Impresiones del Metal Fest

por · Mayo de 2014

Es el evento del año para los metaleros: Megadeth, All Tomorrows, Dark Angel y más bandas en vivo.

Publicidad

Ya ha pasado un tiempo desde que fue el Metal Fest en el Movistar Arena o Arena Santiago, como le decíamos antes. Ya pasó la euforia y los enojos. Aunque con tantas bandas es difícil ponerse eufórico. Sin ir más lejos, cuando vino Meshuggah, que tocaron solos, volví a los 17 años y no me importó tener una lesión cervical por dos semanas. Allá en el Arena me dio hasta friito.

El asunto es que se juntaron los chascones con olorcito a Ballerina y los que no conocen la ducha en el evento del año para los que somos religiosos del tucatuca. En los tres años que se ha hecho esta tocata siempre ha sido la raja. El único pero es que debería ir más gente, porque los metaleros chilenos con chaqueta de cuero y cara de Lautaro (por extensión, de Tom Araya) solo van a ver a Iron Maiden, banda respetable, pero fletaza. Cualquier banda que tenga un cantante que lo haga mejor que Myriam Hernández y salte como payaso de semáforo es mariconaza. Bah, de qué estoy hablando: el público de las bandas grandes no es todo chascón, hay hartos maricuecas cantando los riffs. Metal Fest es para enfermos de metal (que no les gustan las bandas que tienen cantantes como Christina Aguilera)

Foto: Matías Maino

Foto: Matías Maino

Aguante Megadeth

Dicen que fueron como 9 mil pericos. No sé si vi tantos. Quizás cuando tocó Megadeth, al final, hubo más lesos, pero no me fijé. Porque Megadeth es una banda importante, no importa que venga cada 6 meses (sospecho que viven en una parcela en Talagante) y que Mustaine ya ni cante, sea canuto y vote por los republicanos. Megadeth ha dado algunos de los riffs más pulentos del thrash, además sobrevivió al mismo the-real-thrash-rata y supo meterse en el mercado y hacer lucas tocando. Los lesos que digan que es una banda vendida y todas esas hueás, asumo que todavía viven con sus papás y trabajan ad honorem, porque, puta, cómo se van a vender si son putos finos pos.

En cuanto al show, aunque el líder solo balbucee, el sonido fue súper bueno. Además, qué tanto, Mustaine canta metal, ¿acaso quieren que cante bonito, maricas?

Por supuesto que los comemierda cantaron todos los riff, pero pico, ya no puteo más contra el ganado sacoehuevas que canta el riff de “Holy Wars”. Lo único penca, por la cresta, es que tocaron tres canciones del disco Youthanasia y se suponía que era la gira aniversario de ese disco. Como el hoyo los hueones, pero en seis meses más te apuesto que van hacer la gira aniversario de Cryptic Writings, para que toquen “Trust” y “She Wolf”.

Hueón, tocó Dark Angel

Uno de los fundamentales del thrash, al nivel de Slayer, se juntó para tocar acá en Chile, en el culo del mundo. Démonos con una piedra en el pecho, chascones, fue un honor.

Ron Rehinhart, el vocal de los californianos, lo hizo la raja, se tiró al público y se notaba que el tío (se veía como el papá de un amigo) estaba pasándolo a toda raja. La música como siempre fue la raja, complicada, con hartos cambios de ritmo y montón de tucatuca. Creo que este grupo fue uno de los precursores de ñoño metal, de la composiciones complicadas que a algunos nos gustan más que la cresta. Acá, necesariamente, hay que detenerse en Gene Hoglan, quizás el mejor batero de metal que ha existido en la vida. Bueno, igual hay hartos locos máquina para los tarros, pero este empezó con el asunto. Su técnica ambidiestra open hand, muchos dedos en las baquetas, moeller perfecto con velocidad y groove lo hacen más que un campeón. Tocó en los mejores discos de Death, conchatumadre, con Devin Townsend, en Fear Factory, en Testament, la puta madre, Gene Hoglan, el Reloj Atómico, es el mejor.

