Sanciona sketchs de El club de la comedia que parodian a Jesús
La última misión de la que se están haciendo cargo los salvadores de nuestras conciencias televisivas, son un par de sketchs del Club de la comedia que parodiaban a Jesucristo y sus apóstoles. Dejando bien claro que con diosito no se juega.
Chile va a estar más seguro porque pidieron los videos del programa y, con libreta en mano, evaluaron si hay pecado o no. Y como es lógico, encontraron que esto era el colmo, que había que multar.
Lo que molesta de los genios tras la resolución, es que se ponen el parche antes de la herida, de forma descarada y hablan de “falta de tolerancia“ de los realizadores del programa en contra del mundo cristiano, o que son “antidemocráticos” al parodiar de esa forma una figura divina. Claro, antes que los cataloguen de antidemocráticos o intolerantes a ellos. O sea, el mundo al revés.
El motivo del conflicto es esa vieja leyenda de la biblia, que nadie puede reversionar a su antojo- ni siquiera en un género aparentemente inocuo como la parodia- porque esas susceptibilidades afectan a gente acostumbrada a controlarlo todo. Los superhéroes del Consejo tienen que defender con súper-multas, ideas que a pesar de bordear muchas veces el mismo delirio místico, pertenecen a los dueños de nuestro fundo, quienes tampoco dudan al momento de invertir en campañas políticas, publicidad o lo que sea para mantener a una sociedad conservadora y funcional a su tradición.
A esas personas les conviene que nada cambie demasiado, porque hacer que la gente piense, que pierda el respeto o se cuestione, aunque sea através de una parodia, es un riesgo que no están dispuestas a correr.
Ese no es el “cambio” que hace falta, no les conviene, no les gusta, porque están demasiado cómodos mirando las cosas desde arriba, con sus católicos ojos, con los ojos de dios.
Es cuestión de haber leído hace tiempo la entrevista a Ximena Ossandón en The Clinic, por ejemplo, donde queda claro que esa forma de pensar es la que se quiere imponer/conservar a toda costa.
La misión opus dei de Ximena, su trabajo cotidiano para alcanzar la salvación, es mantener el status quo. Como solución para terminar con la pobreza sólo nombra el trabajo, nunca la educación, porque como es lógico, viviendo en una sociedad con personas más y mejor educadas, le costaría mucho encontrar nanas que cuiden a sus 9 hijos y los tendría que mandar a la Junji.
Por eso, cada vez que se tocan ciertos temas en los medios masivos, saltan los mismos de siempre a pedir las penas del infierno. Da lo mismo que la mayoría de la programación que dan en televisión abierta sea basura.
No es importante que la moral Yingo lo invada todo y crezcan generaciones idiotizadas al ritmo del reguetón. Lo que importa, lo que hay que defender, es que ciertas ideas no circulen en la gente. Ahí está el fondo de todo. Y casos hay millones. En Lun, sólo por dar un ejemplo, alguna vez se publicó una selección de chistes homofóbicos que Álvaro Salas había contado en el canal estatal. En el canal de Kramer. En ese caso, nadie entró a reclamos.cl para iniciar algo que terminara en una multa. O si es que alguien lo hizo, los superhéroes del CNTV lo dejaron pasar, no le dieron importancia, porque en esta ocasión, la minoría caricaturizada no era influyente.
Mantener en el ambiente la idea de que los gays son ridiculizables, pero los símbolos católicos ni siquiera parodiables, es un fin en que se empeñan en mantener. Y eso que en el caso del Club de la Comedia, en los sketchs de la polémica, sólo hacían ridícula una situación, apelaban al absurdo, no a los prejuicios y al odio encubierto que tanto hicieron gala no pocos humoristas nacionales durante todos estos años.
Cuestionable es ver en televisión las declaraciones de Carlos Larraín, por ejemplo. Y no es necesario un consejo que lo multe, porque no hay nada más efectivo y lapidario que la condena social frente a sus palabras:
Lo peor de todo, es que con la multa del CNTV al Club de la comedia, el efecto dominó de la auto censura caerá en todos los demás canales– no sólo Chilevisión- por miedo a futuras multas. Difícilmente van a parodiar símbolos religiosos, para evitarse problemas, atados. Porque otra vez ganaron las personas que quieren que cada fruta permanezca en su cajón. Como dios manda.