la circulación de varios centenares (más de 600 en un solo año, constatan los protagonistas de esta novela) de publicaciones poéticas, entre revistas, fanzines y folios marginales.
Revisa a continuación las primeras páginas de El espíritu de la ciencia-ficción, de Roberto Bolaño, por cortesía de Alfaguara.
—¿Me permite hacerle una entrevista?
—Sí, pero que sea breve.
—¿Ya sabe que es usted el autor más joven que ha ganado este premio?
—¿De verdad?
—Acabo de hablar con uno de los organizadores. Me dio la impresión de que estaban conmovidos.
—No sé qué decirle… Es un honor… Me siento muy contento.
—Todo el mundo parece contento. ¿Qué ha bebido usted?
—Tequila.
—Yo, vodka. El vodka es una bebida extraña, ¿no cree? No son muchas las mujeres que lo tomamos. Vodka puro.
—No sé qué beben las mujeres.
—¿Ah, no? En fin, da igual, la bebida de las mujeres siempre es secreta. Me refiero a la auténtica. Al bebercio infinito. Pero no hablemos de eso. Hace una noche clarísima, ¿no le parece? Desde aquí se pueden contemplar los pueblos más lejanos y las estrellas más distantes.
—Es un efecto óptico, señorita. Si se fija con cuidado observará que los ventanales están empañados de una forma muy curiosa. Salga a la terraza, creo que estamos justo en medio del bosque. Prácticamente sólo podemos ver ramas de árboles.
—Entonces esas estrellas son de papel, por supuesto. ¿Y las luces de los pueblos?
—Arena fosforescente.
—Qué listo es usted. Por favor, hábleme de su obra. De usted y de su obra.
—Me siento un poco nervioso, ¿sabe? Toda esa gente allí cantando y bailando sin parar, no sé…
—¿No le gusta la fiesta?
—Creo que todo el mundo está borracho.
—Son los ganadores y finalistas de todos los premios anteriores.
—Dios santo.
—Están celebrando el fin de otro certamen. Es… natural.
El espíritu de la ciencia-ficción
Roberto Bolaño
Alfaguara, 2016
256 p. — Ref. $14.000