SANFIC12: El abrazo de la serpiente

por · Agosto de 2016

El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, pone en la gran pantalla un sueño olvidado, una realidad que se nos ausenta, pero que está allí, esperando que hagamos algo por ella.

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Dos momentos en la vida de un chamán amazónico. Dos historias, que son un mismo viaje. Dos historias, pero una sola búsqueda. El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, pone en la gran pantalla un sueño olvidado, una realidad que se nos ausenta, pero que está allí, esperando que hagamos algo por ella.

El filme se desarrolla en la selva amazónica, en dos épocas distintas las cuales, sin embargo, se presentan bajo la forma de un solo tiempo ancestral tanto por la naturaleza de la jungla, que desdibuja cualquier signo de civilización occidental, así como por un mismo deseo que los personajes comparten. Ambas cosas se logran, en gran medida, al estar la película filmada en blanco y negro, puesto que esa tonalidad nos sugiere la idea de un tiempo ancestral de la selva en el que la mano humana todavía no ha tenido su efecto. Un tiempo compartido en el que no importa si es principios o mediados del siglo XX, la selva lo vuelve uno solo.

Los diálogos, en su mayoría, no se pronuncian en español sino en una lengua nativa. Más allá de que esto le de un toque de realismo al filme, da un reconocimiento al valor de una cultura que, como muchas, ha quedado marginada. El haber tomado el riesgo de rodar una película en un idioma «menor» (en el sentido de posición de poder con respecto a lenguas como el inglés o el español) merece su reconocimiento. Si bien no es el primer filme que lleva esta acción a cabo, sí debemos resaltar el sentido que tiene el uso de lenguas indígenas para la trama y la finalidad de la película. Porque El abrazo de la serpiente es un testimonio, una denuncia, un artefacto cultural que impulsa el pensamiento y la reflexión sobre un problema que ya tiene siglos y que nos sigue convocando: la deuda que tenemos con lo que nuestra cultura occidental ha buscado excluir, desaparecer, borrar del mapa.

Si bien hoy día encontramos distintas manifestaciones culturales que dan cuenta de este asunto, el filme de Ciro Guerra logra no caer en lugares comunes, en un mea culpa, en una denuncia feroz contra occidente, o en la ilusión de que es posible volver a vivir bajo formas culturales que no conocimos de primera mano. Más bien, la película se transforma en una máquina de pensar, al intentar dar cuenta de que la búsqueda de lo ancestral, sea una planta mágica como ocurre en el filme o cualquier conocimiento o saber no occidental, no significa una vuelta al pasado, sino sobre todo preguntarnos qué haremos en el futuro con lo que sabemos.

Así, ¿cómo pensar la multiculturalidad, la sabiduría de a quienes no dejemos hablar, la vida en la diferencia? Una pregunta que El abrazo de la serpiente nos propone en su narrativa. Una pregunta que me (nos) persigue. Una pregunta a la cual debemos darle respuesta no con retórica, sino con acciones. Acciones que, como lo hace esta película, invocan nuestra participación.

SANFIC12: El abrazo de la serpiente

Sobre el autor:

Alejandro Martínez ha colaborado para distintas revistas en América Latina y Estados Unidos.

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