La mujer elefante

por · Mayo de 2014

¿Puede una señora del barrio estar veintidós meses embarazada?

Publicidad

Me acordé de la Sole. Una vecina que estuvo embarazada 22 meses. Fueron 22, lo sé, porque mi madre se dedicó a contar desde el primer día que lo supo y nunca más le quitó la vista a la Sole: «qué raro, no le crece la guata», decía / «lleva cinco meses igual» / «para mí que es un cojín lo que se mete debajo» / «pero si nunca ha tenido ni un pinche» / «para mí que es lesbiana» / «debe ser un embarazo psicológico».

Yo solo pensaba en una elefanta. En la gestación de 22 meses de una elefanta y en los chistes en la mesa el día domingo, diciendo que la Sole iba a parir un elefante y que después todos andaríamos por la calle montados sobre el hijo de la Sole. O que el hijo de la Sole se comería todas las hojas de los árboles del barrio y después no quedaría ni un árbol en el barrio.

La cosa es que la Sole, sola como su nombre —lo único que tenía en este mundo eran seis gatos en el patio—, preparó una pieza para la guagua. Y una vez invitó a mi madre a mirarla y yo salí detrás para mirar esa pieza: una pieza oscura, fría, enorme, pasada a gato, con una cuna usada en un rincón y una ventana que daba a la calle. En la pared había una repisa con juguetes usados, una mamadera, peluches y ropa de guagua amarilla —color unisex, decía la Sole, que no quería saber el sexo del engendro— sobre la cuna, y nada más. Mi mamá le preguntó por los controles, las ecos, y amenazó con tocarle la guata pero la Sole se corrió. Dijo que estaba feliz. Que solo esperaba que naciera pronto… Ya tenía doce meses.

A los 22 meses de embarazo, un día la Sole salió de la casa y ya no tenía la guata. Nunca nadie le preguntó algo sobre el asunto porque, la verdad, nunca nadie le preguntaba algo a la Sole: siempre ahí, sentada a la salida de su casa, enseñándole a andar en bici a los niños del barrio —yo incluido—, y escuchando los dramas de los vecinos sentados a su lado, todas las noches, hasta las once, cuando se entraba… Podría apostar que nadie en el barrio se sabe el apellido de la Sole. Yo tampoco.

Sole

La mujer elefante

Sobre el autor:

Galarce (@galarcevni)

Comentarios