Persiana americana

Distante, ajena, hasta un poco displicente. Esto que suena tan terrible es lo mejor que ofrece la cronista argentina Leila Guerriero en los perfiles publicados en Plano americano, de Ediciones UDP. Hay, por supuesto, una cercanía evidente con el entrevistado, pero se aleja de la melosidad o pseudo amistad con la que algunos escritores suelen empapar sus notas. Esto es directo, claro, sin el adorno adolescente, esto es como el periodismo real, se ve.

Distante, ajena, pero no desentendida. Guerriero se hace la loca cuando los entrevistados se ponen mañosos. Los deja ser, los deja hablar, lo que no significa que ella misma no esté dando su punto de opinión en cada momento.

A través de 21 perfiles, recopilados de diversas publicaciones, esta ventana latinoamericana se impone como un muestrario de lo más relevante de la cultura, lo imperdible. De Piglia (“Nada es lo que parece”) a Fogwil (“Máquina Fogwil”). De Roberto Arlt (“La vida breve”) a Facundo Cabral (“Soy leyenda”), pasando por el viejo Nicanor Parra (“Buscando a Nicanor”), el ícono de la chilenidad dentro del libro. Quizás, para el lector ocasional, esta sea la más importante. La imagen del antipoeta se demuestra tal cual, sin la épica del poeta de bar, sin el condimento exagerado del noticiero; sino como un hombre que escribió mucho y ahora vive en Las Cruces. Un hombre, al fin y al cabo.

Esa es la gracia del perfil como género, finalmente, mostrar a un personaje sin ningún tipo de prejuicio. Ensartarlo en la realidad cruda, desnudo y sin ningún tipo de defensa frente al ojo del lector. Acá hay 21 personajes en la misma condición, una galería a la que le llora uno que otro músico, pero que cumple con retratar la voz americana.

[GANA UNA COPIA] Posteando en nuestro módulo de comentarios de más abajo, la historia menos creíble que hayas escuchado de Parra. Los ganadores aparecerán tras el sorteo en este mismo post.