Club Aéreo: amistades peligrosas

por · Julio de 2012

Club Aéreo: amistades peligrosas

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Desde San Felipe, Club Aéreo reúne el trabajo de 5 amigos, entre ellos el músico Milton Mahan (Dënver, Nueva Orleáns) y el director Bernardo Quesney.

En la contratapa –y contrario a la mayoría de las publicaciones en donde se abunda en slogans, blindajes y mentiras descaradas– se nos explica un poco, y con honestidad, de lo que vamos a leer: que el libro “reúne la escritura de cinco autores inéditos del Valle del Aconcagua. Es un compendio que tributa a la amistad, al humor, a la juventud, al amor y a ciertos paisajes de la V región cordillera”. Se trata de Club Aéreo, una suerte de antología territorial, emocional, autoeditada y con unas extrañas aspiraciones.

Partamos definiendo: Club Aéreo apenas supera las 50 páginas, se reconocen en él los distintos ejercicios escriturales de cinco autores, los nombres/seudónimos: León Álamos, Nva Orleáns, La Reina del Agua, Bernardo Quesney y Jacinto Ángel, no hay sello editorial y, a ratos, ni siquiera parece una antología.

Podemos entender que se trata de un mapa instintivo y afectivo sobre los recuerdos, sobre adolescentes que crecieron en una provincia, sobre un grupo que homenajea su propio pasado reciente. Así es el caso de “Las canciones del futuro“, relato a cargo de León Álamos que abre el compilado, sobre adolescentes incomprendidos, sedientos de carrete, que cruzan caminos con una abuela abandonada en su casa, ubicada en una zona residencial. El abandono los junta y dándole sentido a sus vidas durante un día completo y su respectiva noche. Se trata del texto más formal, narrativamente hablando, junto con “Escuela de Zebras” de Bernardo Quesney sobre las reflexiones de una quinceañera sin atractivo físico.

El resto de los relatos corresponden a ejercicios escriturales más cercanos a la poesía, lirismo emotivo puro. Entran acá Nva Orleáns -quizá el más poético de todos ellos-, La Reina del Agua y Jacinto Ángel. Son además, quienes participan con más de un trabajo, breves, uno al lado de otro. En donde además, se evidencia, que el libro responde más al entusiasmo que a la experiencia literaria, con ejemplos como el siguiente: “arriba el sol fulgura y va abriendo los espacios, los caminos de piedras filosas, allá cobrizas, más lejos de un blanco emparentado con el brillo de las deposiciones peregrinas de aves enfermas” (en “Algarrobal” de León Álamos).

Así, se alternan distintos pasajes, con ciertas turbulencias, deslizándose entre buenas historias, confesiones emotivas, malabares literarios iniciáticos y nostalgia pura.

Club Aéreo trata sobre adolescentes perdidos -sentimental, sexual y generacionalmente-, adolescentes conscientes de sus márgenes, pero además, adolescentes que escriben sobre lo que ellos creen que es la literatura, como alumnos obedientes escribiendo cuentos para un profesor. Con todo esto en cuenta, resulta llamativo el gesto de la publicación: por el entusiasmo, lo poco ambicioso y el evidenciar la creatividad de determinada colonia en otras facetas, no así su calidad literaria.

Club Aéreo: amistades peligrosas

Sobre el autor:

Daniel Hidalgo (@dan_hidalgo). Publicó los libros Barrio Miseria 221 (2009) y Canciones punk para señoritas autodestructivas (2011).

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