¿Cómo ser justos al hablar de una obra que genera sospecha? Seamos honestos: hasta las grandes firmas literarias tienen textos malos. Lo triste, pienso, es que se trata de un texto malo publicado sin la autorización de su autor.
Llevo días intentando escribir un texto. Un texto sobre uno de mis narradores predilectos, un texto que intente ser justo con respecto a una obra que me genera desconfianza y sospecha. ¿Cómo escribir desde ese lugar? ¿Cómo no solo explicarle a otros sino a mí que lamentablemente la literatura también es esa maquinaria comercial que desestima a lectores, escritores y obras? ¿Cómo contar la historia de aquel autor que robaba libros y que, tras su muerte, terminó él mismo siendo víctima del robo de sus archivos, de borradores que quizá no le interesaban?
El espíritu de la ciencia ficción es la nueva (!) novela inédita de Roberto Bolaño. Ambientada en los años 70, en un México de atmósfera similar al presentado en Los detectives salvajes, cuenta la historia de Jan Schrella, Remón Morán, y otros escritores jóvenes, quienes más que hacer de la literatura el núcleo de sus vidas, lo que comparten entre sí son los afectos de tener amistades bohemias y literarias. Así, en la novela se narran dos grandes momentos de mayor cofradía: los encuentros o fiestas artísticas que realizan (quizá siendo la escena del café chino una de las más entrañables), y la fascinación por descubrir que existen centenares de revistas y talleres literarios en México DF.
Por otra parte, quizá uno de los rasgos peculiares y más llamativos de la novela consiste en que varios de sus apartados corresponden a cartas que Schrella le escribe a sus autores favoritos de ciencia ficción. Dispersas a lo largo del libro, casi al azar, esa otra historia que se forma a través de las misivas intenta, según mi lectura, legitimar a una generación de escritores cuyas obras literarias han quedado marginadas, dejadas en un tercer plano. Así, los jóvenes escritores en México, ignorados por los grandes centros literarios, se sienten cercanos a los escritores de ciencia ficción, ese género aparentemente «menor».
Ahora bien, la novela no tiene ese pulso narrativo que se le conoce al gran Bolaño de Los detectives salvajes y 2666. Tampoco tiene ese lenguaje denso y cargado de extrañeza como en Nocturno de Chile o Estrella distante. De hecho, podría sentirse como una novela escrita al estilo de Bolaño. Con esto, por supuesto, no quiero decir que haya algún escritor fantasma elaborando novelas del autor chileno, sino más bien da cuenta de una escritura en la que Bolaño todavía no ha alcanzado eso que podría denominarse su «madurez literaria». Algo falta, mucho sobra. Quizá el mayor valor del libro radique en la inclusión final de fotografías de los manuscritos de Bolaño, donde podemos detallar su caligrafía, su manera de trabajar y organizarse, sus anotaciones que le funcionan para otros libros, etc. Sin duda, es esa parte la que más capta nuestro interés como seguidores del escritor chileno.
Sin embargo, más allá de los lectores de Bolaño, me interesa preguntarme acerca de aquellos otros lectores que empezarán a acercarse a la obra del escritor chileno por primera vez. ¿Qué ocurriría si comienzan por El espíritu de la ciencia ficción? ¿Sentirán esa misma extrañeza estimulante que producen sus grandes novelas? ¿Los dejará con ganas de leer sus otros libros? ¿O desecharán el libro inédito? ¿Se decepcionarán? ¿Terminarán sintiéndose, por ejemplo, como aquellos que se iniciaron con Cortázar leyendo su poesía, o aquellos que en su juventud creyeron que de verdad aprenderían filosofía leyendo El mundo de Sofía? Seamos honestos. Hasta las grandes firmas literarias tienen textos malos. Lo triste, pienso, es que se trata de un texto malo publicado sin la autorización de su autor.
Como admiradores de la escritura Bolaño es evidente que algún valor podremos encontrarle a El espíritu de la ciencia ficción, así sea anecdótico, así sea para vincularlo ligeramente con algunas de sus obras posteriores. O, más aún, para desmitificarlo, aunque eso ya ocurrió gracias también a otros de sus libros inéditos como El secreto del mal y El Tercer Reich. Ahora bien, como ya dije, no se trata de hallar justificaciones para quienes ya antes hemos leído a Bolaño, sino que queda hacerse la pregunta de si en algo cambia o le añade la aparición de este libro a la comprensión global de su obra.
Si Bolaño, que publicó varios libros en vida, no le entregó el manuscrito de El espíritu de la ciencia ficción a Anagrama, o a otra editorial, algo hay allí que no lo hacía sentir conforme. Se le pudo dar un voto de confianza a Roberto Bolaño. Se pudo respetar su legado. Hay que diferenciar la lectura del académico acucioso, aquel que desea saber hasta la marca de bolígrafos de su escritor-objeto de estudio, a la lectura de cualquier otro lector. Posiblemente, el joven Bolaño en México no se hubiese robado un libro como El espíritu de la ciencia ficción. No habría valido su esfuerzo.
El espíritu de la ciencia-ficción
Roberto Bolaño
Alfaguara, 2016
256 p. — Ref. $14.000