Suecia es más que rucias ricas

Las bandas escandinavas, fundamentalmente de Suecia, nos demuestran, una vez más, que en ese país tienen la mejor educación del mundo, porque putas que son secos y no solo en el mundo del metal: ABBA es más bacán que la cresta. Son tan chucha que deberían entregar el Premio Nobel de Metal.

Hypocrisy y At the gates demostraron lo anterior. De los primeros no soy un entendido, pero siempre los asocié al sonido del primer In Flames. Lo que sí puedo decir con seguridad es que sus riffs son súper reconocibles, porque tienen ese sello melódico-oscuro bien patente. En cuanto a At the gates, soy todo lo contrario. Pero, aunque sea un fanático, debo decir que fue lo que mejor sonó. De hecho, mi amigo el Curly, dijo: «oye hueón, pero si están haciendo playback, la cagó que suenan perfecto». Cuando tocaron en el Caupolicán, hace como tres años, no los escuché tanto porque estaba vuelto loco. Pese a eso, me supe dar cuenta que es muy difícil transformarse en el mono de DRI en el moshpit, porque el tucatuca es demasiado rápido. No se puede seguir el beat, pues tiene solo velocidad con unos riffs mutantes. El groove está bien guardado.

Así que esta vez, escuché y caché que sonaron veloces y perfectos. La raja los suecos. DJ Méndez la hizo.

Lo que no vi

Hay lesos que dicen que cuando van a conciertos de múltiples bandas, ven todas las bandas. Menuda mentira. Uno se cansa y no puede estar en todas partes al mismo tiempo. Por lo tanto hay cosas que no se pueden ver. Si quieres estar en todos lados, terminas corriendo como sacodehuevas, no escuchando nada y bacilando menos aún. Dicho eso, no vi a Voivod y a casi todas las bandas chilenas. De los canadienses alcancé a escuchar “Astronomy Dominie”, el gran cóver que le hacen a Pink Floyd y de Chile escuché a All Tomorrows. Putas que son buenos estos hueones, por la cresta. Absolutamente influenciados por los suecos, porque recuerdan mucho al sonido de Coprofago, otra gran banda nacional, bien suecos para sus hueás, pero un poco engrupidos con el jazz.

Tampoco caché al cantante de At the gates tocando con Pentagram. La omnipresencia no es mi talento.

Foto: Matías Maino

Foto: Matías Maino

Generalidades

1. Estimado papá metal: a tu hijo de 10 años no le gusta el metal, hueón, quiere escuchar cualquier otra cosa que no le rompa las orejas o estar jugando Xbox. La cagó que vi una cantidad de cabros chicos aburridos como ostras. Vi excepciones bonitas que eran un cuadro hasta emotivo: papá, mamá y tres hijos felices de la vida, que hace que valga la pena que los menos de 10 años entren gratis. Para la próxima deberían hacer una guardería metal para que los que procrearon sin condón puedan ir a cabecear tranquilos sin aburrir a ningún ser vivo. Uno también fue cabro chico y que te obligaran a hueás era lo peor. Por lo tanto, nace una nueva moralina: si a tu peque le gustan los tarros, la raja, pero si le ponís Slayer y empieza a mover la pata no significa que tenís que chantarle una polera y sacarle fotos con la manito haciendo moloch. Si mueve la pata es porque se cagó y quiere que le cambies el pañal.

2. Para el futuro: espero que los chascones de cartón no vayan solo a ver a Metallica o Iron Maiden. Se necesita que la productora gane plata y que el próximo Metal Fest tenga más bandas, sea en el verano y al aire libre. Sería la raja ver Six Feet Under, Entombed, Lamb of God y bandas más nuevas como Five Finger Death Punch, Killer be Killed y, por qué no, al clásico Gato Juanito, alias King Diamond, que varios adeptos tiene por estos lados.

Impresiones del Metal Fest

Sobre el autor:

Corrales(!) (@CorralesdeBuin) es poeta y autor del poemario Sin alma (2011, Ediciones Tácitas).

Comentarios