La serie de HBO que la rompe
A veces me pregunto por qué no fue Martin Scorsese quien dirigió El Padrino. Su trayectoria cinematográfica ha girado en torno a los gangsters, la mafia y el tráfico más que la de cualquier otro director de cine, incluso que Francis Ford Coppola. ¿Cómo olvidar Goodfellas, Mean streets o la popular Casino? películas que ya son una especie de estandarte en la historia del cinematografía de mafiosos y chicos rudos.
Scorsese exploró a fondo la cultura de los italo-americanos en la tierra de las oportunidades, trabajando arduamente y traficando lo que los conservadores oportunamente prohibían. A él, se le han sumado posteriormente voces como Tarantino -desde otro prisma-, pero quizá la visión más llamativa por lejos ha sido la de Terence Winter, quien desde la televisión expuso el mundo del narcotráfico y la clásica “familia norteamericana” en la premiada y magistral The Sopranos.
Winter fue capaz de llevar a la pantalla chica la historia de una familia americana contemporánea, que no tenía precisamente los gustos, preferencias de una familia de clase media, porque tras la fachada de “nuevos ricos” se escondía un negocio familiar bastante peculiar.
En este aspecto Winter -guionista y productor de The Sopranos- y Scorsese son los exponentes más importantes de este mundo señalado en los últimos años. Y que estuvieran juntos en un mismo proyecto televisivo era bastante interesante sólo pensarlo.
Bueno, esta mezcla se da hoy en día, precisamente en la nueva serie de HBO BoardWalk Empire, la que está al aire desde a mediados de año con su primera temporada. Dirigida por Scorsese y producida por éste y su guionista Terence Winter, trata del trafico de alcohol en Estados Unidos, precisamente Atlantic City, en 1920, de la mano de personajes como Enoch “Nucky” Thompson (interpretado por Steve Buscemi), político influyente entre 1911 y 1941, y representante de una fuerza política que domina la ciudad. Y que con su posición como político importante, puede llevar a cabo sus objetivos como uno de los gangsters más poderosos.
Esta historia relata a la perfección la doble vida de aquellos que por un lado reclaman la legitimidad de la institucionalidad vigente y por detrás la rompen. Sin ir más lejos, la serie retrata en especial la prohibición de la venta de alcohol por los sectores conservadores de la ciudad, lo que beneficiaba a aquellos que trabajaban en el tráfico y así retrata cómo el conservadurismo es ese bien del que los políticos y gangsters se aprovechaban para lucrar a espaldas de la autoridad.
La producción está finamente realizada, con detalles perfectos de la época en que se desarrolla la historia, la realidad del contexto está explicada en los personajes y sus historias están llenas de traición, engaño y oportunismo.
La serie nos convence, una vez más, de que en la televisión hay más frescura que en el cine norteamericano hoy en día. Los guiones y los personajes son más interesantes y llaman a seguir episodio por episodio como si estos fueran una novela que se compra de tomo por tomo. Esta serie es la evidencia de esto por mostrarnos qué tipos de la talla del buen Martin se interesan por las producciones de ese arte tan subvalorado como es la televisión, para así dejar de lado por un momento las grandes obras cinematográficas, esas que van de la mano de glamour, alfombra roja y mucho reconocimiento.
Boardwalk Empire
HBO Olé
Domingos, 22:00 hrs.