Tiempo ha, después de leer Give me a break, un demoledor y precioso libro que reúne varias conversaciones con Diego Maquieira, una idea quedó grabada en mi cabeza.
Algún tiempo atrás, después de leer Give me a break —un demoledor (y precioso) libro que reúne varias conversaciones con Diego Maquieira— una idea quedó grabada en mi cabeza.
El poeta, de acuerdo a los entrevistadores, un día los recibe mucho más entusiasmado que de costumbre y comienza a hablarles de un nuevo proyecto: «Lo que pasa es que a las palabras hay que limpiarlas, porque están sucias, ya no significan nada, no significan lo que antes significaban, por lo tanto la palabra amor, la palabra muerte, la palabra conchasumadre, pierden sentido. Entonces, ¿a qué nos dedicamos? El problema es qué hacemos, ya que somos seres que podemos hacer algo. Ése es el problema: ¿sigo en la poesía, o digo ‘esto se va al tacho de la basura’ y lo tiramos todo como Rimbaud? Entonces dije: ‘Para empezar hay que tener algo de alta resolución’. Porque no se ve, las palabras están sucias que ya no sé lo que significan y por lo tanto no las puedo usar así, tengo que empezar por limpiarlas. Ya, se me ilumina: aleación. ¿Qué significa aleación? Significa que se unen dos metales para producir un tercero desconocido. (…) Y hay una imagen, que si bien es muy antigua, recién ahora la pude ver claramente: en la guerra, las espadas estaban hechas de aleaciones, y algunas estaban aleadas con materiales tan nobles que destrozaban al enemigo, ¡por la calidad de la espada!».
En Niveles de vida, Julian Barnes dice: «Juntas a dos personas que nunca habían estado juntas. A veces es como aquel primer intento de acoplar un globo de hidrógeno a otro de aire caliente: ¿prefieres estrellarte y arder o arder y estrellarte? Pero a veces funciona y se crea algo nuevo y el mundo cambia. Después, tarde o temprano, en algún momento, por una razón u otra, una de las dos desaparece. Y lo que desaparece es mayor a la suma de lo que había. Esto es quizá matemáticamente imposible, pero es emocionalmente posible».
En London Fields, un parque ubicado en el noreste de Londres, en Hackney, hay un pub llamado Pub On The Park. En este lugar, con una vista bellísima, he tenido la oportunidad de hablar con personas que quiero como a pocas. Conversaciones en inglés; un lenguaje secundario para quienes hablan. Palabras viajando en pasajes de ida y vuelta, intentando, pero no logrando, decir todo. Ideas que van y vienen; ideas ensuciándose y limpiándose, siempre cabalgando palabras imperfectas.
Encontrar la(s) palabras puede significar encontrar la(s) personas.
Martín Adán, el poeta peruano, en sus Poemas Underwood dice:
El mundo no está precisamente loco, pero sí demasiado decente. No hay manera de hacerle hablar cuando está borracho. Cuando no lo está, abomina de la borrachera o ama a su prójimo.
Pero yo no sé sinceramente qué es el mundo o qué son los hombres.
Solo sé que debo ser justo y honrado y amar a mi prójimo.
Y amo a los mil hombres que hay en mí, que nacen y mueren a cada instante y no viven nada.
He aquí mis prójimos.
Amar la propia multiplicidad.
La verdadera individualidad como manifestación de mil hombres internos.
Quizás Maquieira hablaba de dos personas, como Barnes. Una aleación.
Quizás Maquieira hablaba simplemente de sí mismo, como Adán. Otra aleación.
Quizás sus palabras solo reflejan la unión de dos personas creando algo nuevo y superior a ellas mismas.
Quizás sus palabras solo hablan de una persona que unida a su propia individualidad crea algo nuevo, superior a sí mismo.
Sea como sea, hay algo triste en todo esto: Barnes nos recuerda que toda aleación es temporal.
Sea como sea, hay algo lindo en todo esto: Barnes nos recuerda que hay aleaciones que valen la pena.