X-Japan world tour: o cómo mostrar la hilacha en Latinoamérica

por · Septiembre de 2011

X-Japan world tour: o cómo mostrar la hilacha en Latinoamérica

Publicidad

El pasado viernes 9 de septiembre se presentó en Chile una de las bandas más influyentes y populares del rock japonés (fuera de Japón).

Fotos: Daniel Acuña (@suchious).

Con 40 minutos de retraso comenzó el show en el teatro Caupolicán ante 4500 fanáticos que no paraban de gritar. Lo de siempre, el público chileno encanta a los artistas japoneses y esta vez no iba a ser la excepción, puesto que la espera fue larga. Mientras tanto me dediqué a observar a los fans: muchos viejos conocidos, de aquellos que estábamos en el movimiento del J-Music desde hace muchos años, un público muy diferente al que se observó en Vamps, de hecho, incluso vi algunos fanáticos japoneses en el lugar, lo que me obliga a hacer algunas comparaciones: tuve la suerte de estar en Japón durante un tiempo (viaje que espero contar aquí mismo en paniko.xl), y pude observar cómo los fans del j-rock o visual acostumbran a producirse muy bien para los recitales y no escatiman en gastos a la hora de elaborar sus estrafalarias vestimentas, mientras que los fanáticos chilenos más bien parecen echarse encima un manojo de harapos. Pero no se trata sólo del público visual, también pasa con el punk y supongo que con el resto de los públicos debe suceder algo parecido.

Y para los que quieran saber cómo estuvo el show: pues estuvo correctísimo, más que bien, le doy un 8/10, lejos lo mejorcito que se ha visto de artistas japoneses por estas tierras (superando levemente el primer show de Dir en Grey del 2009, quienes se repetirán el plato ahora en noviembre próximo), pero todavía falta para que sea un show de clase mundial, aunque musicalmente están a la altura, lástima que lo que se ve sobre el escenario no se acerca a lo que uno espera de una banda que viene con tanto hype y probablemente en el mejor momento de su carrera desde su reunión en 2007.

Es cierto que Yoshiki es el alma de X Japan, pero no por eso el show debe ser una especie de Yoshiki y sus amigos, en donde el blondo baterista/pianista acapara toda la atención, dejando al resto de los integrantes como meros espectadores, con la excepción de Toshi por su rol de vocalista, quien a pesar de verse muy demacrado por la edad (xD!), sigue manteniendo una voz espectacular. Talentos como los de Pata y Heath, poseedores de una tremenda trayectoria, pasan prácticamente desapercibidos, mientras que Sugizo cumple con su papel de ser un buen invitado al que le dan sus 5 minutos para lucirse sobre el escenario y ya.

PERSONALMENTE, y digo esto con mayúsculas, encontré que el show estuvo muy al debe. A pesar de que me retiré del lugar mientras tocaban IV, luego de ver la lista de temas y leer lo más que pude sobre el espectáculo, me di cuenta de que en realidad no me perdí de mucho. Un setlist mezquino, de tan sólo 11 temas efectivos, interrumpido por solos de piano, batería y violín, y digo interrumpidos porque poco agregaron para hacer de éste un mejor show, y para el oído del no-fanático sólo fueron un desperdicio de minutos a la espera de ver cuál era el siguiente tema (ojo, en ningún momento he dicho que el show fue malo, de hecho musicalmente fue excelente).

Se echaron de menos temas clásicos como Weekend, Say anything, Blue blood, Crucify my love, Celebration, Dahlia (¡¡¡cómo mierda no tocan Dahlia!!!!!), etc., mientras que los temas nuevos como Jade o Born to be free, o el mismo IV, no están a la altura de sus composiciones anteriores.

Fuera de eso, el público también mostró la hilacha cuando Yoshiki se lanzó sobre la gente, el pobre fue rajuñado y hasta le sacaron mechones del pelo (o peluca, quien sabe)… como sea, los fans de latinoamérica hemos demostrado ser un público muy apasionado, pero también flaite, de hecho según leí en Internet (info que no puedo corroborar pero que proviene de fuentes que considero confiables), en el aeropuerto al llegar a Argentina, Yoshiki fue literalmente cogoteado, le robaron flaitemente un collar, una gargantilla típica que siempre anda trayendo, puede ser una anécdota si fuésemos fans de reggaetón, donde estas cosas pasan, pero para el ambiente japonés es algo grave y deja a la fanaticada muy mal parada, es algo serio.

Ahora sólo hace falta esperar a los próximos artistas que vienen, en una parrilla programática que se ve más que auspiciosa para j-fan criollo, con Versailles y Dir en Grey, quienes se presentarán nuevamente luego de sus exitosas primeras presentaciones, además de Miyavi que viene a probar suerte al festival Maquinaria, y la venida de los cantantes pop Koji Wada y Gackt, este último probablemente el artista japonés de mayor talla que se han presentado hasta el momento y digo hasta el momento, porque lo cierto es que lo que todos esperamos es la venida de L’arc~en~Ciel, a ver si ellos nos dan un show a la altura, por mientras nosotros tenemos tiempo para ponernos a la altura también.

X-Japan world tour: o cómo mostrar la hilacha en Latinoamérica

Sobre el autor:

Germán Jara

Comentarios