Radiohead – The King of Limbs (TBD Records & XL Recordings)

por · Febrero de 2011

Revisamos en el iPod lo último de Radiohead

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Si todavía no te enteras cuál es el disco de la semana, aquí te damos una mano: revisamos en nuestro iPod, canción por canción, The King of Limbs, el octavo álbum de Radiohead.

Mejor ajustarse a esos 37 minutos que dura de The King of Limbs que adentrarse más de la cuenta en los interminables elogios, críticas y discusiones que se han levantado alrededor del quinteto de Oxford. Sospechamos lo que pesan y lo que valen.

Pocas sorpresas se esperaban para los lanzamientos de este año, pero nuevamente nadie logró anticipar la jugada que se traía Thom York y compañía. Admito que algo de desconfianza me produjo el gesto: eso de seguir torciéndole la mano a una industria que se derrumba a pedazos parece una pelea ganada, innecesaria a fin de cuentas para una de las bandas más innovadoras e influyentes de las que se tenga registro.

Pero mejor vamos a lo nuevo. The King of Limbs, algo así como el rey de las extremidades, debe su nombre a un viejo roble del bosque de Wiltshire, Inglaterra, ubicado muy cerca del estudio de grabación de la banda. Su fecha de estreno sería el sábado pasado, sin embargo, un mensaje del guitarrista Ed O’Brien adelantó las cosas: “Es viernes… es casi fin de semana… hay luna llena. Pueden bajar ‘The King of limbs’ si lo desean. Gracias por esperar… tengan un gran fin de semana donde quiera que estén“.

Quedará suficiente tiempo para analizar que tan acertado es este nuevo paso de Radiohead y conocer más detalles de cómo fue el proceso de composición. Mientras, nosotros agarramos la polaroid y le sacamos una rápida foto a The King of Limbs, un disco que -para bien o para mal- terminará por partirte la cabeza.

01 – Bloom

Un piano que se desvanece y una base onírica, machacante y críptica inauguran esta nueva placa. A las secuencias electrónicas de las que Radiohead tanto disfruta (y a un pulso más cercano al de tambores ancestrales) se van incorporando arreglos que tienen la acostumbrada tristeza del quinteto. Aparece también la fantasmal interpretación de York. Para iniciar una presentación en vivo resulta una pieza perfecta, pero se torna insuficiente al momento de enseñar cómo vienen estas ocho canciones. Percusiones reiterativas, irregulares, mezcladas de fondo con sonidos etéreos e incluso con la luminosidad del jazz, avanzan hasta agotarse en un estado agridulce.

02 – Morning Mr. Magpie

Desde Kid A a la fecha han pasado innumerables melodías como ésta. Tal vez demasiadas, dirán los más nostálgicos. Aquí los ingleses limpian el sonido de Bloom, lo dejan más compacto, pisan un poco el acelerador y Thom Yorke se para frente al micrófono. Canta y susurra dependiendo cómo se desplazan los loop. Los mismos que le han quitado protagonismo a los instrumentos y los responsables que, a ratos, sólo se escuche un inofensivo rasgueo en las guitarras. Mejor suerte correrán algunas líneas del bajo de Colin Greenwood que tímidamente se dejan escuchar. Nada del otro mundo, aunque muy por sobre la media.

03 – Little By Little

Primera cumbre del disco, por lo menos rítmicamente hablando. Una enérgica base electrónica, un compás tribal y alguna que otra percusión al estilo Reckoner, hacen imaginar el primer baile desenfrenado del vocalista. Sólida interpretación para uno de los temas más cohesionados y que mejor acogida ha tenido internacionalmente. Un vaivén sonoro que se hace característico de principio a fin y que en directo debe transformarse en una invitación difícil de eludir. Para repetírsela más de una vez.

04 – Feral

La experimentación llevada a un punto muerto. Recuerda además la peor cara de The Eraser. Capas y capas, texturas y texturas ensimismadas en la propia cabeza de los músicos. La pretensión y la paciencia de los fanáticos llevada a extremos: no hay guitarras, tampoco una voz reconocible, el bajo entra tan rápido como sale y la batería es un golpeteo monótono y secuencial. Muy pobre. El único consuelo es que Feral es el tema más corto del disco, benditos 3 minutos.

05 – Lotus Flower

Rápidamente cambian las cosas y lo mejor comienza a llegar. Una suave base electrónica va in crescendo -no sé que término menos cursi utilizar- hasta la irrupción exquisita de la voz de York. A ratos contenida o luego a puro falsete nos demuestra por qué tenemos razón: su fraseo, cuando pasa a primer plano y logra conectar estrofa con coro, es hipnótico, envolvente, único. Tan minimalista como sensual. Se trata entonces de la canción más lograda del álbum y no sorprende que haya sido escogida para el video promocional. Otra cosa es el baile en sí.

06 – Codex

Se inician los pasajes más lentos del disco y de esta manera el viaje hacia aguas más profundas. También llega la enésima confirmación de que pocos tienen la capacidad para escribir canciones sombrías con la calidad que lo hace Radiohead. Escasos acordes y un piano a la manera de Pyramid Song, aunque menos denso y siempre atento a los tiempos, vagan por una superficie que no por explorada resulta menos reveladora: aquella larga caminata hacia el patíbulo. Una soberana lata para quienes echan de menos mayor electricidad y explosión.

07 – Give Up The Ghost

Da gusto reencontrarse aquí con una guitarra, aunque sea en formato electroacústico. Será el punto en que más limpio escucharemos a Thom Yorke y un aire folk poco acostumbrado en él. Una especie de brisa otoñal. Lenta, evocadora y aparentemente muy simple, está entre lo más destacado de The King of Limbs. Ya hacia al final nos topamos con repeticiones vocales como las que Jonny Greenwood se encargaba de desarmar a su antojo en Everything In It`s Right Place. Un agrado.

08 – Separator

Finalmente una austera balada cierra el octavo trabajo de estudio del quinteto de Oxford. Sencilla y con un beat más reconocible, deambula por buena parte de los elementos que hacen de The King of Limbs un álbum lleno de laberintos. No es que no sorprenda, como se le ha criticado tempranamente a este disco, es que no está claro el lugar al que se dirige. Cierto o no, ese viaje lo está haciendo York, O’Brien, Selway y los hermanos Greenwood; al resto, es decir a nosotros, no nos queda otra cosa que murmurar a sus espaldas.

Radiohead - The King of Limbs (TBD Records & XL Recordings)

Sobre el autor:

Fernando Cea

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