R.E.M. – Collapse Into Now: Lecciones Aprendidas
Durante la última década R.E.M. ha transitado en un extraño estado entre expectación melómana y leyenda casi insuperable. Que “este es su mejor disco desde Automatic For The People” (1992), “que con esto cierran una trilogía que completa “Up” (1998) o el clásico, “en este disco Stipe desnuda sus confesiones de homosexual declarado” (como si a alguien le quedaran dudas), son algunos argumentos abusados en demasía para tratar de describir sus últimos trabajos.
Debe dar lata tener 30 años de carrera y una trayectoria sobresaliente para terminar recibiendo los mismos epítetos una y otra vez, como también debe ser cansador calzar en todas las expectativas que los mismos mitos construyen.
En este aspecto, Collapse Into Now viene a ser no un tapabocas para nadie ni una revancha, sino una conclusión desde la introspección por parte de una banda que trazó un camino, pero pareciera que aún sintiese que sigue construyendo uno propio. En este último disco, R.E.M. se revisa a si mismo para perfeccionar las fórmulas intentadas en los últimos 10 años (fórmulas que parecían nos siempre dar en el gusto) mostrando la capacidad de reunir en un solo trabajo todas las lecciones recogidas desde la hiperproducción de Reveal (2001), la melancolía política de Around The Sun (2004) y la velocidad en crudo de Accelerate (2008).Y sin dudas, el ejercicio es exitoso desde el inicio, con la luminosa “Discoverer” hasta su reprise final luego de la devastadora “Blue” (con Patti Smith en un rol similar al escuchado en E-Bow The Letter de 1996). El trío de Peter Buck, Mike Mills y Michael Stipe no cae en los adjetivos secos de sus producciones anteriores y confecciona un conjunto de canciones variadas pero coherentes entre sí, que hacen que los 40 minutos de duración parecieran precisos. La fuerza guitarrera de “All the Best” concuerda con la calma pop acustica de “Überlin”, y hasta el sobre salto desde la dulce “Everyday is Yours To Win” (ideal para audífonos, con la redención lírica habitual de Stipe) no desentona al dar paso a “Mine Smell Like Honey”, el pegajoso single promocional oficial.
Da la impresión a veces que R.E.M. está reflexionando sobre su mismo material, citándose textualmente como en “Oh My Heart”, una continuación de “Houston” (Accelerate) que trataba sobre la devastación y negligencia gubernamental estadounidense durante el huracán Katrina, hoy observada desde el prisma de la reconstrucción y con una instrumentación de fondo que se aleja de la crudeza del original. Pero también da el espacio para que suenen casi adolescentes y energéticos en “That Someone Is You“, que recuerda las primeras composiciones de esos años en Athens, Georgia, cuando siquiera sacaban un disco (busquen “Narrator”) o con olor a hit instantáneo como “Alligator Aviator Autopilot Antimatter“, con la participación arrasadora de Peaches y que hace olvidar que se trata de una banda de respetables señores cuyas edades se empinan sobre los 50 años.
Ya sea por su variedad de canciones (casi todas singleables, lo que se potencia con el proyecto de un video para cada una que Stipe anunció la semana pasada), su riqueza sonora o el desfile de colaboraciones ilustres (falta mencionar el cameo de Eddie Vedder y Joel Gibb al final de It Happened Today, más para los créditos que de aporte real), Collapse Into Now tiene la solidez de un disco bien pensado, bien hecho y bien logrado. Una prueba lograda para una leyenda (cuestionada, a veces) como R.E.M.
Lo interesante– en este caso- es que hay detrás de todas estas lecciones aprendidas. Qué hay detrás de que Stipe no quiera hablar del disco, de que no saldrán de gira para promocionarlo, de que se termina el contrato de superestrellas que firmaron hace más de una década con la Warner y ni indicios de voluntades por mantenerlo. La solidez de Collapse Into Now cobra nuevo significado cuando su final comienza a sonar como casi un adiós. ¿Este es el último disco de R.E.M.? Quien sabe. ¿Sabrán ellos? Quizás, y no quieren decirlo. O quizás no lo saben, porque aún no lo han definido. Quizás es el fin del camino, y quisieron redondear todo en un disco definitivo. O quizás es el inicio de una nueva búsqueda, y esta colección de canciones es sólo un resumen de lo aprendido.
Collapse Into Now, en cualquiera de los escenarios, es un momento alto. Sea un final o un comienzo, es una lección aprobada. Porque seguir armando camino y haciendo buenas canciones en el decimoquinto disco es un logro. Punto.