De visita en Chile, nos recibió para conversar sobre su nacionalidad divida y sus nuevos planes
Nacido en Chile, crecido en Suecia, hace dos años Pato Pooh fue la revelación del hip hop nórdico con su éxito “Follow Me”. De visita en nuestro país, tras años sin hacerlo, nos recibió para conversar sobre su nacionalidad divida, sus nuevos planes y, cómo no, el hip hop.
Valparaíso, Estocolmo, Valparaíso
Mediodía de sábado en el quinto sector de Playa Ancha (Valparaíso) y cierta rutina ya se hace presente entre los blocks, levantados entre la tierra y la maleza y los talleres mecánicos de su entrada, como una pequeña y lejana ciudad-refugio a medio construir. Pero esa rutina, la de gente caminando entre cableado de luz y ropa tendida colgando de las ventanas, ha sido de alguna forma interrumpida en los últimos días por una celebridad secreta que a pesar de sus logros, pasea por el barrio con una humildad poco común.
–¿Cómo taggeo Pániko aquí en el Twitter? –quien habla es Eugenio Patricio Silva, 26 años, alias Pato Silva, alias Pato Pooh –Todos tienen Twitter aquí, allá no hay tanta gente que tiene. ¿Es @paniko?
Aquí es Chile, Playa Ancha, la totalidad de su familia por parte materna, y la mitad de la familia de su padre, la que no dejó Valparaíso por irse a probar suerte en otras latitudes. Allá es Suecia, Estocolmo. Allá es el abandono del anonimato, porque Pato Pooh, con un disco liberado el 2009, “The I Work Hard Chronicles”, en el que se intercalan rimas en inglés y español, se convirtió en una verdadera celebridad no sólo del hip hop sino de la escena musical sueca: “Ahora estoy en una posición en que me están escuchando en muchos países y se está poniendo difícil manejar todo solo, porque yo nunca traté de que un sello me contratara, nunca mandé un demo” confiesa, apoyado sobre la mesa en donde descansa su laptop, mientras busca videos en Youtube de sus hermanos de escena en el país europeo. “Nunca necesité la ayuda de sellos, pero cuando ya empecé a llegar a otros países comencé a necesitarla, no sé si de un sello, pero sí de gente que trabaje conmigo”.
Álter ego. Pato Pooh, el personaje hijo de inmigrantes en Suecia, que respira y suspira rimas, tiene mucho de este Patricio Silva que conoció Chile hasta los cinco años, cuando partió junto a su madre a encontrarse con la otra mitad de su historia familiar: su padre. Pato Pooh y Patricio Silva se parecen porque ambos habitan una lengua que no es la suya: Pato Pooh rapea en un inglés adquirido por la escuela y por las películas que vio de niño, pero cotidianamente habla el sueco; Patricio Silva habla español -con un poco menos de soltura- sólo con su madre, con su familia chilena y con quien ahora lo entrevista.
Pato, estás de paso por Chile, quiero saber cómo es estar en este país que es tuyo pero no tanto
—Como que echaba de menos, igual. Hace tiempo que no estaba aquí y extrañaba a mi familia. Tenía primos y primas que no conocía y fui a verlos. Tenía recuerdos pero quería refrescarlos. Cuando voy a otros países estoy dos semanas y me quiero ir, soy una persona que siempre tiene algo que hacer, no aguanto estar en la playa tirado todo el día, pero aquí como que uno está en casa igual.
¿Cuándo fue la última vez que viniste?
—No venía hace 13 años, del 98 ó 97, más o menos. Antes venía seguido, como cada dos años. Pero después ya no. Porque cumplí 14 ó 15 y quería estar con los amigos, no quería dejarlos por mucho tiempo. También, había empezado con la música en serio.
¿Cómo es el día a día en Estocolmo?
—Es diferente al de acá. No voy a decir que es más fácil, pero por ejemplo allá no hay pobreza de la misma forma que hay aquí. No es un país clasista, tampoco: todos tienen “hambre”. Siempre vas a tener acceso a zapatos buenos, quizá no Gucci, pero sí Nike, una onda así. Esa es la diferencia. Mi vida allá es bien movida, siempre hay algo que hacer. Tengo partes donde ir a tocar, y estoy siempre mandando mails pa acá y pa allá, porque manejo toda mi carrera. Allá tengo mi departamento y vivo de la música.
¿Ah sí? ¿Vives de la música?
—Sí, igual no es fácil. No hay muchos que lo puedan hacer, hay algunos que lo hacen un tiempo y después ya no. Pero yo desde que solté mi disco lo he podido hacer.
La Sagrada Familia
Apuntes. Pato por el diminutivo afectuoso de Patricio. Pooh por la semejanza física con el personaje de Disney “Winnie the Pooh”. Sobrenombre que desde la infancia le puso su círculo cercano, y que ya sólo quedó en eso, en un recuerdo, porque el Pato Pooh que ahora está sirviendo dos vasos más de bebida, aunque sigue siendo bajo, dista bastante de ser gordo como el oso amarillo.
Los mejores grafiteros y los mejores break dancers siempre fueron chilenos. Además lo llevamos en la sangre: la cultura, la música y la poesía
Apuntes. Una semana y algo tardó en concretarse esta entrevista, porque el muchacho, más allá de conversar con medios y hacer un par de shows junto al rapero nacional Zaturno, vino con un plan fijo y un poco más importante: re-encontrarse con sus familiares chilenos, como si siguiera las líneas en un mapa familiar en busca de esos tesoros que aguardaban por su travesía. Y así, se la ha pasado haciendo visitas entre Viña y Valparaíso, asistiendo a cumpleaños y estando atento a las llamadas a su celular.
