Zaz: La pequeña de voz gigante

por · Marzo de 2014

Desde hace más de una década que la francesa Isabelle Geffroy toca en casi cualquier lugar que le pidan. Incluso, si no hay donde hacerlo, no se hace problemas en improvisar sobre alguna calle parisina. Este viernes Zaz —su nombre artístico— se presenta en el Teatro Nescafé de las Artes, en el marco de la […]

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Desde hace más de una década que la francesa Isabelle Geffroy toca en casi cualquier lugar que le pidan. Incluso, si no hay donde hacerlo, no se hace problemas en improvisar sobre alguna calle parisina. Este viernes Zaz —su nombre artístico— se presenta en el Teatro Nescafé de las Artes, en el marco de la gira de su último disco Recto Verso (2013).

La primera vez que se presentó en vivo, casi se desmaya y estuvo a punto de caer encima de la batería. «Estaba muy emocionada, con nervios», reconoció años después al periodista William Réjault.

Aunque su debut en un escenario pudo ser accidentado y poco glamoroso, la verdad es que esta francesa de 33 años tiene bastante camino recorrido y actualmente es considerada una de las artistas con mayor proyección en Francia. Si bien su primer disco homónimo vio la luz recién el 2010, sus inicios en la música se remontan varias décadas atrás.

Todo empezó a los cinco años, cuando ingresó al Conservatorio de Tours, donde estudió solfeo, violín, piano, guitarra y canto coral. A los 20 entra al Centro de información de Actividades Musicales de Burdeos. En 2001, comenzó su carrera musical como cantante en el grupo de blues Fifty Fingers. Luego decidió irse de gira en un caótico bus con Izar Adatz, orquesta vasca de 16 personas con la que recorrió el País Vasco y Los Pirineos donde tocaron en cuanta fiesta y pueblo los invitaron.

Al igual que su ecléctica música, que mezcla jazz, blues, gypsy jazz, scat con sonidos africanos, andaluces y brasileños, Zaz no se complica y se conforma con cantar casi cualquier cosa en cualquier lado. Se le ha visto tocar en lugares como Egipto, hasta en unas minas de sal en Colombia, pasando por Berlín, Montreal, Bruselas e incluso con un grupo de chilenos en Casablanca, Marruecos. Ha rapeado en Montparnesse, tocado jazz en el Barrio Latino de París, versionando clásicos de Edith Piaf e improvisado en las calles de Montmartre. De hecho, hasta el día de hoy, si uno tiene suerte, se la puede topar en alguna calle de Europa haciendo scat. «Me encanta hacer Scat. Es como mi momento de libertad. Haces todo lo que te apetece, te diviertes. Todo es posible».

Fue en el 2007 gracias a un aviso que vio en Internet, el cual buscaba una voz femenina, de jazz y un “poco rota” que su vida cambiaría. El responsable de ese anuncio era el productor Kerredine Soltani, quien al ver la calidad y frescura de la artista, decidió producir su primer disco. De esa primera placa salieron joyitas como “La Fee”, “Éblouie par la nui”, “Port coton” y “Trop sensible”. Pero sin duda fue “Je veux” el single que la hizo mundialmente conocida. El álbum logró doble disco de platino y recibió el European Border Breaker Awards, por ser la artista francesa más escuchada fuera de Francia en 2010.

Este viernes 14 de marzo se presenta por primera vez en Chile en el Teatro Nescafé de las Artes, en el marco de su gira Latinoamericana de su último disco Recto Verso (2013). Aunque las entradas se encuentran agotadas (se vendieron en tan sólo dos semanas), prometió volver este año ya que reconoce estar “enamorada” del idioma. Esto debido a que su madre fue profesora de español. «Me encanta la contradicción entre la melancolía y la alegría que refleja la música latinoamericana».

Sobre el autor:

Felipe Avendaño (@ElGranLebowski)

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