Esto no es un estreno. Esto llega al menos unos meses después de los Globos de Oro por mejor serie dramática y actriz principal (Claire Danes), las excelentes opiniones de la crítica y de que Barack Obama la considerara un must junto a Broadwalk Empire. Homeland fue desde siempre una gran sorpresa en una cadena […]
Esto no es un estreno. Esto llega al menos unos meses después de los Globos de Oro por mejor serie dramática y actriz principal (Claire Danes), las excelentes opiniones de la crítica y de que Barack Obama la considerara un must junto a Broadwalk Empire. Homeland fue desde siempre una gran sorpresa en una cadena televisiva pequeña (Showtime), una que te deja inmerso en la paranoia, en constante alerta y pensando en los matices de los tipos buenos y malos.
El ataque es inminente, si no lo notas, no estás tan despierto.
“Un preso de guerra norteamericano ha sido convertido”, es lo último que escuchó de boca de un terrorista la agente de la CIA Carrie Mathison (Claire Danes) antes de dejar Bagdad. 10 meses después, el Sargento Nicholas Brody (un excelente Damian Lewis), que estaba desaparecido hace 8 años, es descubierto con vida luego de un ataque estadounidense en Irak. Mientras Brody es recibido como un héroe en Washington DC y es usado para subir la moral de las tropas, Mathison sospecha que es el prisionero del que le hablaron y que prepara un ataque en contra de su país.
Su desconfianza en el nuevo “héroe” americano la llevará a conducir una investigación paralela de la que solo está al tanto su mentor en la agencia: Saúl Berenson (Mandy Patinkin).
Homeland es un excelente thriller sicológico en el que constantemente te cuestionas si Brody es un patriota, un traidor o, simplemente, un tipo quebrado por la tortura y el cautiverio que aún no tiene claras sus lealtades. Todo esto, guiado por la obsesión de la mentalmente inestable Carrie hacia él y sus supuestas intenciones terroristas.
Claire Danes interpreta a una agente paranoica, minuciosa y obsesiva; tan inteligente como débil. Porque su vida y su mente son un caos, y la investigación sobre Brody sólo logra agravar la situación. La lleva a límites inimaginables que tanto la acercan a la verdad, como la alejan. Danes, lo digo muy seguro, hace una interpretación perfecta de Carrie.
La paranoia en el drama de Showtime (de los cerebros tras “24”) resulta porque no se puede encontrar certezas en ninguno de los personajes principales, ambos son igual de peligrosos e inestables: psicológicamente Carrie es un desastre y la ética le importa un carajo, y Brody tiene actitudes desconcertantes y misteriosas que lo alejan de su esposa, hijos y su país.
Los creadores de la serie entregan una historia poco pretenciosa y sin las caricaturas que nos tenían acostumbrados en la historia de Jack Bauer: la tortura no es la única forma de obtener información, el chovinismo idiota de la era Bush y que el hecho de ser musulmán no implica ser un terrorista.
Por eso a Obama le gusta tanto Homeland.