Parroquianos: no todo está perdido

por · Diciembre de 2012

Parroquianos

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Hay rock en el norte, al menos eso nos recuerda Parroquianos, quienes acaban de sacar su primera placa a punto de melodías pop y rock and roll. Conversamos con Fantasma, su vocalista, sobre la vida en el norte, su odio por las bandas de cover y sobre escribir canciones basadas en otras cosas. ¡Ojo, que regalamos copias de su disco!

Hay un detalle en la contraportada del disco debut de Parroquianos (Indiana Music Label, Acople Records, 2012). En los créditos, y tras mencionar a la gran parte de quienes participaron en la elaboración del material, aparecen dos series de números -unos rut, sin identificar nombres- indicando que uno interpretó el bajo y el otro, la batería.

taparroquianosEl asunto fue que quedó la crema. Que en algún momento antes de que la banda con base de operaciones en Antofagasta tuviera el disco listo, su vocalista, Rinaldo “Fantasma” Vidal, dio una entrevista en donde hablaba pésimo de las bandas tributo y de covers de la zona . “Salieron asustados de la banda”, dice Fantasma ahora, recordando los ataques que recibió y cómo tuvo que reformular a Parroquianos ad portas del debut.

Parroquianos, el grupo, deambula por Antofagasta, ensayando, mostrando sus propios temas en bares y restaurantes, desde hace 5 años. Fantasma y Manuel Ortíz (guitarra) son oriundos de Villa alemana y Viña del Mar, respectivamente. Un amigo los puso en contacto cuando, por cosas de pega, llegaron al norte. El resto de los integrantes ha ido cambiando (“ya sea por la movilidad laboral de estos, o porque eran demasiado subnormales para trabajar con nosotros”, explica Fantasma) y hoy lo completan Danilo Henríquez (batería) y Fabian Velasquez (bajo).

Rockabilly y power pop a la manera española, es una combinación algo particular: ¿cómo nace esa mixtura? ¿Qué bandas escuchan los músicos de Parroquianos?
—Yo creo que es algo inconsciente. Nuestras preferencias musicales personales no necesariamente son parte del sonido de la banda, aunque sí en la generalidad. Nos encanta el rock garage de los 60, el rockabilly de los 50, pero también el country, y el punk. El guiño o acercamiento al pop español, creo que viene de mi lado. Hay un montón de cosas que se hacen en la península que siempre me han parecido atrayentes. Desde la viceralidad del rock radical vasco, hasta lo naif de la movida madrileña y, porque no decirlo, también ese sonido puede ser consecuencia de que probablemente escuchamos la misma música pero en diferentes tiempos. Por ejemplo The Smiths, Ramones, Leonard Cohen, Bob Dylan me parece que están, o quisiera así creerlo, de una u otra forma en esa música y en la nuestra. Lo que cambia claro es la interpretación. Lo que sale es un poco lo que se puede. Dentro de la banda escuchamos de todo un poco, tenemos fans de Iron Maiden, de los Doors, de Pogues, pero el hilo conductor, me parece que va en el rock primigenio. O intentar interpretar esa intención musical.

Hubo un conflicto interno por tus declaraciones contra las bandas tributo. ¿Qué onda eso?
—Fue algo curioso que demuestra la idiotez de cierta gente, de la caída de caretas. Esta gentuza, no me puedo referir a ellos en otros términos, trabajó con nosotros un par de meses, y el tema del enfado contra las bandas tributos, era algo que se conversaba frecuentemente en el interior de la banda, y todos supuestamente estábamos de acuerdo. Y claro, pasó algo, que te dice mucho. Me entrevistan de La Estrella del Norte, y yo hago patente mi malestar, sin miedo y de frente, dando nombres y todo eso. Y claro, el día que se publica queda la cagá: amenazas, que nos iban a funar una presentación en vivo, hasta hueones patudos que me exigían disculpas públicas. Y esta gentuza, al parecer, soltó esfínteres y anunciaron que se iban. Hicimos la última presentación, en donde toda las ciberamenazas quedaron en eso, como era de esperar, y bueno, ya teníamos gente que quería tocar con nosotros, que son los actuales integrantes de Parroquianos, Fabián y Danilo, que tuvieron el valor de tomar el fierro cuando estaba supuestamente caliente.

¿En Antofagasta, está tan lleno como acá de ese tipo de agrupaciones? ¿Por qué siempre está lleno de bandas de covers?
—En Antofagasta pululan varias de tributo y de covers, imagino que en todas parte pasa algo similar, y el tema es que los espacios para tocar no son muchos, y estos descerebrados se transforman en competencia desleal. Ya que con la complicidad de los dueños de los establecimientos, tienen secuestrada a la música de creación propia en la ciudad. Y no pagan derechos de autor, ¿quién los fiscaliza? Aparte que hay otro fenómeno, que son las bandas, a las que yo denomino “fracasadas”, que son grupos que grabaron discos, que tienen temas propios, pero que cuando se presentan en vivo, ¡tocan covers!, como que sienten vergüenza de lo que ellos mismo producen, o están en un bucle autoimpuesto de complacencia y adicción al aplauso fácil.