No es la única familia, y la gente que hace hip hop lo sabe muy bien. Pato Pooh tiene claro que en Suecia hay algo así como una red de chilenos en el mundo del rap. No hablamos de dj Méndez, claro que no, “a él lo respeto, hizo cosas que nadie más pudo hacer en Suecia, aunque hace mucho que ya no suena”, sentencia Pooh, al mismo tiempo que asume que su camino es otro, distinto al de la otrora revelación de la industria sueca con genes chilenos. Un camino de una escena más cercana al hip hop como género y cultura y que ya tiene nombres destacados como los productores antes conocidos como Latin Kings, ahora los Salazar Brothers, Game Boiii (autor de la base de “Follow Me”, el éxito de “I Work Hard Chronicles”), Pablo Paz (hermano de Pato Pooh), los raperos Advance Patrol, Stor, o el cantante r&b Ricky, y para la cual Pooh tiene una teoría: “lo que pasa es que en la primera generación de hip hop en Suecia estaban metidos los chilenos. Había negros, suecos y chilenos. Los mejores grafiteros y los mejores break dancers siempre fueron chilenos. Además lo llevamos en la sangre: la cultura, la música y la poesía”.
Hablemos de hip hop, ¿cómo fueron tus inicios?
—Yo soy de Rinkeby y ahí había unos chilenos que rapeaban, que se llamaban Infinite Mass. Hacían gangsta rap, y fueron los primeros en hacerse famosos, por el año 91. Eran chilenos y rapeaban en inglés. A mí me gustaba toda esa onda así que empecé a escribir. Era el único de mi grupo que me vestía como rapero y que me gustaba el hip hop, a mis amigos les gustaba la cumbia. Tenía amigos chilenos, turcos y árabes que me molestaban al principio, pero seguí. Ahora no me molestan, quieren hablar y salir conmigo.
¿Y conociste a Infinite Mass?
—Al Rigo, sí. Es que a él le gusta ayudar a raperos más jóvenes y alguien le habló de mí y se dieron las cosas. Rigo después, con Infinite Mass, dejaron el gangsta rap para hacer rock, y después formó otro grupo que se llama Crossfire. Los creadores de (Lady) la canción de Méndez. Él es muy talentoso.
Pero ahora tú también eres un nombre importante dentro del hip hop escandinavo. ¿Te tomó por sorpresa el buen recibimiento de tu primer disco?
—No, lo esperaba totalmente. Incluso esperaba tener más éxito. Yo soy fan de mi música y cuando me han invitado a programas importantes de televisión de allá, o a alguna tocata fuera del país yo siempre pienso “bueno, esto debería haber pasado hace tiempo. ¿Qué es lo otro? ¿Qué viene ahora?”. Siempre estoy pensando en el next step.
¿Cómo funciona la escena hip hop allá?
—El hip hop empezó el 91 con bandas como Infinite Mass, pero el 97 el hip hop se hizo comercial allá, y las cadenas de televisión le ponían atención. Ahí eran puros suecos. Había tres inmigrantes pero el resto era puros pelados suecos, blancos que rapeaban. Pero después ya no se escuchó más. El 2008, cuando salí yo, vino una nueva ola de hip hop, y se hizo grande de nuevo y ahora todos andan rapeando en la calle.
Ecos de hip hop al fin del mundo
Ya se empiezan a sentir los aromas de la hora de almuerzo y Pato Pooh, revisa algo en su celular. Porque coordina desde Chile, sus próximos pasos en el mundo del hip hop sueco. Más que nada, la aparición de un nuevo sencillo adelanto de lo que será el sucesor de su segundo disco. “Nadie hacía street album, yo salí con el nombre y después todos empezaron a llamar a sus discos street album”, dice con una sonrisa, refiriéndose a una categoría de disco que no es editado por un sello, “pero tampoco es un mix tape”.
Se viene tu nuevo disco, cuéntame de eso.
—Va bien. Voy a estrenar el 14 de febrero el nuevo single que se llama “Kill Cupid”, en el cual rapeo y canto de distintas formas. Para el disco estoy trabajando con varios productores: siempre con los Salazar Brothers, con mi hermano Pablo Paz, con Game Boii, con K-One, con uno que está bien famoso en Europa que es Charlie, quien es mi amigo de chico. Todos trabajaron conmigo antes, soy fiel con la gente con la que empecé, porque hay un cierto sonido que es mío y es gracias a esos productores.
Pero hay diferencias con el primer disco, supongo.
—Claro, que ahora mis productores me dan mejores beats y que ya puedo regodearme un poco más y conseguir mejores featurings.
Lo vamos a estar esperando. ¿Cachaste que el éxito de tu primer disco tuvo ecos por acá?
—Eso lo encuentro raro. ¿Cómo se enteraron de mi disco?
Este viernes 04 de febrero Pato Pooh se presenta junto a Zaturno en El Huevo de Valparaíso
La linda magia de Internet.
—Cierto. Porque harta gente me escribió de Chile, y bueno pensé que era porque era chileno, pero también harta gente me escribió desde Ecuador. Pero como soy chileno le pongo más atención a lo que pase acá, aunque lo encuentro raro, más que sonar en Finlandia o en otros países europeos.
¿Te gustaría sonar mucho más en nuestro país?
—Sí po, por eso estoy aquí. Para hacer contactos, a cantar con Shamanes, con Zaturno. Conocer a esa gente, trabajar con ellos y saber quiénes son. No sólo por el Facebook.
¿Pero cambiarías a Estocolmo por Santiago?
—Por un tiempo, sí. Aunque todavía no he logrado lo que quiero allá: ser el mejor de la historia del rap. No es algo que quiera, ni mi sueño, es lo que voy a ser y para lo que voy a trabajar allá. Por eso me gustaría estar allá, pero venirme acá también es una posibilidad.