Pulp: rendir culto
Jorge González cierra su show con “Corazones rojos”, dejando una avalancha camino al escenario de Pulp. Son las 00:00 horas y la extensa fila para comprar comida, cerveza o bebidas ha desaparecido. Varios asistentes se suman recién a Primavera Fauna porque gran parte del público viene solo por Pulp.
// Reseña: Gonzalo Silva • Fotos: Daniel Olivares.
Casi dos décadas atrás comenzaba el sueño de ver tocar a la banda que inundó de afiches las calles del centro de Santiago, con el famoso epíteto de “Disco 2000” y con un Jarvis Cocker delgadísimo, de anteojos y vestido con sus mejores pilchas, alimentando la banda sonora de cada fiesta brit por cierto. Los de Sheffield sumieron a sus numerosos seguidores de esta parte del mundo en una larga espera, lo que se pudo palpar cuando el propio Jarvis visitó el Teatro Caupolicán en 2008, en la presentación de su disco solista, cuando dejaba bien en claro en conferencia de prensa que no tocaría temas de su antigua banda.
La noticia de Pulp en Chile llegaría mucho después, luego de años que se sintieron como décadas, a través de tuiter: «South America… Here we come. Pulp at Festival Primavera Fauna, Santiago, Chile. 24 November 2012».
Recién pasada la medianoche del sábado el calor descendía notoriamente. El público comenzaba a amontonarse entre empujones que iban y venían. Todos buscaban la mejor ubicación para ver a parte de la historia del Brit pop viviente y cómo no, Pulp (1983) es parte esencial del género que comienza a desinflarse a comienzos de 1998. Quizás el disco We love life (2011) cierra aquella parte de nuestra juventud que creció bajo el alero de Blur, Stones Roses y Oasis y que mantenía al Reino Unido como la maquinaria de íconos musicales que siempre fue.
00:15, Pulp sale a escena. Hay éxtasis, la banda abre los humos con “Do you remember the first time” y la fiesta comienza con un golpe, el coro se hace ensordecedor, hay desmayos por todas partes y un delirio exacerbado por parte de algunas féminas con la presencia de Cocker. «Te daría un hijo, Jarvis» grita una chica con una botella de pisco de litro en sus manos. Y claro, el mismísimo Cocker en una entrevista previa a este Primavera Fauna revelaba el culto que existe y ronda entorno a su banda: «el fanatismo por la música de Pulp en Chile fue una verdadera revelación».
El show sigue con “Monday morning” y en “Help the aged” varias chicas se desmayan, como en una escena sacada de alguna presentación de boybands. En el transcurso de la canción traté de cuestionarme tanto fervor, pero todo respondía a la larga espera por ver en Chile a los intérpretes de “Common people”, una canción que sonó como un solo gran coro. Continuaban con “Something changed” y uno de los momentos preferidos y emotivos fue la interpretación de “Disco 2000”, el clásico de la banda y nombre de miles de fiestas en Santiago.
“Sorted for E’s & Wizz” fue el siguiente track y vino un momento de quiebre con “F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E.”. No exagero: seguían los desmayos y se veían cada vez más botellas de destilados rondando el ambiente. Como en una rave, alguien me ofrece LSD y falopa con sus respectivos precios. Todo era una fiesta calculada para irse sin moverse, distorsionada, cabeceada y coreada. Un sueño adolescente explotando en el amplificador.
Ahora la banda agradece al público y su frontman toma la guitarra y le llama la atención la palabra “guagua” e interviene: «La siguiente canción se llama “guaguaguaguagua”» y suenan los acordes de “Babies”. Después, con una voz firme, Cocker interpreta “Live bed show” y la sensible y movida “Like a friend”. Pulp sigue con “I spy” y un gran momento cumbre con el himno “This is hardcore”, que inspiró más de alguien por estos lados.
Para cerrar esta visita histórica, el plato de fondo de Primavera Fauna siguió con “Sunrise” y dos himnos del clásico Different Class (1995): “Bar Italia” y la incondicional “Common People”. Fue el concentrado de Pulp que saldó varias cuentas y validó todo el culto local por este trozo viviente de otra década, que está difusa como los pasillos de la Blondie y el teatro Carrera.