Carreras suicidas

por · Agosto de 2012

Line of sight: el documental de las Alleycats donde toda la ciudad es cancha para ciclistas.

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¡iiiiiijjjjjjjjjzzzzz! Un frenazo en seco quiebra la mañana en alguna avenida del Midtown Center. Entre medio del humo blanco del caucho quemado vuelan seis ciclistas furiosos pedaleando como si escaparan de la muerte.

Manhattan no parece el lugar seguro y paranoico de las series. En el cruce, quedan dos puteadas en el aire antes de que el ciclista Lucas Brunelle, cámara en casco, deje al yellow cab —en pantalla— como a un lejano punto de fuga.

Así es una de las mejores escenas de Light of sight (2012), el documental que muestra sobre dos ruedas y en primera persona diez años de Alley Cats. Las carreras ilegales en bicicleta, donde toda la ciudad es pista y donde los frenazos recuerdan a cada minuto que los competidores tienen una sola vida para terminar la competencia

Si el hacinamiento creó los primeros graffiti en las grandes capitales, el aumento de los ciclistas urbanos y la falta de vías para su desplazamiento, llevó a un grupo a tomarse las calles (destinadas para los automóviles) por diversión, pero también como una manera de hacerse notar.

Fue en 1989 que empezaron a competir los primeros carteros en bicicleta, en carreras contra el tráfico y sin respetar las señalizaciones de Toronto. Algo así como el alma de estas competencias y una característica que mantiene a estos juegos lejos de las pautas de los grandes medios y muy -pero muy- cerca de la muerte.

«Montado en una bicicleta, al estar ligeramente por encima de la altura de la vista de los peatones y los coches, se obtiene una visión perfecta del ajetreo de la ciudad en que se vive.» (David Byrne, Diarios de bicicleta)

Checkpoint uno

Las Alley Cat tienen tres reglas básicas. Uno: nadie conoce el recorrido de la carrera hasta dos horas antes de juntarse en algún parque. Y gana el primero en llegar a todos los checkpoints y a la meta.

Dos: la bici tiene que ser de piñón fijo (una sola velocidad) y sin cambios ni frenos. Esto es importante: hay que pedalear todo el tiempo y no se permiten los frenos. En los semáforos en rojo, hay que acelerar lo más rápido posible. En los cruces peatonales, hay que gritarle a la gente. Contra el tráfico: está prohibido pestañear. Ahora, si ya no queda ninguna otra opción, siempre se puede saltar en movimiento o intentar pisar la rueda de atrás y rezar para no terminar arrastrando la cara en el pavimento.

Tres: todo es cancha y todo vale, desde agarrarse de un patrullero para tomar velocidad, hasta saltar rejas a pie para acortar camino.

Checkpoint dos

“Son las carreras más peligrosas del mundo”, dice Brunelle en el documental. “Y probablemente las más subestimadas”.

La mitad de este registro son bocinazos, frenadas bruscas de autos o buses, pero sobre todo maniobras kamikaze de bicicletas perdiéndose rajadas entre medio de parachoques en movimiento o en la ruleta rusa de los descensos por carretera, como en los primeros segundos de Line of sight: contra el tráfico y a más de sesenta y cinco kilómetros por hora.

La otra mitad, es pura velocidad por callejones, avenidas y carreteras, en lugares como Ciudad de Guatemala, sobre hielo, barro, Kyoto, Hawaii, Dublín, bajando la Gran muralla china, en Londres, el Distrito Federal mexicano o el lecho marino griego.

Checkpoint tres

Mientras aparece gente de todos lados, una plaza previamente acordada es el punto de partida. Un grupo decide el recorrido hasta el primer checkpoint, en una hoja improvisada, hasta que alguien levanta el papel y, justo cuando toca el suelo, las bicis salen disparadas.

En el primer punto de control, recién se enteran del siguiente, y así, hasta completar la carrera. Así también se suceden las imágenes del documental, alternadas con algunos planos de situaciones extrañas arriba de la bici: como una percusión con disparos y sangre de mentira en Panajachel o una pedaleada bajo el mar griego que parece funcionar con la gravedad de la luna.

Line of sight muestra a los ciclistas desatados, como si después de superar el equilibrio y después al cansancio, fueran de lleno contra la velocidad, las reglas —pura microfísica del poder— y ese viento helado que te acuchilla las piernas y te hace lagrimear los ojos.


(El torrent).

Carreras suicidas

Sobre el autor:

Alejandro Jofré (@rebobinars) es periodista y editor de paniko.cl.

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