¿Malena Pichot es feminista? Es divertida. Y muy graciosa, como podrán acotar los que la vieron actuar esta semana en Santiago. También es un referente en Youtube, porque con el personaje que se inventó para apaciguar su despecho amoroso, hizo click entre varias. Es que después de tanto mirar la tele y no verse identificada […]
¿Malena Pichot es feminista? Es divertida. Y muy graciosa, como podrán acotar los que la vieron actuar esta semana en Santiago. También es un referente en Youtube, porque con el personaje que se inventó para apaciguar su despecho amoroso, hizo click entre varias. Es que después de tanto mirar la tele y no verse identificada con nada, la argentina creó su álter-ego para contar historias reales– suyas y de sus amigas- en la red. De todo eso trata esta entrevista de la creadora del sitio SPM, Isidora Urzúa.
Mejor conocida como La loca de mierda, Malena Pichot es una de las favoritas de nuestras búsquedas en YouTube. Porque el personaje que se inventó para apaciguar su despecho amoroso nos hizo a todas un click en la cabeza: esa mujer que está ahí mezclando whisky con flores de Bach, fumándose el último cigarro de la madrugada, en una bata sucia y frente al computador, nos sucedió hace un tiempo, hace años. Nos está sucediendo ahora, tal vez. Y qué ganas de reírse así del dolor
Sobre lo cotidiano de las mujeres, hombres, personas pelotudas en general, Pichot vino a reírse a Chile, con uno de sus famosos monólogos malenianos, que presentó esta semana en el Teatro Oriente. En ese contexto la entrevisté por teléfono, la mañana siguiente al rescate de los primeros mineros. Medio dormida pero deslizando esas tallas tan propias de su humor, habló sobre ser feminista, ser loca de mierda y sus proyectos.
—Descripción de su grupo en Facebook.
Sabemos que La Loca de Mierda ya cumplió su ciclo, pero es casi imposible desligarla de tu estilo para hacer humor. ¿Qué tanto de ella tiene tu show?
—En realidad para mí no es un conflicto porque en realidad es lo mismo (…), es un tono. La loca de mierda soy yo haciéndome la graciosa. Pero los shows son en el mismo tono que La loca de mierda, soy yo hablando, es lo mismo. Aunque me vas a ver en vivo, no editada, entonces es otra la sensación. Cuando se prende la cámara, o cuando me subo a un escenario, hacés un click en el que te transformas en un personaje sólo porque ponen Rec o porque te subiste a un escenario. No sos vos, sos un vos exagerado, o sea, digo, estoy diciendo algo que escribí, una vez que escribiste… ¿no?
¿Cómo pasaste desde Youtube al escenario?
—Yo canto jazz desde los 19 años, entonces ya tenía experiencia en subirme el escenario y hablar con la gente. No fui de Youtube al escenario. Tenía escenario, pero cantando. Algún día mezclaré el canto con el humor, pero el canto es un hobby.
Interrumpe: “Quiero decir que estoy dormida porque me quedé hasta las 3 de la mañana viendo a los mineros. ¿Cuántos salieron? (hasta ese momento: 12)”.
Continúa: “En realidad, Youtube con el escenario no tienen nada que ver, porque en Youtube estás en tu casa. La gente que va a grabar a un estudio de televisión, sale y la reconocen, tienen la mente más preparada para que la reconozcan, porque están con directores, técnicos. Pero cuando te grabás en tu casa no sos consciente de que te está viendo mucha gente. Para mí sigue siendo muy impresionante que mucha gente me reconozca”.
Probablemente más de una persona te reconocerá acá en Chile. ¿Te sientes portadora de alguna nueva forma de femineidad? ¿Un sex symbol moderno?
—Me parece que la forma ya estaba y yo la hice pública. Agarré un nicho, un grupo de gente o de mujeres o de lo que sea, que no tenían… no quiero decir referente porque es mucho, pero yo prendo la tele y no me identifico con nadie. No hay nadie que me esté hablando a mí, nadie como yo o como mis amigas. Me parece que fue eso. Empezar a hablarle a un grupo de personas que no tenían un alguien que les hablara.
