Carlos Salazar es periodista/sobreviviente del diario La Nación (RIP). Online así que zafó. Escribe bajo seudónimo en otros lados también y en sus ratos libres gusta de apedrear ventanas de viviendas en el barrio Brasil. Arturo Galarce se ganó la autodenominación de periodista gracias a un galardón de excelencia periodística otorgado por la Universidad Padre […]
Carlos Salazar es periodista/sobreviviente del diario La Nación (RIP). Online así que zafó. Escribe bajo seudónimo en otros lados también y en sus ratos libres gusta de apedrear ventanas de viviendas en el barrio Brasil. Arturo Galarce se ganó la autodenominación de periodista gracias a un galardón de excelencia periodística otorgado por la Universidad Padre Hurtado. Ha publicado en Paula, La Nación, El Sábado y tuvo un fugaz pero memorable paso por la tv en el programa Dibarandi.
Ambos se conocieron durante su juventud en la Zona.cl e iniciaron una entrañable amistad que los llevó incluso a vivir juntos durante una alocada y experimental temporada. Por estos días el dúo dinámico del periodismo se puso las pilas y dio a luz el sitio behindthereportaje.com donde pretenden dar tribuna a esas memorables historias que quedan afuera de crónicas, entrevistas, y reportajes.
Conversamos con Carlos La Nutria Salazar.
Es sabido que este proyecto llevaba mucho tiempo como idea. ¿Qué causó la demora y qué los impulsó a hacer finalmente BTR?
—Supongo que la azarosa vida del freelance. La cantidad de caracteres sobrantes, y datos que se quedan para adornar libretas que no se volverán a consultar nunca más. En buen chileno, esa cultura del “para que no se pierda” nos llevó a crear este vertedero de temas que se quedan en el tintero. Hace más de dos años que veníamos recopilando estas historias, interrogando colegas sobre el asunto. Es difícil a veces porque para algunos es una historia antologable el haberse gastado un viático completo para terminar inventando una historia. Pensamos que había que capturar todas esas historias y anécdotas que uno suelta cuando se acaban los lugares comunes en una conversación de periodistas, entre tanto copy paste, hay gente que de verdad hace la pega y se queda pegada como un marinero en la taberna contando historias.
Son dos tipos los que arman el sitio. ¿Cómo se distribuyen las tareas?
—La idea la paramos en 10 minutos, es como una receta conjunta y no hay mayor diferenciación de funciones. Ambos estamos pendientes de canalizar las historias de los colegas, pulimos los lazos perdidos con gente de revistas extranjeras y gestionamos esos contactos. Aunque cada vez es más sencillo, nos llegan solas historias de Colombia, México o España. Arturo es más webmaster, más community manager de la hueá. Es el que prueba templates y agrega un box aquí o allá que discutimos luego junto a manuales de estilos y pajas más formales que yo redacto.
“Esperamos contar con colaboraciones de Jorge Hevia y Carlos Caszely”
BTR podría caer en la categoría de periodismo para periodistas ¿Qué opinas al respecto, a qué publico apuntan?
—Hace tiempo que los gringos hacen películas para una audiencia que idolatra a sus periodistas. “Joven periodista deportivo conoce a bloguera poco sexy” o ese tipo de cosas heredadas de la época en que Superman era en realidad Clark Kent o visceversa. Esa tendencia se acentúa por la cantidad de gente q estudia la “carrera más jodidamente fácil” o que se mete a periodismo para entrar gratis al estadio y que hoy son masa flotante. Afortunadamente por esa misma razón hay historias para contar en todas partes y también las audiencias de nuestro blog son amplias. El sitio ha tenido harto éxito porque a la gallada le gusta replicar y viralizar el asunto, pero originalmente los reportajes se hacen para quienes se dan la paja de leerlos en el w.c. camino a El Tabo o en el Teletrak, y ellos también nos han dado su click según las estadísticas del analitycs.
¿Cuáles son los objetivos de BTR?
—El sitio ha gustado en las escuelas de periodismo y ONG’s preocupadas de la libertad de expresión. La idea es seguir ganando tráfico y audiencias los próximos meses para poder generar contactos con universidades extranjeras y organismos como el FNPI y empezar dentro de poco a publicar reportajes y sus historias de trabajo desde afuera. También hemos considerado hacer un podcast. Eventualmente publicar algo con las mejores historias y que sean como el Icarito para estudiantes románticos de la carrera que hizo famosos a gente como Jorge Hevia y Carlos Caszely, de quienes esperamos también su behind the reportaje.
¿Cómo lo hacen para recopilar las historias? ¿Puede participar cualquier periodista? ¿Cuáles son los requisitos?
—El requisito es que la historia detrás de lo que publicaste o lo que no te dejaron dar a conocer sea tan sustanciosa como el tema de la pauta. Pancho Ortega por ejemplo tiene una fabulosa historia que LUN titularía: “El capitan Kirk trapea el suelo con periodista chileno”, o un ex editor mercurial también cuenta cómo el último billete de dos lucas que tenía en el bolsillo se lo gastó en una película de Spike Lee que le dio la idea para realizar un reportaje del que nunca se va a olvidar. La gracia es que si dejaste los pies en la calle reporteando y te fue bien, puedes publicar acá lo que hay detrás del mesón y si te fue mal y aun así volviste a reportear, también puedes croniquear esa historia. Nos cerramos únicamente a las historias de divos (que cobran por el relato) o a otras derechamente fomes de algunos periodistas ombliguistas.