Lo que parece una locura para la escena, ya es una realidad para Gepe: el festival de Viña del Mar. Apuntes de su escala anterior, en #holaGP: puro baile y provocación.
Foto: Carlos Müller.
«Ahora vamos a cantar esta canción nueva que tenemos», se escucha en el Teatro La Cúpula. Comienza a sonar “Hoy día la fiesta» y alcanzo a percibir que la letra dice cosas como: «Te mandé un mensaje y ya lo pudiste ver / Ni bailamos juntos, al trabajo y los dos a pie / Estoy saliendo recién, una ducha y un café / ¡Merengue! (…) Nos juntamos cerca de la plaza / En tu teléfono suena esta canción, que dice así / Desde que te vi esta noche quería decirte que tu tienes un ritmo especial (que dice así)».
El que está en el escenario es Gepe, que a comienzos de año dijo que «el pop no es arte, es una mezcla de diseño y publicidad» y usa una polera dorada con una chaqueta corta y sin mangas con detalles, también dorados. Fue su primer cambio de vestuario en el show. Una de sus bailarinas —que hace un rato estaba vestida como para una diablada de La Tirana— ahora usa un peto negro, falda corta y en sus brazos lleva impregnado brillo dorado. «Es como Chayanne», escucho. Y en efecto, sí, la canción podría ser “Torero”, “Provócame” o “Fiesta en América” y funcionaría igual.
En “Hoy día la fiesta” están todos sus temas recientes: desayuno, mañana, plazas y salidas a bailar. Palabras con las que puede llegar a mucha gente. No sólo los que gritan cuando se agacha y abre las piernas siguiendo un ritmo sencillo y una letra forzadamente cachonda. Esta es la simplificación máxima de su música. Y antes de que se acabe la canción, la bailarina acerca de manera peligrosa y coqueta su trasero a la cara de Gepe.
Luego vendrá “Un día ayer” en clave reggae con una incómoda Javiera Mena, pero eso es otra cosa.
21.17 y parte el show que la gente de Quemasucabeza bautizó como #holaGP. Se ha vendido como la última presentación de Gepe antes del Festival de Viña del Mar. Y corresponde lo ostentoso, porque es la primera vez que un ícono de eso que un diario español llamó como «El nuevo paraíso del pop» llega al escenario más masivo y trash del país. Lo que parece una locura para la escena, ya es una realidad para Daniel Riveros, que aparece en medio de gritos agudos, de esos profundos, que provienen de caras que se repiten en todos sus shows.
Parte con “Lluvia diente lluvia”, luego sigue “La bajada”. «Eso. Así me gusta. Ahora no paramos de bailar porque ‘Con un solo zapato no se puede caminar’», dice Gepe y pareciera que imposta la voz como un locutor de Los 40 Principales.
Pasa “Bacán tu casa” y “Libre”. Luego viene “Celosía” y “Hebra prima”, pero de esas canciones del Hungría (2007, Quemasucabeza) poco queda. Suenan al Gepe de GP (2012, Quemasucabeza), su último disco y estado de evolución, que parece ser un agujero negro del que ninguna de sus antiguas composiciones puede escapar.
«Deja la ventana abierta para que puedas tirar / Todas las cosas que sobren que se tienen que botar». Suena “Por la ventana” y Gepe no está solo en el escenario. Lo acompaña el MC Bronko Yotte y Andrés Nusser de Astro. La letra del tema de Audiovisión (2010, Quemasucabeza) suena muy actual para el momento que vive Daniel Riveros; perfecto para la antesala de Viña del Mar.
Un día antes, Iván Valenzuela entrevistó a Gepe en su programa Dulce Patria de radio Cooperativa. Ahí hablaba sobre #holaGP y adelantaba cosas como: «Uno de los invitados de la noche —uno en particular— va a marcar el estilo del próximo disco. Por ahí va la cosa».
Ahora, hacía demasiado sentido ver a Bronko Yotte rimando en “Por la ventana” y, luego, cantando una de sus canciones propias. Luego vendría “Hoy día la fiesta” y no quedarían dudas. Hacía allá va Gepe.
Y no mira atrás.
Ahora Gepe está en el escenario de La Cúpula con su guitarra. Lo acompaña sólo Christiane Drapela con el acordeón. Ya pasaron “Alfabeto”, “Bomba Chaya”, “Las piedras” y “En la naturaleza (4,3,2,1,0)”. Suena “Un gran vacío”. Pero parece ser lo más cerca que lo veremos del Daniel Riveros de Gepinto (2005, Quemasucabeza) y Hungría; tímido, completamente solo en escenarios en los que nunca levantó la vista. Quizás algo dañado. Sí, siempre me dio la impresión de que Gepe estaba a punto de quebrarse.
«Donde hubo fuego cenizas quedarán / Cuando el hielo quema ahí quiero estar», canta algo complicado. La canción que cierra GP suena sucia. La guitarra no está afinada y Daniel olvida a ratos la letra. En esos momentos, en que fija la vista para recordar, parece mirar un espejo en el que no se reconoce en esa intimidad. Mejor bailar. Luego cerrará “Namás”.