Experiencia Harris

La cúpula del Parque O’Higgins, o en este caso el Perry’s Stage, sucumbió ante las mezclas del dj escocés Calvin Harris. Quienes estaban presentes sabían a lo que iban. Sabían que la tornamesa que estaba en el escenario era la herramienta que los mantendría bailando por exactos 90 minutos. De un riguroso negro, puntual, con dos botellas de agua mineral y una pantalla de fondo que inició una cuenta regresiva para luego dar paso a su nombre, con flashes de varios colores que apuntaban todos los puntos del escenario y público, Harris entró a escena y el estallido fue total. Aplausos, gritos y manos al aire era la escena que se repitió durante todo el show. Eso, porque Harris lo pedía.

“Santiago, muéstrame. Lets me see your hands”. Cada vez que repetía esta frase o alzaba sus brazos el público entendía la respuesta. Y en canciones como Flashback o Bounce o Feel so close fueron la excusa ideal para que los asistentes de la casi llena cúpula del Movistar Arena -por un momento cerrada por la cantidad de gente- bailaran como si se les fuera la vida en eso y, como se dice, dejar los pies en la pista de baile. Pero fue We found love la canción que desató la algarabía en el público.

Un alegre, cercano y extrovertido Calvin Harris se mostró durante todo su show. A pesar de que a la media hora de iniciado el espectáculo y que en un escenario cercano se presentaba la islandesa Björk, aquello no fue atenuante del espectáculo. Todo lo contrario, el Perry’s Stage se mantuvo casi lleno durante los 90 minutos. “Gracias Chile” fueron las dos palabras con las que el escocés cerró una jornada donde los ritmos como la electrónica, el pop o el disco, se apoderaron de miles de extranjeros y santiaguinos para hacerlos bailar. Se apagaron las luces, la pantalla de fondo se fue a negro y el público entendió que el show había terminado y era hora de partir.

// Fotos: Daniel Olivares.