Una profesora busca suicidarse en medio de un lugar sin nombre. En su tentativa, la mujer acaba en el rodaje de una porno, donde comparte fluidos con un albino que hace de su hijo. Así es Albinoni, de Alejandro Cabrera Olea, una novela escrita en menos de veinticuatro horas.
Una profesora busca suicidarse en medio de un lugar sin nombre. En su tentativa, la mujer acaba en el rodaje de una porno, donde comparte fluidos con un albino que hace de su hijo. Así es Albinoni, el relato ganador del primer “Mi gran novela Non Stop”, una actividad del Estudio Panal de Santiago donde más de treinta participantes —aspirantes a escritores, animales literarios, músicos, poetas y aficionados— se encerraron para intentar una novela en veinticuatro horas.
Albinoni, del escritor Alejandro Cabrera Olea, resultó como ganadora según el jurado compuesto por la editora Jimena Cruz y las escritoras Ileana Elordi y Claudia Apablaza.
«A la mierda los deseos. Ayer cumplí mis cincuenta y decidí colgarme», arranca la narración lineal de Cabrera —un autor que ya había publicado el libro de cuentos Simulacro (Planeta) y la novela Soldados perdidos (Das Kapital) en 2001—, donde se acuestan con el Adagio en Sol Menor de Tomaso Albinoni, el suicidio, el género Mother and son fuckin del porno y el complejo de Edipo. Ágil y de lenguaje compacto, Albinoni también puede ser leída como un guiño a las escenas de incesto de las películas Taboo, que hicieron de la pornostar Kay Parker un clásico.
Albinoni
Alejandro Cabrera Olea
Estudio Panal, 2015
45 p. — Ref. $3.000
