#Sandy y el día después del encierro
Anoche, después de perder Internet, la única comunicación con el mundo era una APP de radio en mi iPhone. Las noticias no eran muy buenas y el viento lo confirmaba.
// Por: Marcia Juliá, desde Nueva York • Fotos: Luis Nieto Dickens.
Aunque dijeron que estaba prohibido salir, tuve que ir a la esquina a comprar más velas y echar un vistazo para ver cómo estaba todo. Me sorprendió la cantidad de gente que había caminando en las calles, pero también me asusté cuando vi que algunas murallas estaban en el suelo. Una patrulla daba rondas y cuando veía gente caminando, gritaba por los altavoces que volviéramos a nuestras casas.
Ese fue mi último contacto con el mundo exterior hasta hoy en la mañana, que desperté con mil WhatsApp de mi mamá, de un primo y un par de amigas: al parecer algo muy malo había pasado y yo aún no lo sabía. Obvio que las noticias mostraban lo peor, a si que decidí salir a sacar fotos con mi chico y ver lo que había pasado en Greenpoint, un barrio de Brooklyn que está justo al borde del río Este.
Además de algunos árboles en el suelo y muchas ramas por todos lados, nada era tan impactante, hasta que llegamos más cerca del río y los dueños de bodegas y restaurantes estaban tratando de salvar algunas de las cosas que se había quedado bajo el agua de las inundaciones.
Entre más cerca del río más viento y más turistas. Fue raro que hubiese TANTA gente sacando fotos y millones de familias con sus hijos en coche. Al parecer a todos les afectó los dos días de encierro —algo muy poco newyorker— y necesitaban aire.