No te metas con Bob

por · Mayo de 2012

No te metas con Bob

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Viene del anuncio de Obama de que recibirá la medalla presidencial de la libertad en Estados Unidos y anoche unió a generaciones enteras. Bob Dylan -70 años, Minnesota- entró en escena puntualmente al Movistar Arena y armó un batallón de temas que hacen olvidar esa última presentación que tuvo en 2008.

La guitarra, el piano eléctrico y la armónica protagonizaron un show donde predominó un silencio litúrgico, la ausencia de pantallas gigantes y la prohibición de fotografiar, además de la siempre anhelada interacción que jamás llegó. Es que no parece tan descabellado un músico que precisa de hablar con su público únicamente con su obra. Donde Dylan dejó en claro que está vigente: su voz jaspeada y sus movimientos donde parece elongar sus músculos, encendieron la fría noche del miércoles. Algo así como una hora y cuarenta minutos en vivo de la tercera visita a nuestro país de esta leyenda, que tiene un Pulitzer por sus letras, y que dio hasta el momento su mejor show en Chile.

Su concierto mostró la transversalidad de su música: unió a generaciones, sacó el espíritu de un setentero y lo principal, el deleite de sus grupis. Cada canción representó una ovación y dejó establecido que está como un fantasma itinerante dentro del mainstream internacional: su gira “Never ending tour” lleva más de 24 años girando y ha ofrecido más de 100 recitales por año.

Su garra -inmersa en su guitarra que sonaba algo fuerte- y puesta en escena, hicieron que Robert Zimmerman desplegara un completo arsenal de hits. Diecisiete canciones donde no faltaron los clásicos de sus giras, “Like a rolling stone” (1965), “All along the watchtower” (1968) y, bien al comienzo, “Tangled up in blue” (1975), que hicieron que el camaleón de Minnesota dejara en éxtasis al respetuoso Arena, logrando un sonido nítido y sin pifias que no tuvo distorsiones extrapolares.

Fiel a su estilo folk, hizo presencia con su piano eléctrico, armónica y guitarra. La gente caía de rodillas frente a él. Era que no. La fanaticada sabía a lo que iba y no tenía muchas pretensiones, tomando como referencia su pasada de 1998 por el Teatro Monumental o la del 11 de marzo del 2008 acá mismo, pero esta vez Dylan dejó todo en la cancha. Una especie de “Don’t mess with me” que su juego musical estableció: su tercera visita a Chile trajo también su mejor cara, con versiones remozadas de algunos temas y todo el músculo que se puede tener en el show número 2361 del tour que lo tiene girando desde 1988.

Dylan, oculto en su personaje pero taxativo en su persona, se inmiscuye en algo que aparece como un fantasma: cada cierto rato saca discos o retoma su antológica gira. En fin, un show que esta vez estuvo a la altura del más grande cantautor del siglo XX, donde también sonaron: “Desolation row” (1965), “Simple twist of fate” (1975), entre tantos otros temas, y que finalizó con una re-versionada “Blowin’ in the wind” (1975), que hizo estallar el recinto y a los cerca de diez mil de fanáticos que llegaron a verlo al Arena.

Los años son vitalidad para Dylan. Su hinchada, siempre fiel. No te metas con él que no sabes cuándo te sorprenderá. Como anoche.

// Video: skyguardian81.

No te metas con Bob

Sobre el autor:

Gonzalo Silva Mery (@radiomaan) es estudiante de periodismo, adicto a recitales y guitarrero por vocación

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