¿Y qué pasó con los músicos que se fueron? ¿Están en bandas tributo ahora?
—Ni idea. Capaz que si a Parroquianos les va bien, formen tributo a los Parroquianos.

Cuéntame un poco más de la escena de Antofagasta ¿Hay movimiento, público, locales?
—Es medio pobre. Antofagasta siempre ha tenido una escena poderosa en el mundo del metal. En donde nos movemos nosotros es más bien complicado. Pocos locales, las bandas de tributo. La gente que lo quiere todo fácil. En el mundo de indie, se pelean unos con otros, por lo que está complejo. Es complejo hacer rock and roll en Antofagasta, y me imagino que en el resto de las provincias también, quizá en el mismo Santiago, también. Porque aparte, estamos siendo aplastados por la pachanga, y por la neo-trova, géneros que están lejos del sonido del rock, y que por esas cosas del mercado se llevan la torta. Es cosa de ver el tema de la Cumbre del rock Chileno para darse cuenta el estado de la cuestión, dentro del rock nacional. Salvo Voodoo Zombie, y uno u otro más, todo lo demás era cualquier cosa menos rock. Sería más honesto que le pusieran Cumbre de la Música Chilena o algo así.

Hablando de las canciones, en las letras de Parroquianos se ve una búsqueda por retratar una ciudad o un paisaje, en busca de bares, recuerdos y amores perdidos, ¿Qué les motiva a escribir? ¿Cuáles son las buenas historias para la banda?
—Bueno creo la motivación o inspiración se puede sacar de cualquier cosa, pero acotándolo a este primer disco está situado desde una visión algo nostálgica frente a diferentes hechos. Claro, y la nostalgia evoca a lo que pudo ser un pasado no necesariamente mejor, sino distinto del presente.
Me parece que las buenas historias están en la cotidianidad, en descubrir y describir lo que hay tras lo común y corriente. Hablar sobre esos pequeños abismos que afloran en la intimidad. Hablar de cosas que son comunes a todos, pero a la vez personales.

En “Trocadero Beach”, su primer single, hablan de una playa media paradisiaca para los estudiantes, lleno de niñas que no estudian porque quieren tomar sol, cuéntame un poco de eso.
—Hay un poco de ironía en Trocadero Beach, que es una playa que está en el sector norte de Antofagasta y que hace un par de años fue convertida en una playa artificial: por la geografía de la costa por aquí, la mayoría de las playas de la ciudad son así. El sector es popular, donde posiblemente el sueño de la educación superior es solo eso. Y que ante eso, la felicidad está a la mano del alcohol, del bailar, del olvidar y soñar que Trocadero es una playa de Miami, donde podría encontrarse el futuro o la libertad que promete la televisión, alegría sintética. Evasión.

En otro tema, “Andenes”, hablan de un amor medio intermitente y la pareja lee a Raymond Carver, y es bien carveriana la historia, en realidad. Pensaba en canciones como cuentos. ¿Eres de leer o de inspirarte en narraciones para las canciones?
—Absolutamente. Pero no solo de lectura, también hay inspiración que sale de ver películas, de reinterpretar otras canciones, de la misma televisión, tan denostada por otros, en general existe ese género, no sé cómo llamarle, seguro tiene un nombre, que se caracteriza como Carver, en relatos que tienen esos finales abiertos que te hacen engancharte a ellos y crear en base a esa obra.

¿Qué esperan de este disco?
—Como banda tenemos la aspiración, que la mayoría de las bandas debe tener, de que el disco lo escuche todo el mundo, poder salir a tocar a otras partes, y trabajar en un segundo disco.

Ah, ¿y por qué hay un gato con smoking en la portada?
—El gato del smoking es un maestro de ceremonias, queremos que invite a la gente a conocernos, de que sepan que hay rock and roll en el norte, esperamos que este disco sea el primero de muchos otros, no solamente de Parroquianos, sino de otras bandas, que tengan algo que contar. No todo está perdido, que hay espacio entre la trova, la pachanga y el metal, el rock and roll siempre cae de pie.

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Parroquianos: no todo está perdido

Sobre el autor:

Daniel Hidalgo (@dan_hidalgo). Publicó los libros Barrio Miseria 221 (2009) y Canciones punk para señoritas autodestructivas (2011).

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