Lo mejor de The Armony Show, Volta, Independent y Scope
Semana de las artes en Nueva York y nuestra enviada especial recorrió lo mejor de los estantes en Armony, Volta, Independent y Scope. Acá su reporte con galería fotográfica incluída.
// Por Marcia Juliá, desde NY • Fotos: Elisa García de la Huerta.
Marzo marca el fin de la hibernación cultural en Nueva York y la mejor muestra de ello es la realización de la feria internacional de arte Armory Show, que desde hace once años le da- cada primer fin de semana de marzo- el título de epicentro mundial de las artes visuales a Manhattan.
El miércoles pasado el alcade Bloomberg dio la bienvenida junto con el fundador y vicepresidente de Armory, Paul Morrisel, a coleccionistas, curadores y artistas que participaron durante los tres días del evento. Después de una introducción, las champagnes, carteras chics y zapatos de tacón interminable empezaron a desfilar por las más de 300 galerías que exhibieron este año, que tuvo como invitado especial a Latinoamérica.
Hace más de una década, la historia era diferente y los poco más de treinta invitados a un Hotel en Gramercy, tenían que hacer lo que su imaginación y el bajo presupuesto les permitía para exhibir sus piezas. Telas pegadas con scotch en las paredes, esculturas en los baños y cuadros sobre almohadas apoyados en el respaldo de las camas, eran alguno de los malabares que cada artista realizaba para montar sus obras. Eran niños jugando a organizar una feria.
El concepto cautivó a los que participaron y el voz a voz produjo que la iniciativa se transformara en algo grande y, por qué no, armaron una feria de reconocimiento internacional. Si Miami tenía Basel y Londres Frieze; Armory se instaló en el Pier 92 y con su llegada, otros festivales han invadido los cinco barrios neoyorkinos, dando una alternativa diferente e instaurando La Semana de las Ferias.
Exceso de información por metro cuadrado en el Pier 92 dedicado a las artes modernas y en el 94 al arte contemporáneo, dejó entrever la ambición de las galerías por no perder la oportunidad de vender alguna de sus piezas, pero terminó por ratificar que siempre menos es más. Resultaba difícil apreciar un trabajo, como la escultura en forma de flor de Yayoi Kusama, en un espacio tan reducido y sobrecargado a su alrededor.
Mucha cifra dando vuelta por el aire dio cuenta que, lo que se estábamos viviendo, no era una muestra de arte sino que se acercaba más bien a una visita al mercado: Las galerías iban a vender y el público a comprar.
Si Armory en gran parte fue el exceso, la diferencia la marcó el chileno Iván Navarro, quien representado por tres galerías dentro de la feria, presentó un trabajo que se rió de toda esta fiebre de consumo por las artes y, con el apoyo de la galería Paul Kasmin, montó una reja de neón, con toda la carga de división que implica, cercando unos 25 metros². La obra más grande e irreverente del festival “Armory Fence”.
Nadie podía entrar y costaba hasta mirarla porque el neón encandilaba. No había representantes de la galería y con suerte encontrabas un folleto sobre el show que Navarro está exhibiendo en el espacio de la misma galería en Chelsea, llamado “Heaven or Las Vegas”.
Su mirada crítica sobre el poder, autoritarismo y la carga política, característica en sus trabajos, le valió el reconocimiento de sus pares, de la prensa especializada y de los más de 60.000 visitantes.
El chileno Iván Navarro fue el must de la feria. Además de su pieza “Armory Fence”, la galería parisina Templón colgaba una de sus obras: “Skin“, al lado de una de las misteriosas fotos de James Casebere; mientras la galería Baró de Sao Paulo presentaba otro de sus trabajos, junto a la obra de Felipe Barbosa, la cual fue seleccionada por The Art News Paper como símbolo del arte latinoamericano 2011.
Lotty Rosenfeld, chilena y parte de la escena de avanzada en los años setenta, con su trabajo lleno de carga política y su video “Una milla de cruces sobre el pavimento”, también estaba en Armory representada por la galería Isabel Aninat. Clip que se puede ver actualmente en el MoMa (Museo de Arte Moderno).
La galería González y González, con poco menos de un año desde su formación, llevó a los artistas Patrick Hamilton, Jorge Tacla y Jota Castro.
La jornada en Armory fue agotadora. Toda esa locura me transportó -sólo un poco- a lo que viví en Miami Basel, al salir de los Piers y empezar a investigar las otras nueve ferias satélites que invadieron NY.
Con un sistema planificado para transportar a la gente de una feria a otra, me fui hasta Volta, la hermana chica de Armory, de los mismos organizadores y que se hace por primera vez justo frente al icónico Empire State Building.
Totalmente otra onda, el promedio de edad bajaba drásticamente y cada espacio estaba dedicado a un solo artista, sin el popurrí de Armory, lo que permitía ver más del estilo de cada uno y lo que éste nos quería decir.
Allí la Italiana Laurina Paperin, irónica y fresca, usó como herramienta la animación y le hizo bullying a muchos de los que estaban colgados en los cubículos de Armory. Ni Bill Viola se salvó:
Si alguna vez la idea fue ir y aprovechar todo lo que estaba pasando en la ciudad que nunca duerme, en lo único que podía pensar a esas alturas era en mi cama. Que el resto disfrutara de la fiesta que organizaba Volta o de las performances de artistas emergentes en las fábricas antiguas de Bushwick o de las mil y una inauguraciones en Chelsea. Buenas Noches.
El siguiente check list comenzó con Independent. El espacio elegido por los fundadores Elizabeth Dee y Darren Flook, en pleno corazón del barrio Chelsea; el mismo que años atrás la fundación DIA Center for the Arts escogió para dar inicio a su proyecto. Cuatro pisos de manifestaciones con una mirada examinadora hacia el futuro. Dando espacio (de mente) para instalaciones y cambios en el modelo establecido en este tipo de ferias.
Un rebalse de estilo en todos los sentidos. No dejo de sensibilizarme con la belleza idealista de Sara Pucci y sus pequeñas reliquias hechas con perlitas y mostacillas.
El último recorrido fue por Scope, la feria de reconocimiento internacional que da cabida a artistas emergentes y acciones más alternativas, no quedándose sólo en obras bidimensionales.
Scope es una plataforma para instalaciones, performances y… hasta lo que se quiera experimentar. La propuesta de Artist Wanted, con los artistas Jennifer Catron y Paul Outlaw, son un claro ejemplo de esto último. Con una puesta en escena dinámica e innovadora, se podría hablar de un barroco moderno y llevando todo a la exageración, con rojos de lujuria y dorados de lujo. A partir de su obra, comentaron la frivolidad que se vive en este tipo de eventos y que Nueva York experimenta su climax una vez al año, durante tres agotadores días.