5 tonadas que hablan de seducir a una dama a entregar el asterisco

por · Abril de 2014

Se sabe: el músico además de ser un ser humano ególatra, es también un degenereque y un cochinón. Un liberal y un experimental, si se quiere. Luego de un meticuloso análisis. Para para. Voy a escribir otra vez el concepto por si no se entendió el medio chiste que acabo de hacer. Luego de un […]

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Se sabe: el músico además de ser un ser humano ególatra, es también un degenereque y un cochinón. Un liberal y un experimental, si se quiere. Luego de un meticuloso análisis. Para para. Voy a escribir otra vez el concepto por si no se entendió el medio chiste que acabo de hacer. Luego de un meticuloso análisis, pillamos 5 clásicos de la música latina que buscan de forma velada ingresar de manera poco cristiana al cuerpo de la mujer.

 

“También es mi primera vez” (Ricardo Arjona)

Esta balada es por un lado el himno universal de los careraja. Porque qué-es-esa-hueá de «tuve sexo mil veces pero nunca hice el amor» y por eso también es mi primera vez. Pero por otra parte, también sirve, funciona, como fina mentira de parte de la señorita. Esto pues, una señorita de bien, siempre siempre en la vida al momento de dejarse penetrar analmente dirá, que es su vez primera, aún cuando no lo sea.

 

“Cómplice eterno” (Koko Stambuk)

Acá, básicamente se apela a la promesa de secretismo que tan salvaje acto implicaría. Con delicadeza, tono conciliador y femenino, el cantante promete a la damisela en cuestión que de dejarse amar por Detroit el galán no irá a contárselo a sus compadres y que además será delicado y no una bestia.

 

“Mira niñita” (Gato Alquinta)

Una versión más folclórica, lana, pero igualmente o más depravada. Más de fogata. Lo que podría implicar que para el momento de la experimentación el hippiento cochino de mierda esté pensando en una carpa llena de arena como el nido de amor. Esto con las dolorosas consecuencias que el andar con la genitalia confitada con arena podría implicar. Y el muchacho lo sabe, de ahí se desprende «ver la luna brillando en el mar» que menos cursi podría ser «vai a ver estrellas del dolor».

 

“Niña” (Juan Antonio Labra)

Acá la cosa se pone bastante más darketona. Acá el Michael Jackson chileno no solo asume ser el doble en voz y la danza del rey sino también en su gusto, debilidad, por la tierna juventud. Entonces, acá, el macho adulto quiere hacer creer a la susodicha teen y/o barely legal que un paso trascendental a la vida adulta, al igual que la menarquía, es la sodomía.

 

“Déjame entrar” (Fernando Olvera)

Los Pearl Jam mexicanos se han caracterizado por componer una robusta discografía basada casi absolutamente en dos tópicos. Bueno tres. Dejémoslo en tres. Una: andar cocido. Dos: andar caliente. Tres: andar cocido y caliente. En esta canción en particular el cantautor se muestra ebriamente excitado, fuera de control, pero al mismo tiempo, cauto y anticonceptivo al implorar a la damisela en cuestión que le deje entrar por la puerta trasera.

5 tonadas que hablan de seducir a una dama a entregar el asterisco

Sobre el autor:

DJ Nuo di Globe

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