“Hay mucha gente que me dice que ahora se hacen el pelo corto. Pero cuando yo me lo hice ya estaba de moda, no es que yo impuse algo, yo mostré algo que no estaba ahí”.
A mí me da la sensación de que juntas dos cosas muy típicas de la mujer latina: la crianza machista con la aspiración feminista. Dos polos opuestos.
—Yo no soy feminista. Las feministas tienen unos objetivos muy claros que yo no tengo. Yo me depilo por ejemplo. Hay un montón de cosas que hacen las feministas que yo no hago, entonces me da vergüenza decir que soy feminista… porque no lo soy, y porque hay cuestiones de género que a veces planteo, obviamente, pero también estoy muy resignada por el machismo. Por eso no soy feminista, medio en el medio, medio complicado. Más que feminista soy una piba normal que cada tanto le da bronca algo. Pero el feminismo es muy complejo. Hay que ser muy groso para decir “no me depilo”, hay que ser muy sabio.
Por los contenidos de La loca de mierda, o el video “Las boludas que menstrúan”, ¿Alguna vez te han acusado de insultar a las mujeres?
—No, hay gente que me putea por Internet, pero nunca me pasó en la calle. Hay gente que me dice que lo que hago es una mierda. Igual sí me río mucho de las mujeres, por eso te digo que no soy feminista, porque yo me río de las mujeres, de las cosas que nos pasan. Porque cuando hago “boludas que menstrúan”, me río de las mujeres porque son las mujeres las que se dejan pelotudear así. Las publicidades de toallitas no existirían si las mujeres no quisieran hacerlas.
Pero, ¿Qué podemos hacer entonces, una huelga sin usar toallitas?
—No, pero bueno, yo hice esa parodia y me contó una amiga que trabaja en Johnson & Johnson, que es la competencia de Days, que le arruinaron la campaña con ese video. A lo que voy es que la idea de que haya creativas publicitaras que intenten imponerse, o que se empiece a hablar de que esto que me estás mostrando no tiene nada que ver conmigo, es una pelotudez. Si hay algo que empezamos a mostrar que es una pelotudez, quizás hay algo que cambia.
“Pero yo no creo que cambie, el mundo es machista y así nos vamos a morir. Pero es divertido luchar. Es divertido el combate”.
¿Qué nos falta a las mujeres para ser menos Locas de Mierdas y más Hijas de puta?
—Yo creo que esa es una pregunta que un hombre nunca se haría. “¿Qué nos falta?”. Loco, no nos falta nada. Ni hay que dejar de ser loca de mierda. Ser loca de mierda es ser hija de puta también. El problema es que estamos muy atravesadas por un discurso machista, nosotras y los hombres. No sé que hay que cambiar en verdad. Eso hay que preguntárselo a las feministas. Yo no tengo los objetivos tan claros como las feministas. Es algo que nos excede, la cultura, que excede al hombre y a la mujer, los dos son machistas. Para mí no hay ninguna salida.
“Yo hago chistes con lo que me hace reír. Por eso te digo que no soy feminista, porque me voy a reír de una mujer y de un hombre. No es que intente cambiar algo, es que me voy a reír de las cosas que me molestan. Que pueden ser las publicidades de toallitas, o pelearme en la calle”.
¿Cuáles son tus planes?
—Ahora hice un piloto de una serie, de una comedia. De chica lo que yo quería era contar las historias de mis amigas, como me pasa desde la secundaria, que es mirar la tele, mirar programas, y decir “qué es este grupo de personas, yo no conozco a nadie así, mis amigas no son así, yo no hago esas cosas”. Entonces es como que siempre tuve el sueño de contar lo que le pasa realmente a un grupo de pibas, las cosas que realmente hacen. Que tampoco pasa en Sex and the city, que es genial, pero nada que ver. Mi sueño es mostrar un poco eso, que lo hago en mis monólogos, que lo hice en La loca de mierda: mostrar un mundo que tiene más que ver con la realidad, y bueno, espero que me compren la serie y poder hacerlo.
Es como Chiquititas (serie argentina de los 90s), pero adultas y modernas.
—Claro, es Chiquititas pero con merca y sexo anal…
* Original de SPM.