La guía definitiva para rockear en los conciertos

por · Octubre de 2010

Consejos por Luc Gajardo

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No es necesario decir que el concierto de RATM fue EL MEJOR SHOW DE LA HISTORIA DE LOS RECITALES EN CHILE. El que fue sabe que sí. Y el que no, cagó por hueón. O porque le gustan los grupos más mamita y allá él. Acá no estamos para juzgar a nadie. Sino para regalar un par de consejos para quedar bien cerca del escenario –para los próximos shows cabrones que se vienen– de parte de un recluta que lleva unos buenos años sacándose la chucha en este tipo de actividades.

1. Sobriedad

Todo aquél que me conoce sabe de mi afición por el licor y un par de otras drogas ilegales. Me declaro culpable. Pero. La cosa es que luego de un par de experiencias poco gratas en conciertos a los que llegué en los mocos, (del primero de Deftones no recuerdo nada. Paragua y Codetol y chela en exceso. L en la frente. Los Red Hot en el Nacional quería que la hueá terminara después de la segunda canción porque se me secó la boca al punto de no poder respirar) llegué a la conclusión de que ésta es una de las pocas situaciones donde es mejor estar sobrio. Una cerveza, un pito, bien. Tampoco hay que ponerse Conace con la hueá. Pero la realidad es que curado o volado como un cometa difícilmente aguantes el show entero en la lavadora de sudor, saliva y pelos y olor a peo y ala.

2. A pesho pelao

Esta máxima funciona en varios niveles. Primero porque nadie quiere estar pegado a un hijo de puta entero sudado y medio empelota. Vas a tener asegurado cada cierto rato un poco de espacio. Un poco. Esto te da un status. De un tipo que ha ido a varios. Que está un poco mal de la cabeza. Pero más que nada porque se crea una especie de pandilla hedionda y resbalosa que, como sea, va a lograr dejar la cagá bien adelante. Los tatuajes en estos casos también dan el look de tío rudo de mosh pits. Esto es bueno, sobretodo si esos tatuajes son en cualquier otro lugar blanco de burlas de tus amigos. Acá te van a servir para decirle al mundo «tengo guata y tetas y mis tatuajes son ridículos, pero acá estoy, dispuesto a estar lo más cerca del escenario, fuera de mi camino».

3. Club de Toby (orgía gay-no-gay)

Llámenme misógino. Llámenme gay. Pero creo que un recital rockero no es lugar para llevar a la polola. Al menos no en las primeras líneas de fuego. Primero porque es lo más parecido a estar en una orgía gay, sin ser gay necesariamente. Segundo porque no hay hueá más desagradable que el tipejo que parado al medio de la cancha abrazando por atrás a la pololita para que no la empujen creando una especie de candado. Claramente pasándolo mal. El que anda en esa y diga que lo pasó la raja, miente.

4. Aléjate de los chascones

A menos que te guste tragar pelo mojado con transpiración o recibir latigazos de pelo mojado, hazme caso. Es lejos lo más asqueroso que te puede pasar en esta instancia. Y convengamos que ya estamos en un escenario donde hay que tener guata de cachureos. Si entremedio del mar humano rebotas y tienes la mala cueva de quedar atrapado detrás de un metalero chascón o una mina cabeceando, muévete rápido de ahí.

5. Reglas generales

Abróchate, antes que empiece, lo más fuerte que puedas las zapatillas y guarda las agujetas sobrantes dentro del zapato.

Se buena onda. Si alguien se cae, péscalo de un brazo y crea un espacio para que nadie le caiga encima.

Si empieza una pelea, no intentes detenerla.

Si de pronto te encuentras con mucho espacio, probablemente estés al medio de un infierno a punto de desatarse. Vuelve al montón. O prepárate para pelear.

Para avanzar muévete como un ectoplasma. O una bacteria. Lee las corrientes, y avanza por los lugares donde esté la cosa más cansada.

No te pongái hueón. No pegues, ni empujes a propósito. Salta y vacila en buena. Vivirás una experiencia zen.

La guía definitiva para rockear en los conciertos

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Luc Gajardo (@luco)

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