Fuerzas especiales: Diamela Eltit donde corresponde

por · Julio de 2013

Diamela Eltit (1949) es una de las narradoras nacionales más conocidas y respetadas en el extranjero, sin embargo, no es una productora de bestsellers y su obra es poco conocida fuera de los círculos literarios, al menos en Chile. Con Fuerzas especiales (Editorial Planeta), su décima novela, está de regreso en el sitio que le […]

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Diamela Eltit (1949) es una de las narradoras nacionales más conocidas y respetadas en el extranjero, sin embargo, no es una productora de bestsellers y su obra es poco conocida fuera de los círculos literarios, al menos en Chile. Con Fuerzas especiales (Editorial Planeta), su décima novela, está de regreso en el sitio que le corresponde.

FuerzasFuerzas especiales vuelve a tocar temas que ya había desarrollado en trabajos anteriores, como la marginalidad, las relaciones familiares o la condición de mujer y su corporalidad. Leer a Eltit puede resultar difícil. La suya es una prosa compleja que habla de temas no siempre agradables. Por ejemplo, en esta ocasión la protagonista es una prostituta anónima que trabaja en un cíber y que vive en los barrios marginales en un ambiente desolador y de desesperanza. Ella y el resto de los personajes viven con una angustia y un malestar constante, en una incertidumbre que no los deja vivir en paz. No hay ni una pizca de alegría en toda la novela. Nada de lo que el lector pueda agarrarse para sentir relajo.

El escenario es un grupo de bloques de cuatro pisos que está sitiado por las fuerzas especiales de la policía. Todos los movimientos de los pobladores son seguidos por los ratis y los pacos, quienes cada cierto tiempo hacen operativos y se llevan habitantes de los bloques a punta de patadas y lumazos. Es como si la población estuviera intervenida y aunque no se especifica el lugar en que quedan los bloques, perfectamente podría tratarse de Puente Alto, Estación Central o La Legua donde la presencia de la policía es agobiante.

«Estoy segura de que estamos vivos pues el aullido de las balizas de los autos policiales nos obligan a taparnos las cabezas con las almohadas (…) En medio de un paisaje enardecido nos penetran enjambres de cascos, de armas de servicio y el caos ante la posición amenazante de las lumas. Los uniformes de los pacos tiñen de verde el paisaje», dice la protagonista.

Eltit logra construir un mundo en que la presencia de la policía es constante y hace vivir con miedo a todos los habitantes de los bloques: «El miedo se expresa como una interrupción, un sobresalto en donde se suspende el curso del tiempo y no queda nada, solo la certeza que un sentimiento de terror irregular y definitivo hace que la vida parezca invivible».

La novela es oscura por donde se la mire. Diamela logra crear un universo de represión muy envolvente y que no da respiros. Tal vez uno de los puntos altos es que con su prosa logra mezclar el habla cotidiana de barrio con pasajes poéticos muy bonitos. La mayoría del tiempo es cruda y directa, tanto que a veces es necesario tomarse un descanso en la lectura: ese es el efecto que provoca, un golpe directo al mentón que te deja grogui por momentos.

La historia parte con mucha fuerza y en el tercer párrafo, cuando nos enteramos de la ocupación de la protagonista, podemos leer: «Pagamos trescientos pesos por ocupar media hora el cubículo, me bajo media hora los calzones y dejo que me metan el lulo o los dedos adentro, hasta donde puedan (…) Me pagan mil y hasta dos mil pesos la media hora. Me da envidia el Omar porque es el mejor chupapico del cíber, muy famoso él por la artesanía de sus labios y por su elegante y e imperceptible rapidez». Dentro de este universo de soledad y desolación la escritora urde un mundo metafórico muy actual: el hombre anónimo como un hombre bloque, que vive en treinta metros cuadrados y que no tiene más alternativa que vivir día a día una rutina de la que no puede escapar.

Podríamos decir que el estilo de Diamela es furioso y conciso. Otro punto alto de su trabajo es que por momentos tiene un ritmo que atrapa y que no te suelta. Aunque resulte agobiante, siempre quedas con ganas de seguir leyendo y eso es algo difícil de encontrar en el mundillo de la literatura nacional. Seguramente esta novela no estará en los rankings de libros más vendidos porque Diamela Eltit no es muy conocida y sobre todo por las temáticas que toca, sin embargo lo que aquí hay es una prosa condenadamente buena y una gran historia.

Fuerzas especiales: Diamela Eltit donde corresponde

Sobre el autor:

Juan Díaz

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