Shirley Manson: el secreto en sus ojos
Es en los primeros minutos del video de “Stupid Girl” donde algo inquietante sucede. La toma simula ser más un ensayo, un making of (en sepia), cuando suenan los primeros acordes del tema y caemos en la cuenta de ese detalle conmovedor: la mirada de Shirley Manson. Perdida, apuntando al techo, haciendo tiempo.
Y es que algo hay en esos ojos. Como si concentraran toda la abulia del mundo en sus pupilas. Era 1995, Cobain había muerto, el grunge se había vuelto aburrido y las boy bands no arruinaban todo lo que pasaban por la televisión y radios aún. Garbage, una banda de super productores con la chica escocesa al frente, era la última esperanza para una generación empepada y deprimida, la última apuesta de lo que MTV había bautizado como rock alternativo, siendo su cara más comercial.
Los hits siguieron –Garbage ha sido uno de los experimentos de laboratorio más extraños de la historia del pop–, vinieron más discos y Shirley resultó ser una reina camaleónica, una anti-diva hablando de fobias, paranoias, odio contra la superficialidad, androginia. Su particular belleza se reinventaba video tras video, portada de revista tras portada de revista, show tras show. El detalle de sus ojos, así como el de su actitud, siempre desafiante o indiferente, se mantuvo intacto.
Así lo confirmó, de igual forma, su paso por la televisión en la serie Terminator: the Sarah Connor Chronicles, que la llevó a encarnar a una androide despiadada e irresistible.
Ninguna de las femme fatale del rock, con sus imposturas insoportables, estará jamás a la altura de la pelirroja, ella misma anula cualquier grado de comparación, pertenece a un mundo propio, a esa extraña dimensión en donde el pop se vuelve oscuro y el rock una canción bailable, en donde al borde del atril del micrófono, Shirley pareciera ser una Afrodita catódica. Con su figura delgada y pequeña, abrigada de látex o coquetas minifaldas. Y con sus ojos exageradamente pintados, como tapando lo que de verdad estuviera mirando.
Garbage se presentará en el Teatro Caupolicán el próximo 15 de octubre, como parte de la gira de presentación de su disco de este año “Not your kind of people”.
Valores:
Palcos – $36.000
Cancha general – $27.000
Platea baja – $22.500
Platea alta – $18.000
Valores incluyen cargos por servicio y 20% de descuento (preventa).
A la venta a través del sistema FeriaTicket.
Produce: DG Medios.