Isabel Plant es periodista y se dedica a la crítica de series de televisión en medios. Estas fueron las muertes que más lloró este año.
Isabel Plant es periodista y se dedica a la crítica de series de televisión en medios y su entusiasta blog Pelando el cable. Estas fueron las muertes que más lloró este año.
[ALERTA DE SPOILER] Primero, breve aclaración: la temporada más sangrienta de Downton Abbey corre como 2012, por eso no la incluyo. Y no veo The Walking Dead, por si alguien se lo pregunta. Ahora, en mi humilde opinión y en creciente importancia.
3. Peter Russo, House of Cards.
-La serie de Netflix tiene dos protagonistas capaces de comerse a todo el resto del elenco en Frank y Claire Underwood. Por eso que alguien les quite luces es un logro: Peter Russo (Corey Stoll) pasó de congresista tipo carretero, a peón, a centro emocional de la serie —porque quería ser mejor, pero con un copete encima las cosas cambian—, a víctima de asesinato. Su muerte fue una sorpresa y un recordatorio: Frank Underwood es de temer, y en serio.
2. Brody, Homeland.
-Se veía venir y, siendo honestos, debería haber sucedido en la temporada anterior. Este año, Brody (Demian Lewis), el terrorista más buscado de EEUU y pololo de la más sufrida agente de la CIA, pasó poco por la serie, se hizo adicto a la heroína, se rehabilitó en una semana y luego fue protagonista de una misión totalmente idiota en Irán. Su muerte, ahorcado en la plaza pública, representa la posibilidad de que la serie se vuelva a encaminar. Igual valiente: matar al hombre que sale en el póster del programa nunca deja de ser impactante.
1. Hank, Breaking Bad.
-Claro, claro, más importante que haya muerto Walter White, y que nuestro querido Jesse Pinkman haya sobrevivido. Pero la muerte de Hank es mucho más sorprendente y dolorosa que la de Walter; sabíamos que Heisenberg arriesgaba la vida todo el tiempo, en cambio Hank se había convertido en el héroe de la historia, en una persona buena, y las personas buenas en las series de malos suelen vivir para contarlo. Por eso, wow, qué dolor, y te extrañaremos tanto como a Marie.