Luces prestadas
Exclusivamente para disociados, Pretty Lights (Derek Vincent Smiths, elegantemente) se dedica a saturar tus neuronas de la forma más electrónica posible. Mezclando todo lo que es el dance con un suave hip-hop, logra momentos que son capaces de disparar tus puntos bipolares al mismo tiempo.
Por un lado puede llevarte a un estado hipnótico, prácticamente absorbente. De ese tipo que te deja con los ojos pegados, mirando un punto fijo sin razón alguna. La presencia no es baile, es un balanceo de pie a pie, quizás sólo un movimiento de cadera o tu cabeza. Pero en otros momentos, justo cuando estabas entrando en tu propio estado zen, sale con una bomba explosiva, lista para el ataque que revuelve tus neuronas, disparando la ansiedad tan alto como se pueda. Es como si fuera una maldita apuesta: a ver hasta qué punto puede colapsar tu cuerpo.
Los shows de Smiths son un desorden que solo él entiende. El 90% de lo que toca no es suyo, más bien son remixes de otros remix. De repente se pega unos mashups, los revienta de una y con suerte mete algo de lo suyo.
El loco tiene tres discos, material demás para hacer sólo de las suyas, pero ese es el placer de ser DJ, dicen. De repente le mete algo de soul, algo de trip-hop, hasta se pega sus voladas chill out, pero por más que le quieran poner que también es dubstep… no. Puede que hayan algunos segundos, sus milésimas, donde se aproxima, pero no está en la categoría. De todas formas, hay que chequearlo. Y claramente no fui la única persona que pensó en eso.
Fue impactante ir acercándome al Perry’s Stage (Movistar Arena), dando por sentadísimo que el espacio se vería ancho, tranquilo y que podría moverme con tranquilidad. Y no. Pero, oye, no. Pretty Lights es más popular de lo que imaginé. El Arena estaba (casi) absolutamente colapsado. Hordas de gente figuraban apretadas en la cancha, todos con su puño arriba, balanceándolo cuando era necesario al igual que sus cabezas. Incluso había una lola que estaba embarazada sobre una tarima, yo le echo sus siete meses, dándolo todo al ritmo de las bases, aunque no sé qué opinará un ginecólogo al respecto.
El lugar estaba al borde de explotar, pero no lo cerraron. Poco a poco la gente se fue retirando, quizás por agotamiento, así que tampoco fue necesario. Eso sí, el año pasado el Movistar Arena puso llave a todas sus puertas durante el concierto de Empire of the Sun, ya que no daba abasto, hecho que también pasó recién este sábado con Calvin Harris, así que si existe show interesante en tu itinerario en ese lugar, calcula bien los tiempos para no quedarte fuera.
Pretty Lights se las jugó y se podrá ir con el autoestima tranquila al primer Lollapalooza Brasil 2012.
// Fotos: Daniel Olivares.
